el hijo bastardo
Miembro habitual
Gonzalo García Pelayo es un personaje peculiar, distinto, que no deja indiferente. Ha destacado en los más variados ámbitos del mundo del espectáculo, como productor, director artístico, disc-jockey, director de programas musicales, presentador de televisión o director de cine, muchas veces adelantándose a su tiempo. Tiene además una habilidad especial para chocar con lo establecido, para irritar, deslumbrar o simplemente inquietar. "Acepto esos calificativos pero te aseguro que en los años que me quedan de vida procuraré mejorar esa definición". Y no se considera conflictivo. Si ha llegado a parecerlo recientemente, desde que destaca por sus habilidades en el mundo del juego, ha sido "obligado por las circunstancias". Porque, en 1991, Gonzalo García Pelayo dio un giro a su vida. Dejó prácticamente su profesión de productor de música para dedicarse al juego. Desde entonces, cuando le preguntan "¿qué eres?" contesta: "Jugador profesional", aunque después matiza "un observador de números".
"Hay muchas cosas que me separan del pensamiento oficial de los años duros, los del franquismo, claro, como del pensamiento oficial actual, que también existe. Entre los telediarios y los dominicales, nos quieren marcar el sendero a seguir, señalar a los buenos y a los malos". Y confiesa disentir en casi todo poniéndose claramente del lado de los malos. "Existe una obsesión generalizada por la calidad y yo, en cambio, tengo obsesión por la cantidad. Esto es un sacrilegio que no se debe decir en medios intelectuales. La calidad existe si hay cantidad. El cálculo de probabilidades muestra que tienes más genios futbolistas si hay muchísimos jugadores federados que si sólo hay unos pocos. A las discográficas siempre les he dicho que me dejen grabar 10 discos, que les garantizo seis fracasos".
Nacido en Madrid en 1947 y criado en Sevilla, su trayectoria profesional es tremenda. Su primer contacto con la música fue en 1969 con Smash, "un grupo que escribió una página muy interesante. Nos inventamos de alguna manera que había que hacer rock español". Tras su paso por la desaparecida Escuela de Cine, fundó Popular FM, la radio progre por excelencia de aquellos días. De allí pasó a Onda 2, de Radio España, y a Radio Nacional (Para vosotros jóvenes). Como presentador de televisión hizo el histórico Beat Club de donde pasó a Mundo Pop. En los primeros ochenta fue fundador de Antena 3 Radio como director de musicales.
Paralelamente a estas actividades como comunicador, en 1974 organizó el sello Gong. De allí salieron los primeros discos españoles de Quilapayún, Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Carlos Puebla. Y los primeros álbumes de Labordeta, Luis Pastor, Hilario Camacho, Amancio Prada, Benito Moreno, tan conflictivos entonces; o grupos como Triana, Granada, Gualberto, Tílburi, Goma; y los flamencos Lole y Manuel y María Jiménez. También produjo los primeros discos de Carlos Cano. Y tuvo relaciones con CBS para la que produjo los primeros discos de Alameda, Cai y Remedios Amaya. A mediados de los ochenta, Gonzalo fue director artístico en Polygram. En el poco tiempo que estuvo, fichó a José Mercé y nuevamente se adelantó a su tiempo. "Ahora, afortunadamente, Mercé funciona y triunfa".
García Pelayo también fue director de cine. Debutó con Manuela (1975), con Charo López y Fernando Rey de protagonistas. Siguieron Vivir en Sevilla (1978), Intercambio de parejas frente al mar (1978), Corridas de alegría (1982) y Rocío y José (1982). "El cine me dejó agotado. Un mínimo de repercusión cuesta más que hacer una película. Demasiado cansancio vital".
La atracción que siente por los números viene de lejos. "Veo el mundo y la vida calculando siempre probabilidades. Cuando subo a un avión sé que tengo, a lo mejor, una probabilidad sobre un millón de caerme. Y a mis hijos siempre les decía que es preferible andar por el centro de la calle para evitar la posibilidad de que un tiesto cayera de una ventana sobre su cabeza. Y nunca me subo en el primer vagón ni en el último del metro. Si hay un choque, serán los más perjudicados. De pensar así a que me metiera en el mundo del juego sólo había un paso". Rolling Stone
-MANUELA (1975)
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: Pancho Bautista
Producción: Galgo Films SA
Fotografía: Raúl Artigot (Color Eastmancolor)
Montaje: Roberto Fandiño
Intérpretes: Charo López, Fernando Rey, Máximo Valverde, Carmen Platero, Mario Pardo, Fernando Sánchez Polack, Carmen Albeniz, Pilar Muñoz, Emilio Segura, Agustín Navarro, Manuel Guitián, María Vico, Paloma Cela, Ernesto Martín, Luis Barboo, Víctor Israel, Francisco Millán, David Areu, Elsa Zabala, José Ortiz (niño), Alicia González, Antonio del Real, Vicente Bautista, María "La Pipa" Jiménez, Luis Baquero, Manuel de Paula, Aurora Bautista (niña), Baldomero Bautista (niño)
Sinopsis:
Basada en la novela homónima de Manuel Halcón. En la Sevilla de los años 70, Manuela, la hija de un cazador furtivo, se casa con el criado del rico Don Ramón, quien está enamorado de ella. Ella con su belleza natural y su sensualidad a flor de piel, atrae las más diversas pasiones, con los subsiguientes conflictos.
Entrevista con Gonzalo García Pelayo
Adaptación de una novela de Manuel Halcón, a través de la que se pretende profundizar en las raíces de la psicología andaluza y primera película dirigida por Gonzalo García Pelayo, crítico, presentador de radio y televisión y productor musical. Según su director, un intento de hacer cine genuinamente andaluz.
-Gonzalo, en tu cine, ¿buscas reflejar una identidad andaluza o más bien que Andalucía sirva de fondo a una problemática más universal?
-Bueno, en cine es difícil marcarse unas líneas exactas por razones obvias de problema de producción. Por ejemplo, a mí me ofrecen hacer MANUELA como primera película, que es un tema que tiene a Andalucía de fondo a una historia-melodrama convencignal, y esto es lo que tengo que hacer. Por otra parte, pienso que el pretender un cine que refleje la identidad andaluza de manera esencial y preconcebida me recuerda al cine stalinista y franquista. Andalucía tiene que vibrar en las películas que hagamos los andaluces de una manera natural, sentimental, como vibra Irlanda en muchas obras de John Ford, Escocia en McKendrick, etc... Esto se verá cuando haya cuarenta películas andaluzas y el problema es que todo el mundo quiere ver su Andalucía en la primera o primeras películas andaluzas. Por todo eso, creo que es preferible que Andalucía sirva de fondo a una problemática universal-personal.
