El_Cizañas
Catorceavamente campeón de Europa
Barcelona es una Srta. de afecto negociable de lujo
Para odiar una ciudad hace falta buenos argumentos, y si existe un manual de referencia en el que se puede zambullir, mucho mejor. Es lo que han hecho 12 jóvenes autores en un libro donde se empeñan en 'bombardear' Barcelona a lo largo de las 189 páginas de ensayos para todos los gustos.
'Odio Barcelona' (Melusina, 2008) bien podría ser una recopilación de relatos periodísticos, un "proyecto de libro", como reza el prólogo, en el que lo mismo el lector vislumbra la catástrofe avanzada por Javier Calvo en la que la ciudad condal "habrá muerto del todo" cuando sus habitantes no tengan un vínculo "sagrado" con la misma; que se encuentra inmerso en un burdel donde "Barcelona es una puta de lujo".
Llucia Ramis, con un lenguaje más claro y crítico que el resto, la llama creída y pone en evidencia su marca internacional plasmada en películas como la de Woody Allen, con un "título tan estúpido ['Vicky Cristina Barcelona'] que sólo puede justificarse porque en él va implícito el nombre de la ciudad".
Los barrios del Borne, el Raval o las múltiples referencias a la Sagrada Familia son seña de una identidad perdida y convertida en "un parque temático de vomitonas de niños Erasmus", como añade Agustín Fernández Mallo a partir de relatos de transeúntes. "Odio Barcelona porque nos obligan a vivir como turistas", un escaparate que alguien califica de "la millor botiga del mon" ("la mayor tienda del mundo").
Y es que en lo que la mayoría de los autores coincide es en aborrecer la fachada que de la ciudad se ha hecho de cara al turismo, con un barrio Gótico que, citan, es llanamente un eslogan que se comenzó a usar en 1925-1927, al igual que el Poble Espanyol, "reconstitución artificial de un pueblo como reliquia de un poblado que no existió nunca".