Lo advirtieron hace unos días tres gurús, tres popes del
séptimo arte: el
cine está llamado a
implosionar si no revisa su modelo de negocio. Básicamente, si no se empieza a recaudar el triple por una película de gran presupuesto frente a un filme pequeño.
Steven Spielberg,
George Lucas y
Steven Soderbergh defienden un vuelco en la forma de cobrar por acudir a un cine como salvavidas para una industria que corre serio riesgo de ahogarse.
Y los datos parecen darles la razón. Por ahora, son cifras provisionales, pues la National Association of Theater Owners aún tardará un tiempo en contabilizar los números definitivos de 2014. Pero no presagian nada bueno para la meca del cine: según
The Hollywood Reporter, la taquilla cayó a sus niveles más bajos de los últimos 20 años en el mercado norteamericano. Unos 1.260 millones de espectadores compraron una entrada para ver una
película estrenada entre el 1 de enero y el 31 de diciembre del año recién terminado.
Datos que obligan a Hollywood a mirar hacia atrás y recordar cómo estaban las cosas hace dos décadas, cuando 1.210 millones de personas pasaron por los cines en 1995. Con las entradas aumentado su precio muy levemente (6,78 euros frente a 6,76) con respecto a 2013, un dato escuece especialmente a la industria: de un año para otro, el número de espectadores bajó un 6 por ciento.
El añorado 2002
El contraste es especialmente brutal si se compara con el mejor año para el cine en Norteamérica, 2002: entonces fueron 1.570 millones de personas las que acudieron en masa, atraídas por
películas como «
El Señor de los Anillos: Las dos torres», «
Spider-Man» y «
Harry Potter y la Cámara de los Secretos».
Y pudo ser mucho peor. Como recuerda THR, el otoño y el invierno han sido muy positivos, compensando un verano desastroso, en el que la taquilla cayó un 15 por ciento con respecto a 2013, con muchas decepciones y tan pocas alegrías que «
Guardianes de la galaxia» se convirtió en héroe inesperado, con unos 276 millones de euros solo en el mercado estadounidense y canadiense.
¿Quién tiene la culpa?
Puestos a señalar culpables, el gigante de Hollywood ha estado aquejado de pies de barro precisamente donde debía haber exhibido músculo: en las grandes franquicias. «
The Amazing Spider-Man 2» fue un fracaso, la nueva entrega de «
Transformers» no dio la talla y «
Sinsajo parte 1» se quedó corta en comparacion con el resto de la saga, a pesar de contar con la
actriz más rentable: Jennifer Lawrence.
Malos tiempos para el cine en Norteamérica que contrastan con el
2014 triunfal del cine español, acostumbrado a enjugar lágrimas: una cuota del 25,7%, rebasando los 127 millones de euros en taquilla. «
Ocho apellidos vascos» fue la indiscutible número uno, con 56 millones de euros.