Recordando a Jordi Dauder. Lejos del Olimpo
JUAN GONZÁLEZ-POSADA, ISIDRO DELGADO, MIGUEL ÁNGEL PÉREZ MARTÍN
Quizás no se vea en su CV ninguna referencia a Valladolid, o a Castilla y León, pero en muchos de nosotros dejó un poso que siempre recordamos, y más ahora, tras conocer su fallecimiento.
Jordi Dauder -algunos le recordaran por el Goya al Mejor Actor Secundario o por el Premio Gaudi 2011, también como actor de reparto en obras de Chéjov, Thomas Bernhard, o de Shakespeare, además de series de televisión- realizó una magnífica y recordada labor durante el año en el que trabajó en la Dirección General de Promoción Cultural de la Junta de Castilla y León, entre septiembre de 1983 y octubre de 1984.
A Jordi le interesaba todo lo que le rodeaba, todo lo que sucedía en este mundo que siempre quería cambiar. Por eso, por sus ideas, se le invitó a trabajar con nosotros. Y aceptó. Pero, no pudo ser y su estancia fue tan breve como la nuestra. A unos nos echaron y otros nos fuimos. Compartíamos mesas y teléfonos personas de diversa procedencia: la política, la educación, las artes escénicas, o la cultura española. En un año nos recorrimos varias veces la región, un sábado por la mañana nos reuníamos... en Aranda por ejemplo, con las asociaciones culturales, el siguiente, en Villablino con los artesanos o íbamos de visita a los Ancares y volvíamos en el día, no había dietas entonces ni coche oficiales, no había tiempo que perder, había que recuperar culturalmente cuarenta años y estaba al alcance de nuestra mano. Lo intentamos y algunas cosas se consiguieron.
Siempre, 'Lejos del Olimpo', Jordi Dauder, siguió trabajando, alternando su labor teatral, con la defensa de sus ideas en un ejemplo de coherencia tan difícil de mantener hoy día.
Los que tuvimos la inmensa suerte de conocerle y compartir con él una corta etapa de nuestras vidas, hoy más que nunca vuelven a nosotros aquellos momentos, en los que su arado de trabajador de la escena, chocaba con la burocracia al uso de una Administración nueva que hundía sus raíces en la cenizas de tiempos pasados, con las que había que construir el futuro cultural de esta Comunidad. Su presencia significó una autentica revolución para todos aquellos que le tuvimos cerca. La fuerza del actor, unido al calor y comprensión del ser humano extrovertido y apasionado, pero, a la vez reflexivo, y la rebelión del contestatario cosmopolita, nos permitió hacer conjuntamente aquella fantástica campaña cultural denominada Estival 84, que rompió en un solo verano con todo el pasado. No hay más que ir a las hemerotecas para comprobar el fantástico río de cultura de la buena, llegada de todos los rincones del Planeta, que invadió las calles, plazas y escenarios de esta Comunidad.
Gracias Jordi por todo, por vivir, por compartir contigo, por enseñarnos tantas cosas. Aquellos jóvenes entre 25-30 años, con cargos de responsabilidad política y administrativa, hoy casi 30 años después, seguimos recordándote, y velaremos tus sueños y mostraremos tu recuerdo al mundo, para que los futuros actores sepan que has sido un hombre bueno, apasionado por la vida. Adiós amigo.