-Te consideras más libre como autor ¿al adaptar una obra ajena como Manuela o al filmar guiones en los que tu participación temática es más personal, como Vivir en Sevilla -sobre todo- o en Frente al mar?
-Mi película más libre es Vivir en Sevilla porque allí soy libre incluso con mis propios conceptos previos de lo que es el cine, y los rompo para contar lo que quiero. Quizás esta falta de rigor pretendida es lo mejor y también lo más discutible de la película. En Frente al mar, sin embargo, me exijo un absoluto rigor ascético. Es la otra cara de la moneda en dos cintas proyectadas o ideadas al mismo tiempo, y rodadas una tras otra. MANUELA es un caso intermedio porque podía desarrollar lo que más me interesaba (las liberadoras relaciones de infifelidad), dentro de la historia que me proponían y que tenía que respetar.
-La música, muy importante en tu primer film, parece que se hace secundaria en los siguientes. ¿qué opinas de ello?
-En MANUELA la música debe crear el ambiente, el marco poético de la historia y el paisaje. Muchas veces las letras de sus canciones (por cierto, entonces desconocidas y ahora éxitos masivos como Lole y Manuel o Triana) cuentan la historia de la película. Algo parecido ocurre en Vivir en Sevilla, aunque con menos minutos de música. En Frente al mar me propuse hacerla sin una nota, pero después en el montaje tuve que incluir un solo tema para llenar una secuencia en la que nos falló el sonido ambiente hecho en directo. Tengo siempre una música cuando pienso una secuencia, porque siempre he estado grabando música cuando he estado preparando una película. Por eso en el último film, en Frente al mar, me exigí el "sacrificio" de olvidarme de la música para acentuar más el rigor del film tras la plena libertad que me supuso Vivir en Sevilla.
-¿Crees posible conciliar unos esquemas industriales con una concepción casi contra-cultural o "Underground" que se adivina en tus últimos films?
-Pues mira, yo lo he intentado casi simultáneamente con Vivir en Sevilla y con Frente al mar. Y creo que la experiencia ha sido positiva porque el fracaso comercial de la primera ha sido compensado con el éxito de la segunda. De todas formas, para mí lo peor ha sido la carencia de conexiones con el mundo industrial, que ha motivado retrasos y agobios. Una vez mejoradas estas conexiones, creo que el futuro será más fácil.
-Finalmente, ¿consideras factible la existencia de un cine andaluz hecho en Andalucía o éste ha de ser hecho a niveles estatales?
-Considero factible hacer un cine barato, pretendidamente pobre de producción, en Andalucía porque nuestro país puede amortizar una película si es un éxito en sus ocho provincias. De todas formas, en mi caso, Frente al mar ha sido un éxito comercial en Madrid, Barcelona, etc... y ha obtenido, sin embargo, resultados normales o mediocres en la propia Andalucía. Pero esto cambiará en los próximos cien años, cuando los andaluces pasen el trauma del encuentro asfixiante con su propia identidad y se relajen un poco. Juan-Fabián Delgado
-VIVIR EN SEVILLA (1978)
Director: Gonzalo García-Pelayo
Producción: Za
Fotografía: José Enrique Izquierdo
Intérpretes: Ana Bernal (Ana), Lolo Sordo (Teresa), Miguel Ángel Iglesias (Miguel), José Miguel Campos (Alberto), Guillermo Méndez (Luis)
Sinopsis:
Miguel está enamorado de Rosa, una mujer especial. La relación no funciona del todo y deciden romper.Rosa se enamora de un pintor sevillano que ha regresado tras cuarenta años de exilio pero no puede olvidar a Miguel. Miguel inicia una apasionada relación con Teresa.
Historia de amor entre cuatro personas que transcurre en Sevilla, que tendrá una gran importancia en el relato, durante la primavera de 1978. Mezcla de cine argumental y documental sobre la capital de Andalucía, con entrevistas a personajes como "el niño del taller", Silvio o "Lola la del agua".
Quizás un mérito de García-Pelayo en esta su segunda película haya sido no presentar una Andalucía folklórica. En su intento de hacer un cine nuevo le ha echado imaginación a la cosa pero el resultado ha salido desastroso. Estructura su película en tres partes perfectamente diferenciadas a pesar de que el director ha intentado realizar un montaje único. Por una parte es un documental clásico sobre la capital andaluza, en el que cámara en mano recorre la ciudad: el parque de Maria Luisa, la Catedral, el Guadalquivir, etc. Por otro lado, un reportaje sociológico con entrevistas a una serie de personajes reales que representan su propio papel, como "el niño del taller", "Silvio" o "Lola la del agua". Y finalmente una película argumental con intento de decir muchas cosas y no conseguir nada claro. A veces parece que la película está hecha por amateurs. García-Pelayo tuvo el buen gusto de que Andalucía no se expresase con acento castellano, utilizando lenguaje andaluz con su propia fonética y sintaxis.
Vivir en Sevilla. Gonzalo García-Pelayo, director de este experimento fílmico, intentó realizar un cine enraizado en la propia cultura de ciudades como Sevilla, Jerez de la Frontera, Cádiz o la Costa del Sol. Su trilogía experimental Vivir en Sevilla, Corridas de alegría y Frente al mar -que la miopía crítica de su tiempo descalificó emparentándola con la nouvelle vague, un Godard con boina, algo evidente en sus puntos de partida, pero cuyos resultados estaban más cerca de las prédicas de Jonas Mekas y la ola de vanguardia camp norteamericana-, supone un intento de dar cauces a una nueva visualidad que mezcla la estética underground con el flamenco más racial, el experimentalismo formal con reclamos eróticos -en la línea del Pasolini de la Trilogía de la alegría- con los que conseguir nuevos y más amplios públicos.
Vivir en Sevilla es una película a la vez magistral y fallida, una máquina soltera sobre el deseo, que en su trama mezcla historias del retorno del exilio y de la represión a la delincuencia, aventuras eróticas y filosóficas, cine dentro del cine y meta-relatos, Miguel Ángel Iglesias y Farruco, liberación sexual y viejos arquetipos novelescos, flamenco rock y bailes de flamenco "puro" y sobre todo un vagabundeo libre, una deriva caótica por la ciudad de Sevilla que titula la película. Julio Pérez Perucha lo explicó bien cuando habló de una "ensalada de sintagmas" para definir su texto cinematográfico. En ella hay de todo, cine documental y cine de ficción, deconstrucción y cinéma vérité, documental etnográfico y denuncia social, reportaje musical y comedia política.
-FRENTE AL MAR (1978)
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: José María Vaz de Soto
Producción: Za Cine
Fotografía: José Enrique Izquierdo (Color)
Montaje: Carlos Osset
Intérpretes: Miguel Angel Iglesias, Rosa Avila, Javier García Pelayo, Agata Martín, José Vicente Grau, Ana Bernal, José María Vaz de Soto
Sinopsis:
Un grupo de personas, hombres y mujeres, se reúnen para intercambiar puntos de vista, teóricos y prácticos, sobre las relaciones de pareja y la vida sexual.
