Sin ser mal disco, es un disco vacuo, demasiado plano, se nota que es más un proyecto en solitario que un trabajo de grupo, excesivamente sinfónico aparte y le sobra metraje, pero repito, no es un mal disco aunque obviamente no es un buen disco tras lo dicho. Posiblemente la obsesión de Waters de demostrar que él era Floyd pues lastra todo, y su enorme ego no pudo asumir que se equivocaba.
Amused to death es realmente el disco que creo que saca el talento de Waters posteriormente, más cohesionado y con temas más currados instrumentalmente, pero esa es otra historia.