La luminaria incandescente descendió como un cometa en tu frágil cuerpo y hundió un coloso veneno. Pero allá, en la colina espectral, un cuerno materializó en la inmensa campiña, un atávico rugido que resurge como las olas en el acantilado. Los jinetes llegarán para salvarte, amada mía. El Rey siempre vuelve. Espérame. Traigo mi corazón como antídoto. Te pertenece.Solo @KLopeK cree en el amor poético.