He tenido graves problemas para enterarme de los diálogos, algo habitual en el cine latinoamericano. No sé si por tal causa o por culpa de la propia película, pero creo que no me he enterado bien de algunos aspectos de la trama, que explico más abajo*.
Una película que revela los trapos sucios de la iglesia, dejando a un lado cuestiones trascendentales, crítica contra la institución, los individuos y la organización que la componen, señalando crímenes de colaboración, de impunidad con la dictadura, y por supuesto, la lacra de la pedofilia. Los cuatro “curitas” que protagonizan la historia se excusan a sí mismos y no sienten culpa. Son desechos de un organismo que los rechaza, ya que reflejan la peor cara de tan antigua institución. La frase del Génesis con que empieza todo, sobre Dios separando la luz y las tinieblas viendo que ello era bueno, remite a esa idea de poner a cada uno en su lugar, de deshacerse metódicamente de los individuos disfuncionales y sin remedio, mandándolos al culo del mundo cual purgatorio para que no corrompan al resto. A esto se le añade el conflicto generacional; frente a los viejos, una nueva iglesia, renovadora y dispuesta a enfrentar los problemas internos con mano dura. El sacerdote joven quiere hacer justicia, pero no quiere desacreditar lo suyo, ni que la mierda surja a plena luz del día. Tiene que mantener un delicado equilibrio, en el cual la disciplina de la que hace gala se revela estéril.
En lo demás, una película de localización única, que transcurre en el reducido espacio de una aldea costera, impregnada de principio a fin por una atmósfera malsana. Las comparaciones con Haneke y Pasolini no sé hasta qué punto son acertadas, yo veo que opta claramente por la comedia negra y por situaciones grotescas, antes que por ponerse en plan intenso. El final, sin ir más lejos, alcanza un imposible nivel de vitriolo cuando llega el “castigo” para los viejales, el quedarse con aquello de lo que querían desprenderse, con el constante recordatorio de quiénes son en realidad. Me gusta que semejante historia sea desarrollada con tan pocos elementos, con aprovechamiento tanto del diálogo como de lo visual (el recurso cotidiano de las carreras de galgos, y la importancia que tiene al final), evitando tiempos muertos. La estética es de apariencia descuidada, feísta, con una fotografía descolorida y difuminada, así como una música que crea una impresión de cierta ominosidad.
*SPOILERS
La confesión de la monja al sacerdote gay de haber matado al perro ¿Por qué lo hace, era necesario? Si sabía el aprecio que le tenía, y él no estaba dentro del plan para matar a los perros del pueblo, no veo la necesidad de contárselo si sabe que la va a odiar.
El gay roba un dinero para pagarle a unos tipos y que vayan a meterle una paliza... ¿A quién? ¿Al vagabundo, hacia quien precisamente siente mayor empatía hasta el final? ¿Hacia el cura joven, que le pone en evidencia?
El cura que se suicida es precisamente el peor en cuanto al tema de la pedofilia, pero él mismo dice que no soporta estar con semejantes enfermos, o qué se yo. ¿Se supone que el tío es un hipócrita de tomo y lomo, o hay algo más?
El mismo cura suicida es quien abusó del vagabundo. Lo envían al pueblo éste para que esté lejos de todo... y aún así, el vagabundo lo encuentra, con dos cojones. No tiene coche, no tiene medios, ni manera de enterarse de dónde coño está el viejo, pero allá que va. ¿Hay que presumir una relación más profunda, que ya habían hablado y le había dicho el viejo a dónde iban a mandarle?