Nunca me he atrevido a ver Posesión Infernal ni sus secuelas. Sólo soy conocedor de la filmografía de Sam Raimi a través de las pelis del hombre araña. Tampoco he sido gran consumidor del cine de terror, y mucho menos del género B. He sido un cagueta desde muy pequeño, lo admito, y la verdad es que han sido agallas las mías para atreverme a ver Arrástrame al infierno (la cual ya había comenzado a leer por la red que era bastante espeluznante).
Dejando mi egocentrismo a un lado (para que observarais por donde cojeo al hablar de varios de los elementos que me han sorprendido en la película), la decimosexta película de Sam Raimi es uno de los mayores espectáculos a los que me he sometido en una sala de cine: espeluznante de principio a fin, asquerosa hasta decir basta, fantásticamente amoral y terroríficamente divertida. Raimi ha debido disfrutar un montón haciendo la cinta - y es que se agradece que, a su público, tanto como al menos conocedor de su "obra" -como un servidor- se nos haya deleitado con un genial ejercicio de rejuvenecimiento del terror de la "vieja escuela".
La película podría haber sido perfecta sino fuera porque argumentalmente tiene sus peculiares "clichecillos" a los que hubiera agradecido personalmente cierto "giro" (el que más he detestado es esa proyección de culturas "ajenas" como profundamente arraigadas en la superstición – aunque admito que es lo que hay que esperar en este tipo de producciones, la verdad)
Cinematográficamente hablando roza la perfección: las escenas que más te harán temblar serán principalmente aquellas que suceden a plena luz del día; los movimientos de cámara de hecho son un auténtico goce, los cuales además invitan al espectador a participar en bastantes secuencias (genial ese detalle en el que una mosca se posa en "nuestra" visión); el sonido es genial, el cual desde luego ayuda bastante a conseguir el efecto, eso sí (y bastante); pero lo mejor de todo es ese "juego sucio" con el que Raimi engaña a nuestras expectaciones: avisados estáis de que por más que creáis "estar a salvo" en los momentos más tranquilos, el director no descansará ingeniándose maneras de hacer encoger vuestro cuerpo contra la butaca.
En fin, me falta un detalle ¿no? ¡Ah! ¿De qué va la historia? Bueno, siguiendo la trama argumental que comenté hace varios meses con el tráiler, y a pesar de los "defectillos" expuestos dos párrafos arriba, Sam y su hermano Ivan Raimi han sacado bastante jugo a la historia de una empleada de una empresa de créditos que es maldecida por su despiadada acción de no extenderle un crédito a una anciana gitana... Sí, el jugo parece bastante sustancioso: continuo juego con las inseguridades, comentario al afán de superación, a la competencia, a la superficialidad del "sueño americano", ciencia (con Freud) versus superstición como dos opios para acallar las ansiedades humanas, etc etc.
Vamos, un auténtico cóctel molotov (o bote de mucosidad con bicharracos dentro).