Gonzalo García-Pelayo... con alegría
Aunque Corridas de alegría ya ha sido retirada de cartel, después de un estreno fugaz, hemos creído conveniente mantener una charla con uno de los realizadores más renovadores y controvertidos del cine español: el andaluz Gonzalo García-Pelayo. García-Pelayo viene acompañado por su sombra, Miguel Ángel Iglesias, que como pertenece al reino de lo intangible, habla poco. De la conversación entresacamos los siguientes párrafos:
-¿Vuestra dificultad principal está en encontrar canales de distríbución?
-Sí, y de producción también. El problema es que cuesta mucho hacer una película para luego malvenderla. Lo que tenemos que romper es ese círculo de marginación que yo para nada quiero. El cine español no tiene promoción... La gente va a ver a Fitzcarraldo aunque sepa que se va a aburrir con el barco, la selva y con sus muertos... Hoy, en el cine, lo que vende es la película y, alguna vez, el director. Casi nunca los intérpretes. "El cine puro se puede hacer para T.V. pues -como dice Miguel- el espectador está en casa y tiene posibilidad de elegir. Por ejemplo: lo que ha hecho Chávarri para T.V. es impensable en el cine. Nadie se hubiera movilizado. Sin embargo, en T.V., es su espacio natural.
-¿Quiere ello decir que os interesaría hacer una cine "comercial", de audiencia...
-Nuestro cine no tiene vocación de marginal. No tiene vocación de espectáculo porque no puede tenerla. Se busca nuestro público natural. Vamos ¡que no hay "cantaores" de flamenco perdidos por los pueblos...! Lo mejor que hay es lo que existe. La fórmula del cine es la que hay.
-¿Habéis buscado algún nuevo sistema de financiación?
-Rocío y José ha sido coproducido en cooperativa con el equipo y el distribuidor. Estoy muy satisfecho de que haya podido estrenarse cuatro meses y medio después de haberla empezado a rodar.
-¿Tenéis algún proyecto en T.V.?
-Voy a intentarlo. Creo que es fundamental que los socialistas se den cuenta de que la T.V. privada es necesaria. Es algo que necesitamos todos los profesionales que posiblemente les vamos a votar (la entrevista fue realizada antes de las elecciones). La T.V. privada la haremos nosotros y no el gran capital.
-Gonzalo, ¿qué otras actividades realizas?
-Llevo un programa musical en "Antena-3". Sí pudiera, haría sólo cine. También he producido discos de Triana; Smash, Alameda, Medina Azahara, lo andaluz... Gerena, María Jiménez y cantautores como Labordeta, Pau Riba, Amancio Prada... Es lo que me dio dinero para producir Vivir en Sevilla.
-¿Cómo desarrollas la visualización de tus películas?
-Improviso mucho. En FRENTE AL MAR, el guión estaba muy construido. En Corridas de alegría he trabajado más durante la filmación. Rocío y José era una idea en embrión para la que me he dejado impregnar del ambiente místico y extraplanetario que tiene el Rocío.
-Esa improvisación es la que deja que tu cine sea fresco...
-Prefiero el actor que el personaje que está interpretando. Eso creo que da vida... Por ejemplo, el cachondeo final que se arma en FRENTE AL MAR no es reproducible. Yo suelo dejar la cámara rodando cuando el actor cree que ha terminado. Luego, el montaje decide. Normalmente, con este sistema, se encuentran cosas.
-¿Qué sucedería si trabajaras con una estrutura de producción más compleja?
-Mira, creo que mientras no te salgas del presupuesto, vas a poder hacer lo que quieras.
-¿Por qué ese juego de ambigüedades en los títulos de crédito?
-Bueno, FRENTE AL MAR explicaba claramente lo que el público iba a ver, pues llevaba lo de “Intercambio de Parejas”. Era una película "S", hecha con una estética "hard" de cámara fija e iluminación dura. Era una antiEmmanuelle, sin que a mí me encante Emmanuelle que, para Miguel, es una de las mejores películas de la historia del cine... (risas). En Corridas de alegría esa ambigüedad no ha beneficiado a la película. Después se me han ocurrido otros títulos como Dos hechos polvo o Sobre la marcha. Sin embargo, lo de la "alegría" me gusta. Próximamente quiero hacer una película sobre la "gracia". Rocío y José es una película sobre "Dios te salve María, llena eres de Gracia", pero ahora quiero hacer una película sobre la "gracia" en minúsculas; sobre el chiste.
-¿Eres consciente de estar haciendo un cine idiosincrático andaluz o es algo espontáneo?
-Somos conscientes y al mismo tiempo es espontáneo. Los andaluces somos muy diferentes de los catalanes. En Andalucía hay menos identidad cultural y todavía nos planteamos qué es lo que somos... ¡Nosotros somos lo que somos! Yo creo que tengo una estética propia, cercana al Mediterráneo como, por ejemplo, el predominio de la horizontalidad, de lo estático... En FRENTE AL MAR, lo que presentábamos era pretendidamente artificioso. No engañábamos; era un juego y estaba ahí. Era una forma de hacer una película "S".
-La locución era de difícil seguimiento...
-Creo que me equivoqué al utilizar el sonido directo. No quiero volver más al sonido directo.
-Miguel, anda, ¡habla un poco!... ¿Cómo ves tú, Andalucía hoy?
IGLESIAS. -Cuando llamo a Sevilla, me dicen: "Políticamente, bien" y eso significa que ahora hay que estar enchufado por el Ayuntamiento, la bandera blanca y verde y eso... De lo contrario no te comes un pimiento. Y yo no me creo eso...
-En Corridas de alegría, los personajes van en busca de la utopía...
-Sí. Creo que es una acracia sentimental. Es ir a la búsqueda de algo que uno sospecha que no va a encontrar y encontrar otras cosas en el camino... ¡Vamos!, la famosa teoría de que lo bonito es el camino.
-Tus personajes son unos "outsiders".
-Es que lo más vivo de Andalucía es gente que están así. Hay mucha gente joven así. Como dicen en Madrid, es un documental por el lado oscuro de Andalucía.
-Qué me dices del énfasis en lo sexual.
-Bueno, son nuestras propias obsesiones por el sexo. El motor completo de mi vida es la fuerza del deseo. En Vivir en Sevilla nos preguntábamos si el deseo es la vida. Creo que en el cine el sexo tiene mucho campo por ser tratado.
-Hablemos de la dinámica del color en corridas...
