Guía para Herejes: Dale nueva vida a tu Mac con Windows 7
En el post de los Hackintosh hemos hablado hasta la saciedad de cómo instalar Mac OS X de forma nativa en nuestros PC, pero los usuarios de Apple también tienen derechos, y es por eso que me he decidido a preparar esta guía a través de la que invito a los usuarios de Mac OS X a adentrarse en las bondades del nuevo sistema operativo de Microsoft: Windows 7.
Si dejáis atrás los prejuicios y os concentráis en lo que ofrece... estoy seguro de que os encantará.
Antecedentes: ¿de dónde surge la idea?
Todo el mundo habla de los Mac. Que si son lo más amigable que hay, que si tienen el mejor sistema operativo del mundo, que si es el más seguro y no hay virus, etc. Además, son tremendamente atractivos y como la mayoría de los productos fabricados por Apple, entran por los ojos y si a eso le sumamos el hype que generan y el boca a boca... raro es quien no haya pensado alguna vez en probarlos.
Es cierto que es un sistema sencillo, potente y atractivo. Miles de "switchers" no pueden estar equivocados, pero no hay recetas milagrosas y universales, así que lo funciona para uno... no tiene por qué funcionar para todos.
Y esto es lo que le ha pasado a un buen amigo mío. Rodeado de gente que usa Mac y que alaba sus excelencias frenta a los PC con Windows, se compró todo un MacBook Pro, todo un icono del "modernismo" actual y tras pasar por caja y llevárselo a casa, comprobó con el tiempo que lo que hacía ese sistema era lo mismo que hacía antes con su Windows, pero planteado de otra forma. Nada de funcionalidades nuevas y una interfaz mucho más simplificada y homogénea que consigue a la vez que las cosas funcionen y que sean mucho menos personalizables.
Decepcionado, mi amigo se preguntaba: ¿y si me equivocado? Si Windows me funcionaba, no sería tan mal sistema. Al fin y al cabo llevaba más de una década con él y estaba acostumbrado. ¿Lo vendo y me compro un Vaio de Sony? Venga va, lo vendo...
Y aquí intervengo yo, evitando esa maniobra de venta que sólo iba a conseguir hacerle perder dinero y ofreciéndole a mi amigo la posibilidad de quedarse con su MacBook Pro como si fuera un PC, pero sin perder la posibilidad de acceder a Mac OS X, que para eso es un Mac ¿no?
Dicho y hecho: tengo el MacBook Pro en mis manos y ya está realizada la herejía, así que ahora toca compartir con vosotros el cómo. Seguro que más de uno se lo piensa.
Antes de empezar: ¿Virtualizamos o no?
Muchos usuarios de Mac utilizan Windows de forma esporádica para ejecutar algún programa del que no han encontrado equivalente en Mac OS, y prefieren instalar Windows en una máquina virtual con alguna de las soluciones populares, como VirtualBox de Sun o VMWare. No es una mala solución, pero el rendimiento deja bastante que desear y no es ni de lejos el que conseguiríamos en una instalación específica.
Nuestro enfoque será este. Instalaremos Windows directamente sobre el hardware del Mac y aprovecharemos la existencia de Bootcamp, un software desarrollado por Apple que permite una mejor convivencia de ambos sistemas y que sobre todo aporta todos los controladores para Windows del hardware del Mac.
El proyecto: Lo mejor de ambos mundos en una bonita máquina
El MacBook Pro sobre el que se ha desarrollado el proyecto no es uno de los últimos modelos Unibody. Es un modelo de principios de 2008 con un procesador Intel Core 2 Duo T7500 a 2.2 GHz, con 2 GB de RAM y 120 GB de disco duro. Monta una gráfica nVidia 8600M GT que no es tope de gama pero que funciona verdaderamente bien.
