Respuesta: Balada Triste de Trompeta, de De La Iglesia.
Vale, ya la he visto. Me ha decepcionado MUCHO.
En lo positivo, me quedo con Carlos Areces y Antonio de la Torre. Prácticamente es lo único que salvaría.
En lo negativo, casi todo lo demás. Desde Segura y Carolina Bang, a los cuales no me creo en ningún momento, a lo increíblemente caprichosa y artificiosa que es esta película hecha a salto de mata. Cuando digo "caprichosa", me refiero a su ausencia de coherencia y de lógica interna, a que todo lo que sucede y el modo en que sucede está supeditado, únicamente, a provocar determinadas set pieces de pretendido impacto estético o visceral. Todo vale. Muchas cosas suceden porque sí, los personajes reaccionan de una manera u otra porque sí, se desplazan sin respetar ninguna lógica espacial porque sí, aparecen y desaparecen aquí o allá porque sí... y así podríamos seguir. Es como si al guión le faltaran muchísimas revisiones. A mí, la verdad, me parece un despropósito.
La historia de amor a tres bandas, que en principio es el motor que acaba moviendo la película, me resulta impostadísima y construida a base de tópicos que en nada sorprenden. De nuevo, no me conmueve en absoluto, no me la creo. Los personajes no tienen entidad alguna, y a uno le dan bastante igual. Sólo Areces, lo mejor de la película, y De la Torre dotan de algo de carisma a las caricaturas que les ha tocado interpretar, esclavizadas al errático rumbo del mamotreto de De la Iglesia.
Luego, su simplona visión del conflicto civil español me parece de lo más discutible. ¿Qué necesidad de introducir imágenes de archivo para ilustrar lo que estaba sucediendo en la época? Si apuestas por el delirio, la astracanada, el exceso y tal, no veo la necesidad de meterse en berenjenales tirando de documentos reales. Si tu enfoque del conflicto civil es libre y te tomas las licencias que te da la gana, ¿por qué te apoyas en imágenes reales? ¿Qué aportan? ¿Qué función tienen?
Se podría decir que, a pesar de sus defectos de ritmo, estructura y coherencia, la película sale a flote por su fuerza, su despiporre, sus vísceras, su atrevimiento, su brutalidad... y, sin embargo, para mí no hay NADA de esto. Que sí, que De la Iglesia trata de transmitirlo, pero a mí esos excesos me parecen inofensivos por su escandalosa "falsedad", porque me parecen prefabricados y previsibles... No negaré que algunos detalles producen simpatía, pero es como muy infantil y burdo, no sé...
Es que es desconcertante. De la Iglesia no es un chapucero precisamente, y aquí, sin ir más lejos, uno tiene que sufrir un montaje que en muchos momentos no tiene ni pies ni cabeza. Aparte de que las escenas de acción resultan confusas, lo cual es un mal de nuestro tiempo, me sorprende la tremenda fealdad del montaje y la puestan en escena de los diálogos. Cuando dos personajes hablan, pasamos de plano medio a plano corto o a plano largo en un santiamén y sin saber por qué. No se mantienen los planos de diálogo ni dos segundos. Es todo como muy enervante.
En fin, que De la Iglesia se me desinfla. Desde "Muertos de risa", que para mí es su mejor película, ya ha caído.