Sin necesidad de objetos misteriosos por parte de Trelkovsky (y sin INVENTÁRMELOS como Sikander), me encuentro con su última EVERYBODY WANTS SOME!! bien recientita. Está más y mejor comentada (por otros) en su hilo, pero es básicamente el retrato de unos pocos días, un periodo de transición entre adolescente y adulto; un oasis para universitarios calentorros en busca de una identidad. Ligera y nada pretenciosa, quizá demasiado para no perder el punto de vista de sus personajes, pero muy agradable.
Parece un tipo con una fijación por capturar puntos de giro en el recorrido emocional, en los tiempos que encierran el paso de niño a teenager, de ahí a joven adulto, a adulto maduro... y veremos si continúa. Y luego su carrera parece dar unos bandazos un poco extraños entrando y saliendo de la industria ¿no?
Volví a ver el mes pasado las dos primeras entregas de Jesse y Celine; la ilusionada, romántica y por momentos pelín discursiva ANTES DE AMANECER, y la maravillosa ANTES DE ATARDECER, pico de la trilogía (por ahora) y confirmación de que cuando llego a la escena en la que Julie Delpy (ay ay ay) canta el vals, siempre, SIEMPRE, se me saltan las lágrimas como a un idiota.
La última entrega mantiene el nivel y es quizá la más ambivalente de las dos; lleva a la pareja a su momento más amargo negándose a hacerlo con dramatismos, pero al mismo tiempo se niega a tener una visión fatalista (que sería reduccionista). Hay algo enquistado que arrastra desde la anterior, y que los propios Celine y Jessie vocalizan es la escena de la limusina: no es que lleve ese segundo encuentro llevase el primero al desencanto, es que lo señala como un trauma que ha marcado el resto de relaciones que han tenido, fuesen más o menos serias.
Luego tiene BOYHOOD, que es una sublimación de toda esa temática que comentaba. Era realmente difícil que hubiese estado a la altura de lo ambicioso de la propuesta... y efectivamente, no lo estaba. Muy interesante como experimento, y más lograda en lo referente al protagonista creciendo (y reflejando en su propia vida la idea de la peli, como las visitas del padre o el minuto final) que en los adultos a su alrededor, con la Arquette llevándose la carga más "peliculera".
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