No veo por aquí a ninguna mujer cetrina de andares regios y marciales, devota de la Virgen de los Llanos, que sale y vive. Queda con las amigas en la cafetería de siempre a tomar un capuccino y con magdalenas de pepitas de cholocate, luego unos cuantos Larios Rose y termina la noche follando con un desconocido en un aparcamiento de una macrodiscoteca. ¿Dónde están esas mujeres, dónde están?