-Bueno, me sorprende que la crítica haya "Ieído", por lo general, mis intenciones... Utilizo los mismos colores que Godard en Pierrot el loco, que es mi película favorita. Es elemental: el rojo denota, el blanco también...
-¿Cómo interrelacionas el mundo objetual?
-Hay toda una mitología del objeto en Andalucía. Hay una continua metaforización de la realidad con los objetos. Por ejemplo: hay quien dice que no le gusta comer conejo, sino que lo que le gusta comer el que corre por el monte... El habla andaluza -que es el legado más importante de Andalucía- es así. Y ese lenguaje está plagado de cosas, de objetos...
Por Lluís Miñarro Albero. Dirigido por, número 99, diciembre 1982
-CORRIDAS DE ALEGRÍA (1981)
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: José María Vaz de Soto
Producción: Za Cine
Fotografía: José Enrique Izquierdo (Color)
Montaje: Carlos Osset
Intérpretes: Miguel Angel Iglesias, Rosa Avila, Javier García Pelayo, Agata Martín, José Vicente Grau, Ana Bernal, José María Vaz de Soto
Sinopsis:
Un grupo de personas, hombres y mujeres, se reúnen para intercambiar puntos de vista, teóricos y prácticos, sobre las relaciones de pareja y la vida sexual.
Film de influencias godardianas que tuvo bastante repercusión tras su estreno debido a la frescura y, por qué no decirlo, al acento de sus protagonistas.
García Pelayo estrena 'Corridas de alegría', una 'película lumpen'
El País. 03/04/1982
"El realizador Gonzalo García Pelayo continúa en su nueva película, Corridas de alegría, estrenada ayer en Madrid, un tipo de cine pobre, de estética lumpen y tercermundista, con personajes y ambientes populares de Andalucía. Es una película de viaje sobre los temas de la amistad y del rollo del fracaso amoroso", según su director, que ya aparecían en sus anteriores filmes, Vivir en Sevilla, Manuela y Frente al mar. Está interpretada por Miguel Angel Iglesias, Javier García Pelayo, Isabel Pisano y Paula Molina, con canciones de Alameda, Medina Azahara, Cai, Gualberto y otros grupos andaluces. Corridas de alegría, con un presupuesto de quince millones de pesetas, tiene la intención de presentar unos pueblos y paisajes de la sierra gaditana y una numerosa galería de personajes secundarios populares.
"En Corridas de alegría", declara Gonzalo García Pelayo, "continúo la vena populista de Vivir en Sevilla, con el tema del enriquecimiento que proporciona la infidelidad y una serie de personajes secundarios, como el homosexual que escribe canciones o el titiritero charlatán, gentes que suelen estar marginadas pero que no protestan por ello. Los protagonistas pertenecen a una generación un poco perdida, de finales del franquismo, que conocieron la droga, y continúan vigentes ahora, con la implicaciones actuales".
Gonzalo García Pelayo no quiere ser Visconti. En lugar de unirse al llanto del cine español por la falta de medios, asume las carencias formales y técnicas en el momento de rodar y montar una película. "Soy partidario de una estética tercermundista y alejada de Visconti, donde se ofrezca la visión del lumpen, con todas las virtudes y defectos de una idiosincrasia cultural, como ha señalado un crítico, donde aparecen las cosas baratas y una imaginería popular. Me interesa el cine pobre, ya que tenemos que asumir nuestro propio rollo".
La banda sonora de la película incluye numerosos temas de grupos andaluces. El director señala que "la música narra la parte más poética, el mundo de los personajes que no expresan con palabras". Otro elemento del cine de García Pelayo es el erotismo, entendido y mostrado de "una forma directa y animal, que es el más sano, en contra de la habitual estética refinada". En el aspecto político, la película es antimilitarista.
García Pelayo espera con esta película recuperar el público andaluz, "al ser menos tajante que las anteriores". Dentro de unos días, volverá a su tierra sevillana "para salir de nazareno" y buscar dinero para su próxima película, una historia de amor ambientada en el Rocío".
"Un título maldito que constituye una auténtica gozada para los escasos elegidos que han podido degustarlo y lo han incorporado a sus cultos privados.
Al estilo de la más tradicional road-movie, propone un viaje por una Andalucía colorista pero escasamente tópica a cargo de dos perdedores natos.
Unos diálogos delirantes y la naturalidad con que desarrolla una historia casi imposible la convierten en una rareza irrepetible". Fotogramas
Aplicando su máxima "frente a la qualité, cantidad", García-Pelayo se lanza a producir películas baratas, de rápida realización aprovechando el mismo equipo, las mismas localizaciones de rodaje, los mismos actores. Era un gesto que respondía a la urgencia de los tiempos y a la manera en que este director entendía el compromiso social y político con esos mismos tiempos. Vivir en Sevilla y Frente al mar las produce él mismo, mientras que para Corridas de alegría cuenta con el apoyo de Andrés Vicente Gómez. Ya hemos hablado de Vivir en Sevilla, incluso hicimos hincapié en el baile de Farruco que literalmente parte la película en dos. Frente al mar y Corridas de alegría participan de una misma manera de entender el lenguaje cinematográfico. En la primera mediante el intercambio sexual de parejas que conversan sobre esto y aquello y hasta se acercan a escuchar a El Negro del Puerto contando el Romance de Bernardo el Carpio. La segunda una road-movie al compós de los pies de La Farruca, en la que se machacan los clásicos del thriller moderno: delincuencia, prostitución, drogas, travestidos... Tres ejemplos de un cine inclasificable, imposible de gobernar.
-ROCÍO Y JOSÉ (1982)
Director: Gonzalo García-Pelayo
Guión: Miguel Ángel Iglesias
Producción: Za
Fotografía: José Enrique Izquierdo
Montaje: Roberto Fandiño
Música original: Gonzalo García-Pelayo
Intérpretes: María José López, Carmen Martínez, Curro Franco.
Sinopsis:
José entabla relaciones con una chica de su edad, Rocío, precisamente en el marco de la peregrinación del Rocío. En este enclave fortalecen su amor.
Víctima cinematográfica del retorno al orden que supuso la segunda parte de la transición democrática española, Rocío, escrita y realizada en 1977 por Fernando Ruiz de Vergara y Ana Vila, ganó el 1er premio del Festival de Cine de Sevilla en 1980 y fue secuestrada por un juez en 1981 y censurada, condenado a dos años de cárcel su director y al pago de diez millones de pesetas a los querellantes, una familia de Almonte que sentía que se acusaba a su padre de los asesinatos cometidos durante la Guerra Civil Española en la aldea almonteña. Pero todos estos accidentes políticos ocultan la cinta que mejor ha filmado el Rocío, y que incluye algunos tesoros del cine documental español, así como una banda sonora llena de himnos musulmanes y cantes de Salvador Távora. De retorno al orden podríamos considerar también Rocío y José, antagonista con la primera, la película más lineal de García-Pelayo. Con el tempo de John Ford y una fotografía orientalizante se retrata una historia de amor "puro" en la caravana rociera, con una música muy propia a base de éxitos de las sevillanas rocieras. Según Luis Eduardo Aute, "la más bonita película del cine español".
