Vi ayer la secuela, Anarchy, y me pareció más de lo mismo, solo que más pintón (cambiamos asaltos domésticos por acción callejera a lo 1997)... el tal DeMonaco sigue dirigiendo igual de mal, los personajes son tontísimos y con el carisma de un zapato, y la premisa sigue siendo igual de absurda y chirriante. Lo que aumenta, además de los medios, es la obviedad del mensaje político y lo caricaturesco de algunas situaciones, metiendo gratuitamente a un Che Guevara nigga que es totalmente paródico sin pretenderlo. En fin, lástima de unas ideas bastante sugestivas, pero malamente plasmadas en un producto de lo más convencional y previsible.