Pulverizo carisma, esos andares legandarios, ese caminar sin cesar, ese olor a poco menos que un Santo, a un Dios que baja a la Tierra y habla con sus fieles.
Aquí estuve una vez en 2008. Un polígono alejado de toda civilización. Un campo de nabos y muchas setas. Y cero problemas. Viva Lennoniano y la mákina catalana.
Aquí estuve una vez en 2008. Un polígono alejado de toda civilización. Un campo de nabos y muchas setas. Y cero problemas. Viva Lennoniano y la mákina catalana.
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