En 1986
Pilar Miró es nombrada
directora general de RTVE (1986-89) y quiso cargarse a muchas vacas sagradas de la cadena, entre ellas a
Chicho Ibáñez Serrador. Le cambió de día
"Un,dos, tres responda otra vez", del viernes al lunes, creyendo que su audiencia bajaría mucho y tendría la excusa perfecta para cancelar el programa. ¡Craso error! Siguió funcionando como un cohete (el año del
Dúo Sacapuntas, para más señas).
El primer programa de esa temporada, la
1986-87, empezó con un tema recurrente,
"Las mil y una noches", y antes del rodaje ya estaban amenazados por ella, es decir, "si pasa de una hora y media lo monto de nuevo." A Chicho le dio igual y grabó dos horas, con dos actuaciones y la coreografía/número musical del principio, e incluso con un chiste en la presentación, "Al despacho de
Pilar Miró hay que entrar de rodillas." Luego otra mención de Mayra, nada más empezar, y dos puyas certeras más adelante, con un humor negro tremendo.
Todo parecía como de costumbre y llegó el lunes del estreno. Lo estaban viendo los miembros del equipo en sus respectivos domicilios y de repente una actuación de un artista y un número musical no aparecieron (no quitó los chistes, para su sorpresa). La señora Miró había cumplido su amenaza. Fue a hablar con ella a su despacho, seguramente chocaron como dos titanes por la mala leche que se gastaban ambos, y Chicho tuvo la libertad acostumbrada, pero en programas de una hora y media (aclaro que sin contar las pausas publicitarias). Las actuaciones desaparecidas "aparecieron" en el último programa, el cual funcionaba como resumen de la etapa.
Tenía una doble vara de medir porque ella vio el "máster" de la famosa
actuación de Navidad de Sabrina Salerno (1987), en la cual se la salía el pecho, antes de su emisión y no tuvo problema en que hubiera
una cámara lenta y repetición de las "mejores jugadas."
Presionó, según dicen las malas lenguas, a
Lolo Rico, la directora, y los guionistas de "La bola de Cristal" para que dejaran de hacer bromas de
Felipe González y cía (cortó un chiste en un programa y la directora dimitió al día siguiente).
Casualmente
es el padrino de su hijo, Gonzalo. Por cierto, se mantiene el secreto de la identidad de su padre...
La Ley Miró.