NO A LA CENSURA, SEPULTURA, DEL OTRO CINE ESPAÑOL
"Hay muchas cosas que me separan del pensamiento oficial de los años duros, los del franquismo, claro, como del pensamiento oficial actual, que también existe. Entre los telediarios y los dominicales, nos quieren marcar el sendero a seguir, señalar a los buenos y a los malos". Y confiesa disentir en casi todo poniéndose claramente del lado de los malos. "Existe una obsesión generalizada por la calidad y yo, en cambio, tengo obsesión por la cantidad. Esto es un sacrilegio que no se debe decir en medios intelectuales. La calidad existe si hay cantidad. El cálculo de probabilidades muestra que tienes más genios futbolistas si hay muchísimos jugadores federados que si sólo hay unos pocos. A las discográficas siempre les he dicho que me dejen grabar 10 discos, que les garantizo seis fracasos".
Nacido en Madrid en 1947 y criado en Sevilla, su trayectoria profesional es tremenda. Su primer contacto con la música fue en 1969 con Smash, "un grupo que escribió una página muy interesante. Nos inventamos de alguna manera que había que hacer rock español". Tras su paso por la desaparecida Escuela de Cine, fundó Popular FM, la radio progre por excelencia de aquellos días. De allí pasó a Onda 2, de Radio España, y a Radio Nacional (Para vosotros jóvenes). Como presentador de televisión hizo el histórico Beat Club de donde pasó a Mundo Pop. En los primeros ochenta fue fundador de Antena 3 Radio como director de musicales.
Paralelamente a estas actividades como comunicador, en 1974 organizó el sello Gong. De allí salieron los primeros discos españoles de Quilapayún, Víctor Jara, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés o Carlos Puebla. Y los primeros álbumes de Labordeta, Luis Pastor, Hilario Camacho, Amancio Prada, Benito Moreno, tan conflictivos entonces; o grupos como Triana, Granada, Gualberto, Tílburi, Goma; y los flamencos Lole y Manuel y María Jiménez. También produjo los primeros discos de Carlos Cano. Y tuvo relaciones con CBS para la que produjo los primeros discos de Alameda, Cai y Remedios Amaya. A mediados de los ochenta, Gonzalo fue director artístico en Polygram. En el poco tiempo que estuvo, fichó a José Mercé y nuevamente se adelantó a su tiempo. "Ahora, afortunadamente, Mercé funciona y triunfa".
García Pelayo también fue director de cine. Debutó con Manuela (1975), con Charo López y Fernando Rey de protagonistas. Siguieron Vivir en Sevilla (1978), Intercambio de parejas frente al mar (1978), Corridas de alegría (1982) y Rocío y José (1982). "El cine me dejó agotado. Un mínimo de repercusión cuesta más que hacer una película. Demasiado cansancio vital".
La atracción que siente por los números viene de lejos. "Veo el mundo y la vida calculando siempre probabilidades. Cuando subo a un avión sé que tengo, a lo mejor, una probabilidad sobre un millón de caerme. Y a mis hijos siempre les decía que es preferible andar por el centro de la calle para evitar la posibilidad de que un tiesto cayera de una ventana sobre su cabeza. Y nunca me subo en el primer vagón ni en el último del metro. Si hay un choque, serán los más perjudicados. De pensar así a que me metiera en el mundo del juego sólo había un paso". Rolling Stone
-MANUELA (1975)
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: Pancho Bautista
Producción: Galgo Films SA
Fotografía: Raúl Artigot (Color Eastmancolor)
Montaje: Roberto Fandiño
Intérpretes: Charo López, Fernando Rey, Máximo Valverde, Carmen Platero, Mario Pardo, Fernando Sánchez Polack, Carmen Albeniz, Pilar Muñoz, Emilio Segura, Agustín Navarro, Manuel Guitián, María Vico, Paloma Cela, Ernesto Martín, Luis Barboo, Víctor Israel, Francisco Millán, David Areu, Elsa Zabala, José Ortiz (niño), Alicia González, Antonio del Real, Vicente Bautista, María "La Pipa" Jiménez, Luis Baquero, Manuel de Paula, Aurora Bautista (niña), Baldomero Bautista (niño)
Sinopsis:
Basada en la novela homónima de Manuel Halcón. En la Sevilla de los años 70, Manuela, la hija de un cazador furtivo, se casa con el criado del rico Don Ramón, quien está enamorado de ella. Ella con su belleza natural y su sensualidad a flor de piel, atrae las más diversas pasiones, con los subsiguientes conflictos.
Entrevista con Gonzalo García Pelayo
Adaptación de una novela de Manuel Halcón, a través de la que se pretende profundizar en las raíces de la psicología andaluza y primera película dirigida por Gonzalo García Pelayo, crítico, presentador de radio y televisión y productor musical. Según su director, un intento de hacer cine genuinamente andaluz.
-Gonzalo, en tu cine, ¿buscas reflejar una identidad andaluza o más bien que Andalucía sirva de fondo a una problemática más universal?
-Bueno, en cine es difícil marcarse unas líneas exactas por razones obvias de problema de producción. Por ejemplo, a mí me ofrecen hacer MANUELA como primera película, que es un tema que tiene a Andalucía de fondo a una historia-melodrama convencignal, y esto es lo que tengo que hacer. Por otra parte, pienso que el pretender un cine que refleje la identidad andaluza de manera esencial y preconcebida me recuerda al cine stalinista y franquista. Andalucía tiene que vibrar en las películas que hagamos los andaluces de una manera natural, sentimental, como vibra Irlanda en muchas obras de John Ford, Escocia en McKendrick, etc... Esto se verá cuando haya cuarenta películas andaluzas y el problema es que todo el mundo quiere ver su Andalucía en la primera o primeras películas andaluzas. Por todo eso, creo que es preferible que Andalucía sirva de fondo a una problemática universal-personal.
-Te consideras más libre como autor ¿al adaptar una obra ajena como Manuela o al filmar guiones en los que tu participación temática es más personal, como Vivir en Sevilla -sobre todo- o en Frente al mar?
-Mi película más libre es Vivir en Sevilla porque allí soy libre incluso con mis propios conceptos previos de lo que es el cine, y los rompo para contar lo que quiero. Quizás esta falta de rigor pretendida es lo mejor y también lo más discutible de la película. En Frente al mar, sin embargo, me exijo un absoluto rigor ascético. Es la otra cara de la moneda en dos cintas proyectadas o ideadas al mismo tiempo, y rodadas una tras otra. MANUELA es un caso intermedio porque podía desarrollar lo que más me interesaba (las liberadoras relaciones de infifelidad), dentro de la historia que me proponían y que tenía que respetar.
