Se ha hecho justicia, sin duda...
El Gobierno reconoce que el serbio no incumplió las leyes migratorias del país y que la exención era válida.
Así que cambian de estrategia y se inventan el rollo ése de que, por su notoriedad y supuestas opiniones, puede fomentar el sentimiento antivacunas (porque ahora resulta que tener o promover una opinión que discrepe de la oficial es motivo de expulsión).
Y los jueces validan esa mierda. Literalmente dicen que su presencia en Australia fomentaría el sentimiento anti-vacuna (como si eso fuera algo ilegal). Un gran día para la democracia.
Pero es que además, ante la tesis de los abogados de que
“Not a single line of evidence in the material before the minister provided any specific, logical or probative foundation of the proposition that the mere presence of Djokovic himself – not the cancellation of his visa and expulsion – may somehow foster anti-vaccination sentiment”, el tal Allsop le responde que el ministro Hawke
has broad powers and is entitled to rely on "perception and common sense" rather than evidence to make his decisions. "You can use common sense and human intuition about how people behave”.
Básicamente la ley del hampa.
Me voy a misa, señores; a rezar por Australia y por todos nosotros que falta les/nos hace.