Pues yo diría que al contrario. Que de menor no tiene nada y que lo de compendio de su obra no es solo muy, muy intencionado, sino que solo lo parece muy superficialmente. La película de hecho tiene un tono y un etilo bastante diferente al resto de la obra de Miyazaki. Incluso Hisaishi suena diferente. Hay una melancolía y una sensación de pérdida que son completamente nuevas en su obra. Es una película riquísima, de multiples interpretaciones, más abstracta que de costumbre. Y una de las mejores es que el viejo es Miyazaki, y que le está diciendo a las nuevas generaciones que tracen su nuevo camino y que se olviden de encontrarle un sustituto y de seguir su legado, tanto en el arte como en la vida. En ese sentido puede ser la mejor secuela de EL Viento se Levanta que pudiéramos imaginar. Sigue explorando su obra y la relación de esta con el mundo y, por extensión, nos obliga a hacer lo msimo con la nuestra. Una obra sobre la creación de mundos, la relación entre la ficción y la vida, la muerte y la religión, un cruce entre Michael Ende y Ursula K Le Guin (que gran Terramar nos hubiese dado Hayao de no habérsela cedido a su hijo) que creo que ganará con el tiempo cuando la gente empiece a revisionarla y verle las tripas con mayor detalle. O no. EL tiempo dirá.
Para mí, de lejos, la mejor película del año.