-La música, muy importante en tu primer film, parece que se hace secundaria en los siguientes. ¿qué opinas de ello?
-En MANUELA la música debe crear el ambiente, el marco poético de la historia y el paisaje. Muchas veces las letras de sus canciones (por cierto, entonces desconocidas y ahora éxitos masivos como Lole y Manuel o Triana) cuentan la historia de la película. Algo parecido ocurre en Vivir en Sevilla, aunque con menos minutos de música. En Frente al mar me propuse hacerla sin una nota, pero después en el montaje tuve que incluir un solo tema para llenar una secuencia en la que nos falló el sonido ambiente hecho en directo. Tengo siempre una música cuando pienso una secuencia, porque siempre he estado grabando música cuando he estado preparando una película. Por eso en el último film, en Frente al mar, me exigí el "sacrificio" de olvidarme de la música para acentuar más el rigor del film tras la plena libertad que me supuso Vivir en Sevilla.
-¿Crees posible conciliar unos esquemas industriales con una concepción casi contra-cultural o "Underground" que se adivina en tus últimos films?
-Pues mira, yo lo he intentado casi simultáneamente con Vivir en Sevilla y con Frente al mar. Y creo que la experiencia ha sido positiva porque el fracaso comercial de la primera ha sido compensado con el éxito de la segunda. De todas formas, para mí lo peor ha sido la carencia de conexiones con el mundo industrial, que ha motivado retrasos y agobios. Una vez mejoradas estas conexiones, creo que el futuro será más fácil.
-Finalmente, ¿consideras factible la existencia de un cine andaluz hecho en Andalucía o éste ha de ser hecho a niveles estatales?
-Considero factible hacer un cine barato, pretendidamente pobre de producción, en Andalucía porque nuestro país puede amortizar una película si es un éxito en sus ocho provincias. De todas formas, en mi caso, Frente al mar ha sido un éxito comercial en Madrid, Barcelona, etc... y ha obtenido, sin embargo, resultados normales o mediocres en la propia Andalucía. Pero esto cambiará en los próximos cien años, cuando los andaluces pasen el trauma del encuentro asfixiante con su propia identidad y se relajen un poco. Juan-Fabián Delgado
-VIVIR EN SEVILLA (1978)
Director: Gonzalo García-Pelayo
Producción: Za
Fotografía: José Enrique Izquierdo
Intérpretes: Ana Bernal (Ana), Lolo Sordo (Teresa), Miguel Ángel Iglesias (Miguel), José Miguel Campos (Alberto), Guillermo Méndez (Luis)
Sinopsis:
Miguel está enamorado de Rosa, una mujer especial. La relación no funciona del todo y deciden romper.Rosa se enamora de un pintor sevillano que ha regresado tras cuarenta años de exilio pero no puede olvidar a Miguel. Miguel inicia una apasionada relación con Teresa.
Historia de amor entre cuatro personas que transcurre en Sevilla, que tendrá una gran importancia en el relato, durante la primavera de 1978. Mezcla de cine argumental y documental sobre la capital de Andalucía, con entrevistas a personajes como "el niño del taller", Silvio o "Lola la del agua".
Quizás un mérito de García-Pelayo en esta su segunda película haya sido no presentar una Andalucía folklórica. En su intento de hacer un cine nuevo le ha echado imaginación a la cosa pero el resultado ha salido desastroso. Estructura su película en tres partes perfectamente diferenciadas a pesar de que el director ha intentado realizar un montaje único. Por una parte es un documental clásico sobre la capital andaluza, en el que cámara en mano recorre la ciudad: el parque de Maria Luisa, la Catedral, el Guadalquivir, etc. Por otro lado, un reportaje sociológico con entrevistas a una serie de personajes reales que representan su propio papel, como "el niño del taller", "Silvio" o "Lola la del agua". Y finalmente una película argumental con intento de decir muchas cosas y no conseguir nada claro. A veces parece que la película está hecha por amateurs. García-Pelayo tuvo el buen gusto de que Andalucía no se expresase con acento castellano, utilizando lenguaje andaluz con su propia fonética y sintaxis.
Vivir en Sevilla. Gonzalo García-Pelayo, director de este experimento fílmico, intentó realizar un cine enraizado en la propia cultura de ciudades como Sevilla, Jerez de la Frontera, Cádiz o la Costa del Sol. Su trilogía experimental Vivir en Sevilla, Corridas de alegría y Frente al mar -que la miopía crítica de su tiempo descalificó emparentándola con la nouvelle vague, un Godard con boina, algo evidente en sus puntos de partida, pero cuyos resultados estaban más cerca de las prédicas de Jonas Mekas y la ola de vanguardia camp norteamericana-, supone un intento de dar cauces a una nueva visualidad que mezcla la estética underground con el flamenco más racial, el experimentalismo formal con reclamos eróticos -en la línea del Pasolini de la Trilogía de la alegría- con los que conseguir nuevos y más amplios públicos.
Vivir en Sevilla es una película a la vez magistral y fallida, una máquina soltera sobre el deseo, que en su trama mezcla historias del retorno del exilio y de la represión a la delincuencia, aventuras eróticas y filosóficas, cine dentro del cine y meta-relatos, Miguel Ángel Iglesias y Farruco, liberación sexual y viejos arquetipos novelescos, flamenco rock y bailes de flamenco "puro" y sobre todo un vagabundeo libre, una deriva caótica por la ciudad de Sevilla que titula la película. Julio Pérez Perucha lo explicó bien cuando habló de una "ensalada de sintagmas" para definir su texto cinematográfico. En ella hay de todo, cine documental y cine de ficción, deconstrucción y cinéma vérité, documental etnográfico y denuncia social, reportaje musical y comedia política.
-FRENTE AL MAR (1978)
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: José María Vaz de Soto
Producción: Za Cine
Fotografía: José Enrique Izquierdo (Color)
Montaje: Carlos Osset
Intérpretes: Miguel Angel Iglesias, Rosa Avila, Javier García Pelayo, Agata Martín, José Vicente Grau, Ana Bernal, José María Vaz de Soto
Sinopsis:
Un grupo de personas, hombres y mujeres, se reúnen para intercambiar puntos de vista, teóricos y prácticos, sobre las relaciones de pareja y la vida sexual.
