SPOILERS
No es nuevo el tema del psicópata que podría ser tu vecino (Las horas del día, de Rosales); aquí tenemos a Antonio de la Torre interpretando a un señor de orden, un amante de las cosas bien hechas, paciente y meticuloso... que da la casualidad de que es caníbal, vaya por dios. Pero el canibalismo es lo de menos; la planificación minimalista, tanto visual como sonora, las repeticiones sutiles, son dignas de Bresson. Lo de la normalidad de lo monstruoso, la oscuridad tras una fachada inofensiva y cotidiana, lo firmaría Haneke sin pestañear. Sin embargo, la principal influencia que yo veo aquí es Buñuel; la película es una metáfora perfecta sobre los miedos, las inseguridades, de un macho ibérico para quien las mujeres no son más que carne; un hombre que intenta amar de manera desinteresada, normalizar sus impulsos, fracasando en el empeño. El final, un retorno al mundo de los muertos, a la jaula de rutina que él mismo ha ideado para sí, para no enfrentarse a la vida.
Historia de amor trágica, pues, entre dos individuos disfuncionales, expuesta con todo rigor y sin emitir juicios, observando, sin salirse del camino trazado; sin música, sin estridencias, sin más tensión que la producida por las propias situaciones que van sucediéndose. Quien espere un Hannibal Lecter a la española, va mal encaminado, y no me extrañaría que muchas opiniones negativas fueran por eso, por tener la expectativa de una cosa sangrienta, movida y con un personaje de tebeo haciendo de las suyas. De la Torre, pura contención, todo presencia, gestos y movimientos calculados, y en cuanto a ella, llama la atención el doble papel; en el fondo, la misma mujer escindida en dos, la primera le controla a él... la segunda, en cambio, es dócil y le necesita (el final no puede entenderse más que como un ataque de celos). Me falla un poco el tramo central, lo del dinero, el novio chungo, lo encuentro un poco alargado y falto de intensidad. Salvo eso, notable.
Una muy estimulante propuesta del último cine español, que sin ser redonda, es la obra de un cineasta (a quien no conozco, y corro a mirar qué más tiene) con las ideas muy claras y con unas referencias bien asumidas. Chapó.