Deduzco una pereza intolerable en usted, amigo. INTOLERABLE. WATSON!!! Encadene a este cenutrio hasta que vea y adore la inteligencia desplegada por mi admirable persona en el último capitulo de mis fascinantes muestras de la ciencia de deducción (que usted y ese pelagatos de Moffatta habrán adornado con licencias poeticas y demás zarandajas fantasiosas PRESTANDO ATENCION A ASPECTOS QUE EN REALIDAD CARECEN DE IMPORTANCIA).
Vaya, vaya, Watson... Yo he de meditar. ¿Dónde esta el opio, Watson? ¡No ponga esa cara! ¡Y encadene al cenutrio al televisor, pardiez!