Gonzalo García-Pelayo... con alegría
Aunque Corridas de alegría ya ha sido retirada de cartel, después de un estreno fugaz, hemos creído conveniente mantener una charla con uno de los realizadores más renovadores y controvertidos del cine español: el andaluz Gonzalo García-Pelayo. García-Pelayo viene acompañado por su sombra, Miguel Ángel Iglesias, que como pertenece al reino de lo intangible, habla poco. De la conversación entresacamos los siguientes párrafos:
-¿Vuestra dificultad principal está en encontrar canales de distríbución?
-Sí, y de producción también. El problema es que cuesta mucho hacer una película para luego malvenderla. Lo que tenemos que romper es ese círculo de marginación que yo para nada quiero. El cine español no tiene promoción... La gente va a ver a Fitzcarraldo aunque sepa que se va a aburrir con el barco, la selva y con sus muertos... Hoy, en el cine, lo que vende es la película y, alguna vez, el director. Casi nunca los intérpretes. "El cine puro se puede hacer para T.V. pues -como dice Miguel- el espectador está en casa y tiene posibilidad de elegir. Por ejemplo: lo que ha hecho Chávarri para T.V. es impensable en el cine. Nadie se hubiera movilizado. Sin embargo, en T.V., es su espacio natural.
-¿Quiere ello decir que os interesaría hacer una cine "comercial", de audiencia...
-Nuestro cine no tiene vocación de marginal. No tiene vocación de espectáculo porque no puede tenerla. Se busca nuestro público natural. Vamos ¡que no hay "cantaores" de flamenco perdidos por los pueblos...! Lo mejor que hay es lo que existe. La fórmula del cine es la que hay.
-¿Habéis buscado algún nuevo sistema de financiación?
-Rocío y José ha sido coproducido en cooperativa con el equipo y el distribuidor. Estoy muy satisfecho de que haya podido estrenarse cuatro meses y medio después de haberla empezado a rodar.
-¿Tenéis algún proyecto en T.V.?
-Voy a intentarlo. Creo que es fundamental que los socialistas se den cuenta de que la T.V. privada es necesaria. Es algo que necesitamos todos los profesionales que posiblemente les vamos a votar (la entrevista fue realizada antes de las elecciones). La T.V. privada la haremos nosotros y no el gran capital.
-Gonzalo, ¿qué otras actividades realizas?
-Llevo un programa musical en "Antena-3". Sí pudiera, haría sólo cine. También he producido discos de Triana; Smash, Alameda, Medina Azahara, lo andaluz... Gerena, María Jiménez y cantautores como Labordeta, Pau Riba, Amancio Prada... Es lo que me dio dinero para producir Vivir en Sevilla.
-¿Cómo desarrollas la visualización de tus películas?
-Improviso mucho. En FRENTE AL MAR, el guión estaba muy construido. En Corridas de alegría he trabajado más durante la filmación. Rocío y José era una idea en embrión para la que me he dejado impregnar del ambiente místico y extraplanetario que tiene el Rocío.
-Esa improvisación es la que deja que tu cine sea fresco...
-Prefiero el actor que el personaje que está interpretando. Eso creo que da vida... Por ejemplo, el cachondeo final que se arma en FRENTE AL MAR no es reproducible. Yo suelo dejar la cámara rodando cuando el actor cree que ha terminado. Luego, el montaje decide. Normalmente, con este sistema, se encuentran cosas.
-¿Qué sucedería si trabajaras con una estrutura de producción más compleja?
-Mira, creo que mientras no te salgas del presupuesto, vas a poder hacer lo que quieras.
-¿Por qué ese juego de ambigüedades en los títulos de crédito?
-Bueno, FRENTE AL MAR explicaba claramente lo que el público iba a ver, pues llevaba lo de “Intercambio de Parejas”. Era una película "S", hecha con una estética "hard" de cámara fija e iluminación dura. Era una antiEmmanuelle, sin que a mí me encante Emmanuelle que, para Miguel, es una de las mejores películas de la historia del cine... (risas). En Corridas de alegría esa ambigüedad no ha beneficiado a la película. Después se me han ocurrido otros títulos como Dos hechos polvo o Sobre la marcha. Sin embargo, lo de la "alegría" me gusta. Próximamente quiero hacer una película sobre la "gracia". Rocío y José es una película sobre "Dios te salve María, llena eres de Gracia", pero ahora quiero hacer una película sobre la "gracia" en minúsculas; sobre el chiste.
-¿Eres consciente de estar haciendo un cine idiosincrático andaluz o es algo espontáneo?
-Somos conscientes y al mismo tiempo es espontáneo. Los andaluces somos muy diferentes de los catalanes. En Andalucía hay menos identidad cultural y todavía nos planteamos qué es lo que somos... ¡Nosotros somos lo que somos! Yo creo que tengo una estética propia, cercana al Mediterráneo como, por ejemplo, el predominio de la horizontalidad, de lo estático... En FRENTE AL MAR, lo que presentábamos era pretendidamente artificioso. No engañábamos; era un juego y estaba ahí. Era una forma de hacer una película "S".
-La locución era de difícil seguimiento...
-Creo que me equivoqué al utilizar el sonido directo. No quiero volver más al sonido directo.
-Miguel, anda, ¡habla un poco!... ¿Cómo ves tú, Andalucía hoy?
IGLESIAS. -Cuando llamo a Sevilla, me dicen: "Políticamente, bien" y eso significa que ahora hay que estar enchufado por el Ayuntamiento, la bandera blanca y verde y eso... De lo contrario no te comes un pimiento. Y yo no me creo eso...
-En Corridas de alegría, los personajes van en busca de la utopía...
-Sí. Creo que es una acracia sentimental. Es ir a la búsqueda de algo que uno sospecha que no va a encontrar y encontrar otras cosas en el camino... ¡Vamos!, la famosa teoría de que lo bonito es el camino.
-Tus personajes son unos "outsiders".
-Es que lo más vivo de Andalucía es gente que están así. Hay mucha gente joven así. Como dicen en Madrid, es un documental por el lado oscuro de Andalucía.
-Qué me dices del énfasis en lo sexual.
-Bueno, son nuestras propias obsesiones por el sexo. El motor completo de mi vida es la fuerza del deseo. En Vivir en Sevilla nos preguntábamos si el deseo es la vida. Creo que en el cine el sexo tiene mucho campo por ser tratado.
-Hablemos de la dinámica del color en corridas...
-Bueno, me sorprende que la crítica haya "Ieído", por lo general, mis intenciones... Utilizo los mismos colores que Godard en Pierrot el loco, que es mi película favorita. Es elemental: el rojo denota, el blanco también...
-¿Cómo interrelacionas el mundo objetual?
-Hay toda una mitología del objeto en Andalucía. Hay una continua metaforización de la realidad con los objetos. Por ejemplo: hay quien dice que no le gusta comer conejo, sino que lo que le gusta comer el que corre por el monte... El habla andaluza -que es el legado más importante de Andalucía- es así. Y ese lenguaje está plagado de cosas, de objetos...
