Isabella Marie Swan, en un arrebato de furia y de pasión acabó con todo. El vino se derramó exclamando soyozo y sangre. La mansión Cullen se vestía de luto.
-¡Estalla mi corazón por ti, mi pobre amor arruinado! ¡Ojos, a prisión, no veáis la libertad! ¡Barro vil, retorna a la tierra, perece y únete a Edward. a tu amor, en lecho de muerte!