Wrap your troubles in dreams...
Sin llegar al nivel de la primera temporada (sería una hazaña), la segunda es un +1 continuista y que empieza a dar tirones desde el vitalismo anterior hacia la melancolía, hacia la de superación de desgracias personales (tras la grande y compartida del Katrina) no como necesidad, sino como única opción, y con el único apoyo de lo que puede darles la propia Nueva Orleans.
No hay un cambio fuerte de contexto como en The Wire, sino que se desplaza lentamente hacia otros terrenos (la policía y la política) siguiendo la coherencia de la historia: con Nueva Orleans estabilizada, regresan las ratas de calle y las ratas de despacho. Totalmente necesarios para ir viendo el "full picture", pero no funcionan tan bien como el fondo musical y cultural de la ciudad (además que el personaje del contratista es un Poochie un poco irritante).
Mientras tanto, Simon & Co nos vendieron Nueva Orleans como resultado de un puchero con mil cosas en continua evolución, y por lo tanto, volviendo a levantarse poco a poco, no puede quedarse parada. La temporada va de sus personajes, tras descubrirse parados, probando cosas nuevas, intentando caminos distintos, extrayéndolos siempre de sus raíces. Antoine y Davies (probablemente mis personajes favoritos, me parto cuando sacan su lado showman en las actuaciones) intentan tener bandas, con dos problemas que son dos hallazgos de guión. Janette y Annie intentan hacer carrera. Sonny intenta reformarse. El hijo de Lambreaux (atención al "jefe" vacilándolo en el museo) intenta un sonido nuevo (qué sencilla, para bien, la escena donde se le enciende la bombilla). La pequeña Sofia intenta superar el trauma y hacerse adulta. Incluso LaDonna (FANTÁSTICA Khandi Alexander, llevando el personaje a un registro totalmente distinto) está probando, a la fuerza, ser una mujer distinta a la que conocíamos (evidenciado en el último diálogo con su marido). Algunos lo consiguen, algunos no, algunos quedan en suspenso, porque como la serie insiste, sólo algo tan gordo como la muerte o, no sé... un huracán devastador... pueden romper el círculo. No creo que sea casualidad que cierto funeral cierre a ritmo de Will the circle be unbroken. Y de esto el final de la propia The Wire ya decía algo.
... and dream your troubles away