Asi que la idea del proyecto es poder disponer en ese MacBook Pro de los dos mejores sistemas operativos disponibles tanto por parte de Apple como de Microsoft. Snow Leopard acaba de ser presentado este mes de Septiembre y Windows 7 será presentado oficialmente el 22 de octubre. A mi modo de ver, ambos sistemas son fantásticos y han conseguido un alto nivel de refinamiento en cuanto a las funcionalidades que ofrecen, cada uno a su manera, quizá la interfaz de Apple esté más pulida en lo estético, pero la de Microsoft no está nada mal.
Ambos sistemas operativos son nativos de 64 bits y esto que puede parecer trivial es una ventaja muy importante para todos los programas que necesiten trabajar con mucha información, pues la memoria que se puede direccionar con 64 bits es muchísimo mayor que con 32. La realidad es que no todo el software está adaptado para 64 bits, ya que hacer el cambio a 64 bits supone reescribir todo el código y casi nadie está por la labor de invertir tantas horas si no hay un retorno de la inversión. Afortunadamente, algunos programas que utilizamos como por ejemplo Adobe Photoshop CS4, están adaptados y disponen de versiones tanto para 32 como 64 bits.
Mi política en cuanto a instalación de software es la de consultar siempre si el fabricante ha actualizado el programa y si dispone de versión para 64 bits. Cada vez hay más software y el mercado acabará allí con el tiempo, aunque es una transición lenta.
Con 64 bits, se puede direccionar sin problemas más de 4GB de memoria RAM, y es una pena que este portátil tenga tan solo 2 GB de RAM. Le vendría bien una ampliación de memoria y también de disco duro, pues esos 120 GB son un tanto rácanos, pero vamos a conformarnos con lo que hay. El modelo tiene código de producto Apple A1226 y se pueden consultar las ampliaciones y reparaciones que se le pueden hacer en www.ifixit.com en donde disponen de guías con fotografías paso a paso. Cambiar la memoria es muy fácil, pero para cambiar el disco duro hay que desmontar casi todo el portátil.
Comencemos: Preparación del equipo
Si el Mac tiene datos importantes que haya que rescatar después lo primero es realizar una copia de seguridad, a poder ser con Time Machine. Una vez estén los datos importantes a buen recaudo, podremos proseguir.
Lo primero que realizaeremos es comprobar el nivel de versión del firmware del equipo. Apple publica actualizaciones no sólo de software, sino también del firmware que controla los dispositivos. Los Mac no llevan BIOS como los PC, llevan un sistema distinto llamado EFI que seguramente se implantará dentro de poco también en los PC. Para comprobar si está actualizado sólo hay que ir al menú Apple y seleccionar la opción Actualizaciones de Software. En este caso había varias publicadas, así que antes de instalar ningún sistema operativo lo que he realizado es descargarlas e instalarlas.
La instalación de una nueva versión del firmware EFI requiere que a la hora de encender el equipo se mantenga pulsado el botón de encendido hasta oir un pitido largo. En ese momento aparece una barra de progreso y se actualiza de forma simple y automática. Todo ha ido perfecto y se han instalado un par de actualizaciones esenciales lo que nos dará más seguridad para abordar la instalación de Snow Leopard.
Instalación de Snow Leopard
Siendo un Mac es sencillísimo. Sólo hay que meter el DVD original de Snow Leopard en la unidad óptica y mantener pulsada la tecla "C" a la hora de encender el equipo. Esto hará que el sistema se inicie desde el DVD y no desde el disco duro.
Tras seleccionar el idioma español para realizar la instalación, seleccionamos en el menú la Utilidad de Discos. Seleccionamos el disco duro y lo particionamos en un único volumen. Esto es muy importante pues si lo particionas en varios volúmenes - como de hecho me ha pasado - no se podría usar más adelante Bootcamp para preparar la partición de Windows. Las opciones por defecto son las correctas - en formato Mac OS Plus (con registro) - y sólo hay que elegir un nombre para el volumen. Yo le he llamado "Snow Leopard" pero es posible bautizarlo como queráis.
