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Aunque, quizás, la novedad más llamativa fue el proyecto de una precuela de Cuéntame que TVE tiene sobre la mesa. Jacobo Delgado contó que será una serie ambientada en los años 20 y centrada en el personaje de Doña Pura, madre de Antonio Alcántara (Imanol Arias), en el pueblo natal de la familia. Aún no es más que una propuesta, pero dado el éxito de la serie, que lleva 13 años en antena a pleno rendimiento, no sería de extrañar que una vez que acaben con ella TVE se vea tentada de ofrecer algo similar y a la vez distinto.
"Lamentamos mucho la amargura en la carta publicada por Pilar Punzano en su Facebook personal, y las falsedades que vierte en ella", ha explicado en un comunicado el Grupo Ganga. "Han pasado más de 2500 actores, y varios miles de profesionales en los últimos 14 años, dentro de la normalidad laboral y profesional. Si Pilar Punzano considera que tiene algún asunto pendiente con esta empresa, con mucho gusto lo solucionaremos por los cauces que marca la ley".
“Pilar me enviaba muchos mails de cosas que teníamos en común, como las teorías de los reptilianos
Pilar Punzano: «Muchos compañeros de "Cuéntame" han sufrido lo mismo que yo»
La actriz confirma a ABC que no se arrepiente de su durísima carta contra la productora de la serie y contra Imanol Arias
La buena sintonía de la familia Alcántara saltó por los aires el pasado lunes después de quela actriz Pilar Punzano (hasta ahora Inés Alcántara, en «Cuéntame») publicase una durísima carta contra su excompañero de reparto Imanol Arias, y contra la productora Ganga. Punzano ha sido sustituida de la exitosa ficción española por Irene Visedo y un comentario vertido por Imanol, en el que calificaba como error su salida de la serie, desató la ira de la actriz madrileña. Tras cinco años recorriendo las calles de San Génaro y compartiendo escena con los personajes más entrañables de la pequeña pantalla, Punzano considera que ha llegado el momento de hablar. «No me he ido, me han echado. Tengo puesta una demanda por despido improcedente. Tienes la lengua tan larga como las manos, ex padre». Sus palabras han zarandeado los pilares deuna de las serie más longevas de la televisión española
—¿Esperaba una repercusión tan brutal hacia su carta?
—Me ha sorprendido que haya tenido tanta difusión. Tengo Facebook desde hace ocho días y la verdad es que no lo controlo muy bien. Escribí eso para mis amigos. Mi idea era hacer un comunicado oficial de prensa con partes de la demanda, de una manera menos visceral y con más pruebas. La carta la retiré el lunes por la noche ante el aluvión de llamadas de los periodistas. Pero no me arrepiento de nada de lo que pone ahí.
—Imanol Arias le ha pedido públicamente disculpas...
—Pide perdón, pero por otro lado atiza. Ya lo conozco y así es él. Se le ha ido la lengua muchísimo. Conmigo no ha sido un compañero ejemplar. Él me desprecia y me dice que no soy nadie. Cada vez que le cuentas un problema, no quiere saber nada. Se supone que es líder en el rodaje y, desde mi punto de vista, tiene una responsabilidad.
—En su opinión, ¿cómo es la relación de Imanol con el resto del equipo?
—Imanol es simpático, pero de corazón no se acerca a nadie. En general, toda la cúpula de la serie es así. Me están escribiendo un montón de compañeros diciéndome «eso me ha pasado a mí», incluida Emma Suárez (fue Elisa en la quinta temporada). Lo que digo en la carta es real. El nivel de peloteo que existe hacia tres personas es exagerado. El resto no importan. Te tratan fatal. Lo único que les preocupa es el escaparate en el que viven.
—¿Puede concretar quiénes son esas tres personas a las que se refiere?
—Son una cuadrillita de amigos que se han asociado para hacer esto. Ellos son los que siempre salen en las fotos. Miguel Ángel Bernardeau (productor), Ana Duato (Mercedes) e Imanol Arias (Antonio). Entre ellos se lo guisan y entre ellos se lo comen. No me parece mal si tienen un proyecto y lo sacan adelante con honestidad, pero luego, al ver lo mal que se portan con la gente... Sobre todo porque están manejando dinero público. No les importa la calidad de los guiones. Todas las ideas que propones son ninguneadas. Hay un control mental sobre los empleados a base de miedo. Nadie les pone límite porque si lo haces, te echan. Son reyes perdidos en su éxito.
—Hasta ahora nadie había mostrado ese lado tan amargo de la serie.
