Vista. Pues lo que se esperaba, un film a mayor gloria de las fantasías heroicas de un niño rata (y adultos con alma similar): creer que desde el encierro en tu habitación, dándole a la play e hichandote a pajas y ganchitos, puedes llegar a ser un namber guan rico y famoso en la vida real.
Por otro lado, el film hace un tímido y risible intento de ser inclusivo, pero pronto las aguas vuelven a su cauce para el target del film: las mujeres aquí sólo valen realmente como descanso del guerrero y como adorno deluxe en los saraos. O más directamente: todas putas menos (a veces) mi madre y mi hermana.
Entretanto, el señor Blomkamp hace lo que puede por darle algo de estilo a lo que es claramente un producto fabricado por manos de un nivel superior. Pero él y nosotros sabemos perfectamente, aparte de que el sudafricano es cualquier cosa menos estiloso, que cualquier intento aquí de ejercer de artesano con personalidad es una batalla perdida desde que en Sony te obligan a utilizar efectos de sonido de la PlayStation, con dos cojones, en mitad de las carreras
. Y del product placement, pues mejor no hablar ...
Por lo demás, pues por ahí andan pululando pseudo promesas de la actuación con rictus inquietantes (no tenian bien calibrado el cockpit y el Fanatech, se ve) y dos tipos que realmente hacen el esfuerzo de ganarse el sueldo (Djimon Hounsou y el de Stranger Things). ¡Ah! y se me olvidaba: Orlando Bloom en su mejor papel desde 'Black Hawk derribado'.
En definitiva, un film entretenido, de consumo rápido y olvido aún más rápido, cuya mayor baza en el fondo es el descaro de ser una publi de Sony y su producto estrella a nivel popular y sin apenas disimulos.
Un saludete.