Tras salir de la Utilidad de discos, el instalador preguntará en qué disco queremos instalarlo. Sólo tenemos una opción así que seleccionamos "Snow Leopard". Antes de proseguir, recomiendo pulsar en el botón "Personalizar" para que no instale todas las impresoras a las que da soporte ni tampoco todos los idiomas. Dejaremos sólo el idioma Español y así ganaremos unos cuantos gigabytes, que en un disco tan pequeño son muy valiosos.
Tras iniciar la instalación sólo resta esperar a que termine. Le ha costado unos 20 minutos hasta llegar al asistente de configuración, en donde ofrece la posibilidad de restaurar los datos desde una copia de Time Machine. No era el caso, pero si os interesa, podríais hacerlo en este momento e integrar la nueva instalación con vuestros datos de usuario anteriores.
Aquí crearemos el usuario principal administrador del equipo. Elegid una contraseña para el mismo, y luego podréis decidir si queréis que la solicite en el inicio o no, cosa que no hace por defecto.
Por el camino este asistente solicita conexión con Internet. A mí me suele gustar dejar la conexión a Internet para más adelante, pero si queréis podéis conectar con vuestra red. Pero recordad que no es obligatorio en ese momento y que puedes incluso indicarle que tu ordenador no se conecta a Internet.
Por último, pide que te hagas una foto con la cámara iSight para usarla de icono de la cuenta. Un detalle al más puro estilo Apple absolutamente opcional también.
Primer inicio de Snow Leopard: Búsqueda de actualizaciones.
Tras la instalación el sistema se inicia y todo funciona perfectamente, así que lo primero que vamos a hacer es buscar las actualizaciones de software disponibles. Tan sólo una semana después de salir Snow Leopard apareció una actualización a la versión 10.6.1, también iTunes se ha actualizado a la nueva versión 9, así que procedemos a instalar todas las actualizaciones sugeridas por el asistente. Evidentemente esta parte del proceso será diferente si lo hacemos en el futuro pues habrá más novedades. Más adelante, según vayamos instalando software de Apple, volveremos a buscar actualizaciones, pues Apple las distribuye todas de esta forma. Es muy parecido a lo que hace Microsoft con su Windows Update.
En el post de los Hackintosh hemos hablado hasta la saciedad de cómo instalar Mac OS X de forma nativa en nuestros PC, pero los usuarios de Apple también tienen derechos, y es por eso que me he decidido a preparar esta guía a través de la que invito a los usuarios de Mac OS X a adentrarse en las bondades del nuevo sistema operativo de Microsoft: Windows 7.
Si dejáis atrás los prejuicios y os concentráis en lo que ofrece... estoy seguro de que os encantará.
Antecedentes: ¿de dónde surge la idea?
Todo el mundo habla de los Mac. Que si son lo más amigable que hay, que si tienen el mejor sistema operativo del mundo, que si es el más seguro y no hay virus, etc. Además, son tremendamente atractivos y como la mayoría de los productos fabricados por Apple, entran por los ojos y si a eso le sumamos el hype que generan y el boca a boca... raro es quien no haya pensado alguna vez en probarlos.
Es cierto que es un sistema sencillo, potente y atractivo. Miles de "switchers" no pueden estar equivocados, pero no hay recetas milagrosas y universales, así que lo funciona para uno... no tiene por qué funcionar para todos.
Y esto es lo que le ha pasado a un buen amigo mío. Rodeado de gente que usa Mac y que alaba sus excelencias frenta a los PC con Windows, se compró todo un MacBook Pro, todo un icono del "modernismo" actual y tras pasar por caja y llevárselo a casa, comprobó con el tiempo que lo que hacía ese sistema era lo mismo que hacía antes con su Windows, pero planteado de otra forma. Nada de funcionalidades nuevas y una interfaz mucho más simplificada y homogénea que consigue a la vez que las cosas funcionen y que sean mucho menos personalizables.
Decepcionado, mi amigo se preguntaba: ¿y si me equivocado? Si Windows me funcionaba, no sería tan mal sistema. Al fin y al cabo llevaba más de una década con él y estaba acostumbrado. ¿Lo vendo y me compro un Vaio de Sony? Venga va, lo vendo...
