Como dice Jabamiah tiene un tono ligerito muy agradable, distanciándose del crepuscular plomizo que es ya un tic en pelis de viejas glorias en un último hurra. Aquí el tono es de balada, a ratos melancólica y a ratos pícara, a juego con su protagonista: un tipo encantadísimo de conocerse del que realmente vemos un lado idealizado (incluso en la escenita dramática con Elisabeth Moss se tira más del rollo "hombre misterioso")... en cierto momento los personajes van al cine a ver CARRETERA ASFALTADA EN DOS DIRECCIONES, eso es una pista.
El inicio en la cafetería entre ellos dos es muy tierno, dicta todo lo que vendrá después. Cuando sale de lo íntimo y toca hablar de robos y fugas, Lowery entra con montajes (¡el del clímax!), carteles... sin pasarse demasiado. Luego aunque se ambienta en el 81, el tono va a caballo (JE) entre lo setentero y cierto indie americano vintage de los últimos años: las dos persecuciones, que son modestas pero muy elegantes (volviendo a eso que decíamos del tonillo sentimental, ojo a la música que les pone).
Es un proyecto por y para Redford, y él, que nunca fue un gran actor pero sí un gran encantador, sabe que el personaje va de ese palo; no me extrañaría que se confirme lo de que tras ésta se retira, es un papel-despedida de manual. No perderse los guiños varios a pelis suyas, desde LA JAURÍA HUMANA a BUTCH CASSIDY & SUNDANCE KID, BRUBAKER o EL GOLPE. Aunque le comen la tostada Sissy Spacek y el mini-Affleck, éste con un personaje muy alejado del clásico poli tormentoso de estas pelis; aquí es un tipo de vida feliz, es encantador ver la gracia que le hace que Redford no pueda evitar pincharlo.
¡Y muy cortita! A Keith Carradine lo han cortado entero.
Es estupenda, id a verla mientras estéis a tiempo (está teniendo una distribución lamentable).