Muy disfrutable y tensa de principio a fin. Hawks, Leone, el Carpenter de Precinct 13, Kotcheff, First Blood e incluso un poco de Sammo Hung todo bien mezcladito y de forma orgánica en una intriga policiaca bien aceitada que va tomando complejidad mientras avanza, el entramado de corrupción se complica hasta lo absurdamente conspiranoico adquiriendo un tono casi ellroyano que para mí convierte la película en un progresivo goce. Cerca del final se estanca un poco pero da igual.
Es la película menos violenta del director, pero también su trabajo más ajustado. Es menos violenta porque va sobre un hombre que intenta evitar la violencia, y cuanto más la evita, más crece nuestra sed de sangre. Saulnier crea tensión, pero también coreografía con elegancia el caos cuando se produce, si tenemos paciencia.
Terry es un personaje estoico muy bien perfilado. Pierre encarna el trasfondo militar de su personaje de forma maravillosa y su actuación es mucho más física de lo que incluso puede parecer: mirad como se mueve, la forma en que sostiene (y desmonta) un arma, su tendencia a dejar que la gente hable hasta que cometa errores. En un momento en particular, toma el brazalete médico de un personaje que ha muerto, esto es lo que hacen los militares cuando toman las placas de identificación de un soldado caído. Es uno de los muchos momentos visuales sutiles que nos permiten entrar en la mente de nuestro protagonista, sin diálogos o monólogos baratos.