Hallowed be thy name
Invitado
- Mensajes
- 16.974
- Reacciones
- 4.650
Buenas.
De siempre me había gustado mucho la fotografía, desde mi primera Polaroid, la réflex ¿Fuji? de mis padres, mi primera cámara (la típica de la comunión)... Pasé por varias cámaras hasta que llegué a mi réflex, una Canon 350D. Poco a poco he ido comprando objetivos y accesorios, controlando un poco más la técnica y el retoque y por fin he llegado a hacer fotos que me gusten, aunque me sigan pareciendo bodrios al lado de las vuestras, sin ir más lejos.
Quizá por ese inconformismo me veo ahora mismo con pocas ganas de seguir con esto. Estas vacaciones, en las que he pasado diez días con la cámara a cuestas, acababa todas las jornadas deseando que mi equipo se metamorfoseara en una compacta.
Cargar todos los días con unos dos kilos de equipo, estar pendiente del polvo en el sensor, tener que cambiar de objetivo, tener que resguardarse en cuanto caen dos gotas... Y luego, a la noche, echarme las manos a la cabeza al ver la cantidad de fotos que tengo, que no hacen más que sumar espacio y tiempo.
Ahora me encuentro con casi catorce gigas de fotos, casi mil ochocientas fotos para retocar y seleccionar y muy poco tiempo para dedicar a esto. Realmente añoro los tiempos en los que iba de viaje con mi querida Coolpix 7900 que no ocupa ni pesa una décima parte de lo que tengo ahora y con la que saqué unas fotos que me cuesta igualar con la réflex en manual.
En resumen, creo que tengo una crisis fotográfica. Creo que, poco a poco, me estoy enterrando en fotos (todavía tengo pendientes de procesar las fotos de mis dos anteriores viajes), creo que disfruto menos del turismo porque me paso más tiempo pendiente de la cámara y la foto que del paisaje en si y creo que estoy desaprovechando mi equipo, porque en cada viaje se me antoja un objetivo nuevo y al final prácticamente no los uso.
¿Os ha pasado esto alguna vez? Estoy tan cansado de este tema que tengo todo el equipo en sus cajas originales, a un paso de ir a eBay, para comprar una compacta nueva y volver a disfrutar de los viajes sin ataduras.
¿Es grave, doctor?
De siempre me había gustado mucho la fotografía, desde mi primera Polaroid, la réflex ¿Fuji? de mis padres, mi primera cámara (la típica de la comunión)... Pasé por varias cámaras hasta que llegué a mi réflex, una Canon 350D. Poco a poco he ido comprando objetivos y accesorios, controlando un poco más la técnica y el retoque y por fin he llegado a hacer fotos que me gusten, aunque me sigan pareciendo bodrios al lado de las vuestras, sin ir más lejos.
Quizá por ese inconformismo me veo ahora mismo con pocas ganas de seguir con esto. Estas vacaciones, en las que he pasado diez días con la cámara a cuestas, acababa todas las jornadas deseando que mi equipo se metamorfoseara en una compacta.
Cargar todos los días con unos dos kilos de equipo, estar pendiente del polvo en el sensor, tener que cambiar de objetivo, tener que resguardarse en cuanto caen dos gotas... Y luego, a la noche, echarme las manos a la cabeza al ver la cantidad de fotos que tengo, que no hacen más que sumar espacio y tiempo.
Ahora me encuentro con casi catorce gigas de fotos, casi mil ochocientas fotos para retocar y seleccionar y muy poco tiempo para dedicar a esto. Realmente añoro los tiempos en los que iba de viaje con mi querida Coolpix 7900 que no ocupa ni pesa una décima parte de lo que tengo ahora y con la que saqué unas fotos que me cuesta igualar con la réflex en manual.
En resumen, creo que tengo una crisis fotográfica. Creo que, poco a poco, me estoy enterrando en fotos (todavía tengo pendientes de procesar las fotos de mis dos anteriores viajes), creo que disfruto menos del turismo porque me paso más tiempo pendiente de la cámara y la foto que del paisaje en si y creo que estoy desaprovechando mi equipo, porque en cada viaje se me antoja un objetivo nuevo y al final prácticamente no los uso.
¿Os ha pasado esto alguna vez? Estoy tan cansado de este tema que tengo todo el equipo en sus cajas originales, a un paso de ir a eBay, para comprar una compacta nueva y volver a disfrutar de los viajes sin ataduras.
¿Es grave, doctor?