Y aquí intervengo yo, evitando esa maniobra de venta que sólo iba a conseguir hacerle perder dinero y ofreciéndole a mi amigo la posibilidad de quedarse con su MacBook Pro como si fuera un PC, pero sin perder la posibilidad de acceder a Mac OS X, que para eso es un Mac ¿no?
Dicho y hecho: tengo el MacBook Pro en mis manos y ya está realizada la herejía, así que ahora toca compartir con vosotros el cómo. Seguro que más de uno se lo piensa.
Antes de empezar: ¿Virtualizamos o no?
Muchos usuarios de Mac utilizan Windows de forma esporádica para ejecutar algún programa del que no han encontrado equivalente en Mac OS, y prefieren instalar Windows en una máquina virtual con alguna de las soluciones populares, como VirtualBox de Sun o VMWare. No es una mala solución, pero el rendimiento deja bastante que desear y no es ni de lejos el que conseguiríamos en una instalación específica.
Nuestro enfoque será este. Instalaremos Windows directamente sobre el hardware del Mac y aprovecharemos la existencia de Bootcamp, un software desarrollado por Apple que permite una mejor convivencia de ambos sistemas y que sobre todo aporta todos los controladores para Windows del hardware del Mac.
El proyecto: Lo mejor de ambos mundos en una bonita máquina
El MacBook Pro sobre el que se ha desarrollado el proyecto no es uno de los últimos modelos Unibody. Es un modelo de principios de 2008 con un procesador Intel Core 2 Duo T7500 a 2.2 GHz, con 2 GB de RAM y 120 GB de disco duro. Monta una gráfica nVidia 8600M GT que no es tope de gama pero que funciona verdaderamente bien.
Asi que la idea del proyecto es poder disponer en ese MacBook Pro de los dos mejores sistemas operativos disponibles tanto por parte de Apple como de Microsoft. Snow Leopard acaba de ser presentado este mes de Septiembre y Windows 7 será presentado oficialmente el 22 de octubre. A mi modo de ver, ambos sistemas son fantásticos y han conseguido un alto nivel de refinamiento en cuanto a las funcionalidades que ofrecen, cada uno a su manera, quizá la interfaz de Apple esté más pulida en lo estético, pero la de Microsoft no está nada mal.
Ambos sistemas operativos son nativos de 64 bits y esto que puede parecer trivial es una ventaja muy importante para todos los programas que necesiten trabajar con mucha información, pues la memoria que se puede direccionar con 64 bits es muchísimo mayor que con 32. La realidad es que no todo el software está adaptado para 64 bits, ya que hacer el cambio a 64 bits supone reescribir todo el código y casi nadie está por la labor de invertir tantas horas si no hay un retorno de la inversión. Afortunadamente, algunos programas que utilizamos como por ejemplo Adobe Photoshop CS4, están adaptados y disponen de versiones tanto para 32 como 64 bits.
Mi política en cuanto a instalación de software es la de consultar siempre si el fabricante ha actualizado el programa y si dispone de versión para 64 bits. Cada vez hay más software y el mercado acabará allí con el tiempo, aunque es una transición lenta.
Con 64 bits, se puede direccionar sin problemas más de 4GB de memoria RAM, y es una pena que este portátil tenga tan solo 2 GB de RAM. Le vendría bien una ampliación de memoria y también de disco duro, pues esos 120 GB son un tanto rácanos, pero vamos a conformarnos con lo que hay. El modelo tiene código de producto Apple A1226 y se pueden consultar las ampliaciones y reparaciones que se le pueden hacer en www.ifixit.com en donde disponen de guías con fotografías paso a paso. Cambiar la memoria es muy fácil, pero para cambiar el disco duro hay que desmontar casi todo el portátil.
Comencemos: Preparación del equipo
Si el Mac tiene datos importantes que haya que rescatar después lo primero es realizar una copia de seguridad, a poder ser con Time Machine. Una vez estén los datos importantes a buen recaudo, podremos proseguir.