—Todos se han callado. Y esto le afectaba a todo el mundo. Yo hablé con Roberto Cairo (Desi) antes de morir y estaba quemado con ellos. Fue la primera vez que oí hablar sobre esa gente de una manera así, pero hasta que no te pasa a ti... Como tienen esa pátina de buena educación... No hay amigos en ese lugar, no hay agradecimiento.
—¿Qué considera que es lo que enturbia el ambiente de trabajo?
—Ellos creen que son el centro del universo. Tantos años de éxito deben afectar a la cabeza. Era la primera vez en que yo estaba en un lugar con tanto éxito como «Cuéntame». Pero la gente acaba enroscada en sí misma. Yo creo que forma parte de la psicología de vivir un pelotazo semejante. Una entra dándolo todo y lo que tienes son chinches. Te van chupando la sangre.
—En su carta afirma que no se ha ido, sino que la han despedido.
—El problema llegó al decir la verdad. Me han echado del trabajo por pedir una cosa que es justa y, encima, me he enterado de mi despido por la prensa. Con que me devolvieran el dinero que me han quitado de las nóminas era suficiente. En la declaración de la renta salta todo. Cuando voy a hacer la declaración de la renta, veo que me han retenido un 44% de IRPF. Yo no cobro como para eso. Les llamo y les digo «os habéis pasado con la retención» y me dicen que no. Con unos contables iba haciendo unas cuentas y ellos me mandaban otras.
—¿El regreso de Irene Visedo ha desconcertado tanto a sus compañeros como a la audiencia?
—No tengo ni idea de eso, ni me interesa. Imanol dijo que se enteró el día de la lectura de guión de que yo me iba. Yo me enteré un mes más tarde. Hay un secretismo brutal, aparte de que les encanta mentir.
—¿Tiene algún proyecto en mente?
—Bueno, esto ha pasado hace un mes. De momento sólo quiero enfocar este problema. Tengo una demanda contra ellos. Soy David enfrentándome a Goliat.
Pilar Punzano: «Muchos compañeros de
Parece mentira que después de tantos años en antena lo que se pueda cargar la serie no sea el agotamiento creativo, el cansancio de la audiencia, el cambio de modas o la espantada del reparto sino... el fraude fiscal
Opino lo mismo. Pero claro, todavía no se ha condenado a nadieMe parece imprescindible que cancelen el contrato con la pareja protagonista si los condenan por impuestos. E inhabilitados de por vida para cobrar sueldo público.
No está malEn este clima en el que la burla se disfraza de opinión y la información se viste de ráfaga de metralleta la han tomado ahora, y desde instancias oficiales, contra la serie Cuéntame porque sus dos intérpretes principales, Imanol Arias y Ana Duato, tienen problemas, de diferente tenor, con Hacienda. Nadie sabe a ciencia cierta lo que pasa, pero, como más vale un retuit que una indagación, el periodismo precipitado ha metido en el mismo saco la serie, la productora que la realiza, la cadena (pública) que la emite con éxito y, por supuesto, ha puesto en la picota a los citados protagonistas.
Del periodismo precipitado tenemos buena muestra todos, pues no deja títere con cabeza desde su posición de tirachinas del rumor. Pero asombra que el vilipendio venga ahora de esas instancias desde la que se tira contra Cuéntame, sugiriendo que es un problema “ético” tener ahí a Arias y a Duato.
Si esa sugerencia se siguiera drásticamente, es decir, si esto no fuera lo que parece, una broma, esa cadena, La 1, así como las cadenas que emiten cine, fútbol y política, tendrían que ir a negro, pues es más fácil lanzar la sospecha que limpiar el lodo.
La serie Cuéntame está basada en la realidad española desde Franco hasta ahora; la siguen más de tres millones de espectadores con una fidelidad altísima y estable. A los españoles se nos hurtó, en el franquismo, la verdadera historia de la España vencida. Cuéntame ha hecho (y hace) ese trabajo imprescindible sobre una Transición ahora tergiversada. Que Imanol Arias y Ana Duato sean los protagonistas le ha dado vigor a esa película del pasado. Que instancias oficiales cuestionen su presencia porque en sus vidas privadas tienen problemas (reales o atribuidos) es un reflejo de este macartismo que hemos precipitado los medios y la política sobre el prestigio de las personas. Como si deshonrar fuera benéfico.
Me parece imprescindible que cancelen el contrato con la pareja protagonista si los condenan por impuestos. E inhabilitados de por vida para cobrar sueldo público.