Posibles SPOILERS
El plano final es como el puñetazo encima de la mesa de alguien que no se anda con tonterías, cual rúbrica ideal a lo que hemos ido viendo; una bajada a los infiernos de la mano de Vince Vaugh, dando vida a un tipo tan capaz de aparentar estar realmente jodido como de intimidar con su pétrea presencia, sumándose a tantos otros actores que han logrado expresar mucho sin apenas torcer el gesto. Nuestro hombre es un tipo estoico, de existencia turbia, pero buena gente a la vez; un antihéroe capaz, por ejemplo, de tener una conversación sensata con su señora justo después de haberse cargado un coche con sus propias manos, que pone a su familia por delante de todo, incluyéndose a sí mismo, y que mantiene un código propio, aún a costa de actos poco comprensibles en apariencia (como el que hace que le pillen… defiende a América, aunque América le meta en el trullo). En el fondo, una versión kitsch y ultraviolenta del fatalismo habitual del noir, con un hombre que jamás verá el paraíso, enfrentado a la peor calaña para que los suyos sí lo hagan, aunque él mismo esté condenado.
Muy sólido ejercicio de cine carcelario y gangsteril en clave B, rodado como si fuera la última vez; puede notarse el mimo que ha puesto el director en la escritura (la reflexión que hace el prota, de una simplonería no exenta de agudeza, sobre la nata) y en la cuestión formal y narrativa, tomándose su tiempo y preparando la situación para el estallido final, valiéndose del color (los tonos azulados del principio, los rojos y negros del final) y ofreciendo unos encuadres amplios y muy potentes (hay por ahí uno digno de un Caravaggio). La cosa no me chirría hasta el final, un salto arriesgado al delirio, al lado más brutal del ser humano que tanto parece gustarle a este hombre… las burradas están filmadas muy físicamente, pero ha llegado a darme hasta risa y a sacarme un poco del asunto semejante presidio infecto, recién salido de un tebeo, que a lo mejor podría haber existido en la Libia de Gadafi (si eso). A destacar la siempre impagable y siniestra presencia de Udo Kier, secundado por villanos estereotipadamente latinos y asiáticos (el Zahler haciendo amigos en el Hollywood actual, vaya).