Lo del principio en México con los matones y la perrera es un poco lo que siempre ha sido la base y la gracia de esto; un cine de superhéroes de perfil bajo o incluso muy bajo, macarra, mugriento, canallita (sin pasarse un pelo) y de nulas pretensiones, que suponía una cierta alternativa. Este “último baile” sin embargo prosigue la tendencia a imitar a la competencia todo lo que puede pero en malo o en peor, dando lugar a un engendro que salta de una cosa a otra sin mucho rigor, tocando teclas varias y sin acertar en ninguna; el rollo de científicos en el Área 51, que es muy de serie B y tiene cierta gracia, la mitología alien, la sub-trama de la familia excéntrica a lo “Little Miss Sunshine”, el buddy film… todo vale y todo da un poco igual, reciclando chistes (lo del desayuno ahora es preparar un tequila) y con frases explicativas para idiotas. Ahora bien, la pretensión de alcanzar un tono crepuscular y como de fin de algo, una especie de film emotivo, catártico y “con corazón” al estilo de un James Gunn o Waititi que absolutamente nadie ha pedido… me parece que le viene grande.
Recurre a lo más socorrido para levantar un poco semejante tinglado: canciones (Abba, Bowie... tampoco es que se maten) y así es fácil que la cosa mejore, o bien puntuales idas de olla (el momento western). Luego tenemos una denuncia sobre la inmigración muy gratuita, con los simbiontes estos que son pobres fugitivos que cruzan el río Bravo para alcanzar la estatua de la libertad (qué bonito); no tan infumable como el villano cósmico de turno, el ítem mágico que tiene que conseguir y mil cosas que estamos cansados de ver una y otra vez, remozadas en un CGI de mala calidad, en una traca final filmada aparatosamente y con nocturnidad y alevosía para que no cante la Traviata. Con tropecientos Venom y la ridícula pretensión futura de seguir con esto, pero sustituyendo al bicho negruzco por otros simbiontes femeninos, raciales (una lleva rastas y todo) y lo que mande la moda de turno. Y así llegamos a un montaje final a modo de homenaje con “Memories” de Maroon 5 (Marrón 5 desde ahora) que es de ver para creer; lo peor es que precisamente esto creo que iba en serio...