Respuesta: ¿Qué es para vosotros la Navidad?
Hijosdeputa, me estáis restregando por las narices mi Kryptonita particular: ¡¡¡LA NOSTALGIA!!!
Me gustaría decir (y sobre todo, creermelo) que sigo disfrutándolas igual que cuando era un crío, pero no es verdad. Ahora soy consciente de lo rápido que va el mundo, y de lo mucho que cuesta todo aquello que me gustaba de las Navidades cuando era niño... ya no es igual, por mucho que quiera. Eso si, cuando tenga hijos estoy seguro que voy a volver a disfrutarlas casi tanto como cuando era un niño.
En mi casa, como imagino, en muchas otras, las Navidades eran sinónimo de FELICIDAD. El colegio se acababa, y podías caminar con libertad por las calles con los amigos, recordándonos cada cinco minutos que en un día normal estaríamos dando Matemáticas, Lenguaje, o lo que fuera. O la sensación de estar sentado en el sofá con una bolsa de papas y una Coca Cola viendo una película para hacer rato hasta que empezasen a llegar todos los primos para la Nochebuena. Aquellas Nochebuenas con todos los críos haciendo el cabra, el abuelo durmiéndose en el sofá a cada rato pero sin admitir en ningún momento que se está durmiendo, las incursiones militares a la cocina para coger por banda los pasteles, la caja de pastas o de galletas surtidas Cuétara antes de hora... en fin. Me pongo y no paro.
Y la noche de la Cabalgata, la jodida noche de la Cabalgata... todavía no he encontrado nada en el mundo adulto que iguale esa sensación de magia, ni creo que lo encuentre. Desde que te despiertas, el día cinco de enero, tenías una inevitable sonrisa de oreja a oreja, y solía pasar todo ese día con una mezcla de impaciencia, felicidad, nervios, y una especie de "predisposición" a que todo el mundo lo pase bien, porque sabes que tú lo vas a pasar bien seguro. En cuanto acababas de comer querías salir corriendo... en mi caso, la veíamos en la puerta de la casa de una tía mía, porque estaba justo enfrente de la iglesia y la cabalgata paraba allí. A las tres y pico de la tarde ya nos tenía allí a toda la prole, revoltosos, excitados cual pequeños gremlins, viendo la tele, huyendo a cada rato a asomarse al balcón "a ver si venían ya..". Y la cabalgata, con los caramelos (máquinas de morados y cardenales) el paso de los reyes, los pajes y su puta madre, mi abuela subiéndonos a cuestas (cinco o seis críos a la vez) para ir a saludar a los Reyes... por mi zona, los regalos siempre se abrían esa misma noche, nunca al día siguiente, y en cuanto se alejaba la cabalgata, subíamos corriendo. Todos los salones de las casas llenos de papeles por todos los suelos, y DABA IGUAL, al menos hasta el día siguiente, cuando el resto del año, por cualquier cosa que tiraras por el suelo te echaban la bronca.
Aquellos 55 escalones que tenía que subir para llegar a mi casa donde me esperaba el último (y normalmente, el mejor) de los regalos... ¡que eternos se hacian a veces! Aun recuerdo la noche que me regalaron el Atmosfear, y que risotadas luego viendo el vídeo
A mi personalmente, no se me fue la ilusión al enterarme. Hermano pequeño, un montón de primos... mientras lo sabían, la magia se conservaba casi intacta. El problema es cuando se llega a ciertas edades, lo saben todos, y además, los críos crecen y ya les compras ropa, o cosas útiles, pero sin la menor ilusión por su parte ahí es donde, en mi opinión, se jode del todo la cosa.
Este año, como hemos venido haciendo los últimos veinte años en mi casa y es ya tradición, sin fallar un solo año, al menos hasta ahora, mis hermanos y yo nos sentaremos, a eso de las cinco de la tarde de Nochebuena, ante el televisor, con un paquete de galletas Tosta Rica, un bote de Nocilla intacto, y veremos Gremlins en VHS mientras nos zampamos los cuatro paquetes. Algunas cosas... nunca mueren
