Hallowed be thy name
Invitado
- Mensajes
- 16.974
- Reacciones
- 4.650
Supongo que habréis oído algo sobre el caso de Nadia, una niña con una enfermedad rara cuyo padre lleva un tiempo recaudando dinero para operaciones y tratamientos. Pues bien, parece que buena parte de los detalles son trolas:
El padre de Nadia dice ahora: “Llevaba a mi hija a curanderos y no a Houston”
La verdad es que en frío, parece muy fácil darse cuenta de que era todo muy de película. Pero reconozco que a mí me la coló. Doné pasta. No algo como para sufrir a final de mes, pero si como para darme un capricho. Y me jode, me jode mucho. No por el dinero, sino porque alguien pueda ser tan rastrero como para usar algo así para, en definitiva, robar.
Para que os hagáis una idea, exterminaría a esa gentuza que va por el centro de las grandes ciudades engañando a turistas haciéndose pasar por sordos, os podéis imaginar cómo me jode este caso. Con gran repercusión mediática y con un botín de al menos trescientos mil euros.
Ahora dice el padre que la verdad es que no existían tales tratamientos y que el dinero se lo estaba gastando, desesperado, en curanderos. Y todavía me queda un atisbo de duda y me siento mal por pensar en reclamar mi donativo. Pero claro, luego resulta que ya fue condenado en su día por estafa, que no le conocen en la clínica en la que, dice, le diagnosticaron un cáncer terminal y que ha llevado siempre un tren de vida potente.
Así que supongo que reclamaré, sobre todo porque también creo, por otro lado, que esta prisa que se está dando en devolver la pasta sea producto de un acojone importante. Dice que el miércoles dará una rueda de prensa, a ver qué cuenta.
Y, por cierto, lo que más me jode es que esto sólo va a servir para dar mala fama a las causas que si necesitan apoyo y que si son reales. De confirmarse que todo era un cuento, a este le tendrían que encerrar en un pozo el resto de su vida. Y si es verdad que el hombre estaba desesperado y se lo gastó en curanderos, pues pobre de él y que quemen vivos a los que le han sacado los cuartos. Qué asco, de verdad.
El padre de Nadia dice ahora: “Llevaba a mi hija a curanderos y no a Houston”
La verdad es que en frío, parece muy fácil darse cuenta de que era todo muy de película. Pero reconozco que a mí me la coló. Doné pasta. No algo como para sufrir a final de mes, pero si como para darme un capricho. Y me jode, me jode mucho. No por el dinero, sino porque alguien pueda ser tan rastrero como para usar algo así para, en definitiva, robar.
Para que os hagáis una idea, exterminaría a esa gentuza que va por el centro de las grandes ciudades engañando a turistas haciéndose pasar por sordos, os podéis imaginar cómo me jode este caso. Con gran repercusión mediática y con un botín de al menos trescientos mil euros.
Ahora dice el padre que la verdad es que no existían tales tratamientos y que el dinero se lo estaba gastando, desesperado, en curanderos. Y todavía me queda un atisbo de duda y me siento mal por pensar en reclamar mi donativo. Pero claro, luego resulta que ya fue condenado en su día por estafa, que no le conocen en la clínica en la que, dice, le diagnosticaron un cáncer terminal y que ha llevado siempre un tren de vida potente.
Así que supongo que reclamaré, sobre todo porque también creo, por otro lado, que esta prisa que se está dando en devolver la pasta sea producto de un acojone importante. Dice que el miércoles dará una rueda de prensa, a ver qué cuenta.
Y, por cierto, lo que más me jode es que esto sólo va a servir para dar mala fama a las causas que si necesitan apoyo y que si son reales. De confirmarse que todo era un cuento, a este le tendrían que encerrar en un pozo el resto de su vida. Y si es verdad que el hombre estaba desesperado y se lo gastó en curanderos, pues pobre de él y que quemen vivos a los que le han sacado los cuartos. Qué asco, de verdad.