Lo primero que realizaeremos es comprobar el nivel de versión del firmware del equipo. Apple publica actualizaciones no sólo de software, sino también del firmware que controla los dispositivos. Los Mac no llevan BIOS como los PC, llevan un sistema distinto llamado EFI que seguramente se implantará dentro de poco también en los PC. Para comprobar si está actualizado sólo hay que ir al menú Apple y seleccionar la opción Actualizaciones de Software. En este caso había varias publicadas, así que antes de instalar ningún sistema operativo lo que he realizado es descargarlas e instalarlas.
La instalación de una nueva versión del firmware EFI requiere que a la hora de encender el equipo se mantenga pulsado el botón de encendido hasta oir un pitido largo. En ese momento aparece una barra de progreso y se actualiza de forma simple y automática. Todo ha ido perfecto y se han instalado un par de actualizaciones esenciales lo que nos dará más seguridad para abordar la instalación de Snow Leopard.
Instalación de Snow Leopard
Siendo un Mac es sencillísimo. Sólo hay que meter el DVD original de Snow Leopard en la unidad óptica y mantener pulsada la tecla "C" a la hora de encender el equipo. Esto hará que el sistema se inicie desde el DVD y no desde el disco duro.
Tras seleccionar el idioma español para realizar la instalación, seleccionamos en el menú la Utilidad de Discos. Seleccionamos el disco duro y lo particionamos en un único volumen. Esto es muy importante pues si lo particionas en varios volúmenes - como de hecho me ha pasado - no se podría usar más adelante Bootcamp para preparar la partición de Windows. Las opciones por defecto son las correctas - en formato Mac OS Plus (con registro) - y sólo hay que elegir un nombre para el volumen. Yo le he llamado "Snow Leopard" pero es posible bautizarlo como queráis.
Tras salir de la Utilidad de discos, el instalador preguntará en qué disco queremos instalarlo. Sólo tenemos una opción así que seleccionamos "Snow Leopard". Antes de proseguir, recomiendo pulsar en el botón "Personalizar" para que no instale todas las impresoras a las que da soporte ni tampoco todos los idiomas. Dejaremos sólo el idioma Español y así ganaremos unos cuantos gigabytes, que en un disco tan pequeño son muy valiosos.
Tras iniciar la instalación sólo resta esperar a que termine. Le ha costado unos 20 minutos hasta llegar al asistente de configuración, en donde ofrece la posibilidad de restaurar los datos desde una copia de Time Machine. No era el caso, pero si os interesa, podríais hacerlo en este momento e integrar la nueva instalación con vuestros datos de usuario anteriores.
Aquí crearemos el usuario principal administrador del equipo. Elegid una contraseña para el mismo, y luego podréis decidir si queréis que la solicite en el inicio o no, cosa que no hace por defecto.
Por el camino este asistente solicita conexión con Internet. A mí me suele gustar dejar la conexión a Internet para más adelante, pero si queréis podéis conectar con vuestra red. Pero recordad que no es obligatorio en ese momento y que puedes incluso indicarle que tu ordenador no se conecta a Internet.
Por último, pide que te hagas una foto con la cámara iSight para usarla de icono de la cuenta. Un detalle al más puro estilo Apple absolutamente opcional también.
Primer inicio de Snow Leopard: Búsqueda de actualizaciones.
Tras la instalación el sistema se inicia y todo funciona perfectamente, así que lo primero que vamos a hacer es buscar las actualizaciones de software disponibles. Tan sólo una semana después de salir Snow Leopard apareció una actualización a la versión 10.6.1, también iTunes se ha actualizado a la nueva versión 9, así que procedemos a instalar todas las actualizaciones sugeridas por el asistente. Evidentemente esta parte del proceso será diferente si lo hacemos en el futuro pues habrá más novedades. Más adelante, según vayamos instalando software de Apple, volveremos a buscar actualizaciones, pues Apple las distribuye todas de esta forma. Es muy parecido a lo que hace Microsoft con su Windows Update.
Última edición: