La yohimbina es un antagonista alfaadrenérgico que en terapia sexual fue un recurso farmacológico más, al que los terapeutas recurríamos en algunos casos de disfunción eréctil, con modestos resultados que, además, nunca han sido demostrados con ensayos clínicos concluyentes. Con la comercialización de Viagra en 1998, prácticamente dejó de utilizarse en terapia sexual. Si a esto añadimos sus posibles efectos adversos: palpitaciones, aumento de la tensión arterial, temblores y náuseas, queda claro su escaso interés como fármaco prosexual. En la actualidad, únicamente se continúa utilizando en algunos casos para revertir los posibles trastornos orgásmicos, en pacientes tratados con antidepresivos inhibidores de la recaptación de serotonina o en los pacientes aquejados de eyaculación retardada o aneyaculación. Hay que aclarar que también en estos casos, son pobres los resultados y tampoco hay ensayos clínicos concluyentes al respecto.