He decidido salir del armario. Con Miguelitos.

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los monstruos clásicos son un (fascinante) objeto de análisis sociológico

no sólo los monstruos clásicos, lees a Joseph Campbell y ves que casi todos los terrores humanos y mitológicos se repiten de manera constante en todos los pueblos y épocas de la Tierra por alejados que estén, lo que va mucho más allá de un simple análisis sociológico...
Carl Gustanv Jung approves
 

A ver... seamos realistas.

Lo de Dracula, lo entiendo. "Moza, tengo tierras en el pueblo", y claro, allá que van. Estamos hablando de un tío con un castillo y unas tierras adyacentes. Además, Drácula es un hombre que ha tenido una educación, en todo el sentido de la palabra; tiene clase. El tipo de clase que no se puede comprar, estudiar o aprender; se tiene o no se tiene.

A esto hay que sumar que sus compañeras cuando se le entregan, están aceptando un curioso pack: inmortalidad, eterna juventud, refociliarse en placeres de dudosa moralidad creando su propia moral al saber que nunca tendrán que afrontar la certeza de la muerte y el posible juicio de una autoridad superior, una vida regalada... ennoviarse con Drácula supone un ascenso de clase social, con un jugoso paquete de ventajas añadidas muy apetecibles.

Pero, ahora bien... el monstruo de Frankenstein es un despojo triste y patético. Una criatura incompleta en permanente búsqueda de la figura paterna / Creador que le acepte, que reivindique su humanidad y su pertenencia a un grupo. El monstruo es el eterno solitario, el despojado, como Quasimodo; pertenecen a los pantanos, los bosques pre´-invención de la electricidad, y las iglesias abandonadas llenas de mugre y telarañas, lugares carentes de toda pompa y alegría. ¿A qué va a ir una moza ahí?

Si aún me hubierais dicho la momia (que en cierta forma es una versión alternativa a Dracula, con un ofrecimiento muy parecido) o el hombre lobo (las pulsiones más salvajes, la libertad definitiva) pues vale, compro. Pero, ¿el monstruo? ¿Quasimodo? A esas chicas se las ha prestado Drácula para que puedan salir bien en la foto. Luego se apartan y se van al castillo de Drácula a darse una ducha. Doy fe.

El monstruo puede ser un despojo triste y patético sí, pero tiene un enorme schwanzstucker.

Quasimodo es el típico hombre blandengue: Se le pueden dar capones y, además, hace la compra y lleva el cochecito de los niños.
 
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