Por Lluís Miñarro Albero. Dirigido por, número 99, diciembre 1982
-CORRIDAS DE ALEGRÍA (1981)
Director: Gonzalo García Pelayo
Guión: José María Vaz de Soto
Producción: Za Cine
Fotografía: José Enrique Izquierdo (Color)
Montaje: Carlos Osset
Intérpretes: Miguel Angel Iglesias, Rosa Avila, Javier García Pelayo, Agata Martín, José Vicente Grau, Ana Bernal, José María Vaz de Soto
Sinopsis:
Un grupo de personas, hombres y mujeres, se reúnen para intercambiar puntos de vista, teóricos y prácticos, sobre las relaciones de pareja y la vida sexual.
Film de influencias godardianas que tuvo bastante repercusión tras su estreno debido a la frescura y, por qué no decirlo, al acento de sus protagonistas.
García Pelayo estrena 'Corridas de alegría', una 'película lumpen'
El País. 03/04/1982
"El realizador Gonzalo García Pelayo continúa en su nueva película, Corridas de alegría, estrenada ayer en Madrid, un tipo de cine pobre, de estética lumpen y tercermundista, con personajes y ambientes populares de Andalucía. Es una película de viaje sobre los temas de la amistad y del rollo del fracaso amoroso", según su director, que ya aparecían en sus anteriores filmes, Vivir en Sevilla, Manuela y Frente al mar. Está interpretada por Miguel Angel Iglesias, Javier García Pelayo, Isabel Pisano y Paula Molina, con canciones de Alameda, Medina Azahara, Cai, Gualberto y otros grupos andaluces. Corridas de alegría, con un presupuesto de quince millones de pesetas, tiene la intención de presentar unos pueblos y paisajes de la sierra gaditana y una numerosa galería de personajes secundarios populares.
"En Corridas de alegría", declara Gonzalo García Pelayo, "continúo la vena populista de Vivir en Sevilla, con el tema del enriquecimiento que proporciona la infidelidad y una serie de personajes secundarios, como el homosexual que escribe canciones o el titiritero charlatán, gentes que suelen estar marginadas pero que no protestan por ello. Los protagonistas pertenecen a una generación un poco perdida, de finales del franquismo, que conocieron la droga, y continúan vigentes ahora, con la implicaciones actuales".
Gonzalo García Pelayo no quiere ser Visconti. En lugar de unirse al llanto del cine español por la falta de medios, asume las carencias formales y técnicas en el momento de rodar y montar una película. "Soy partidario de una estética tercermundista y alejada de Visconti, donde se ofrezca la visión del lumpen, con todas las virtudes y defectos de una idiosincrasia cultural, como ha señalado un crítico, donde aparecen las cosas baratas y una imaginería popular. Me interesa el cine pobre, ya que tenemos que asumir nuestro propio rollo".
La banda sonora de la película incluye numerosos temas de grupos andaluces. El director señala que "la música narra la parte más poética, el mundo de los personajes que no expresan con palabras". Otro elemento del cine de García Pelayo es el erotismo, entendido y mostrado de "una forma directa y animal, que es el más sano, en contra de la habitual estética refinada". En el aspecto político, la película es antimilitarista.
García Pelayo espera con esta película recuperar el público andaluz, "al ser menos tajante que las anteriores". Dentro de unos días, volverá a su tierra sevillana "para salir de nazareno" y buscar dinero para su próxima película, una historia de amor ambientada en el Rocío".
"Un título maldito que constituye una auténtica gozada para los escasos elegidos que han podido degustarlo y lo han incorporado a sus cultos privados.
Al estilo de la más tradicional road-movie, propone un viaje por una Andalucía colorista pero escasamente tópica a cargo de dos perdedores natos.
Unos diálogos delirantes y la naturalidad con que desarrolla una historia casi imposible la convierten en una rareza irrepetible". Fotogramas
Aplicando su máxima "frente a la qualité, cantidad", García-Pelayo se lanza a producir películas baratas, de rápida realización aprovechando el mismo equipo, las mismas localizaciones de rodaje, los mismos actores. Era un gesto que respondía a la urgencia de los tiempos y a la manera en que este director entendía el compromiso social y político con esos mismos tiempos. Vivir en Sevilla y Frente al mar las produce él mismo, mientras que para Corridas de alegría cuenta con el apoyo de Andrés Vicente Gómez. Ya hemos hablado de Vivir en Sevilla, incluso hicimos hincapié en el baile de Farruco que literalmente parte la película en dos. Frente al mar y Corridas de alegría participan de una misma manera de entender el lenguaje cinematográfico. En la primera mediante el intercambio sexual de parejas que conversan sobre esto y aquello y hasta se acercan a escuchar a El Negro del Puerto contando el Romance de Bernardo el Carpio. La segunda una road-movie al compós de los pies de La Farruca, en la que se machacan los clásicos del thriller moderno: delincuencia, prostitución, drogas, travestidos... Tres ejemplos de un cine inclasificable, imposible de gobernar.
-ROCÍO Y JOSÉ (1982)
Director: Gonzalo García-Pelayo
Guión: Miguel Ángel Iglesias
Producción: Za
Fotografía: José Enrique Izquierdo
Montaje: Roberto Fandiño
Música original: Gonzalo García-Pelayo
Intérpretes: María José López, Carmen Martínez, Curro Franco.
Sinopsis:
José entabla relaciones con una chica de su edad, Rocío, precisamente en el marco de la peregrinación del Rocío. En este enclave fortalecen su amor.
Víctima cinematográfica del retorno al orden que supuso la segunda parte de la transición democrática española, Rocío, escrita y realizada en 1977 por Fernando Ruiz de Vergara y Ana Vila, ganó el 1er premio del Festival de Cine de Sevilla en 1980 y fue secuestrada por un juez en 1981 y censurada, condenado a dos años de cárcel su director y al pago de diez millones de pesetas a los querellantes, una familia de Almonte que sentía que se acusaba a su padre de los asesinatos cometidos durante la Guerra Civil Española en la aldea almonteña. Pero todos estos accidentes políticos ocultan la cinta que mejor ha filmado el Rocío, y que incluye algunos tesoros del cine documental español, así como una banda sonora llena de himnos musulmanes y cantes de Salvador Távora. De retorno al orden podríamos considerar también Rocío y José, antagonista con la primera, la película más lineal de García-Pelayo. Con el tempo de John Ford y una fotografía orientalizante se retrata una historia de amor "puro" en la caravana rociera, con una música muy propia a base de éxitos de las sevillanas rocieras. Según Luis Eduardo Aute, "la más bonita película del cine español".
NO A LA CENSURA, SEPULTURA, DEL OTRO CINE ESPAÑOL
Última edición: