Al igual que Eastwood y Costner, Harris quiere hacer su propio western y no le sale del todo mal, sinceramente. Es de corte muy clásico, sin recurrir a estéticas ni estilos marcados como podría ser Leone o Peckinpah pero con solvencia narrativa (aunque el ritmo sea muuuuuy pausado y con ausencia de tiroteos a escepción de un par de momentos puntuales). Es muy atractivo el prisma que tiene la relación de amistad entre Harris y Mortensen (confianza mutua al 100% para todo) pero por desgracia todo hace aguas en todos y cada uno de los momentos donde Rene "cara hecha a puñetazos" Zellwegger hace acto de presencia aún siendo el elemento de discordia entre ellos dos.
Una película por momentos contemplativa, con la cámara muy quieta, consiguiendo planos realmente logrados y que aún siendo más austera de lo que uno pudiera imaginar (quien la mire esperando duelos al sol, persecuciones, bandas entre tiroteos le puede defraudar) y con un último tercio que no logra remontar acabando en una decisión que demuestra una falta de revisión del guión podemos estar hablando de algo muy interesante en lo que a westerns de último cuño se refiere.