Eres como una rosa que brota en mi corazón y cuyas raíces son cada vez más profundas. Has excavado en la más recóndita de mis arterias. Eres como un bosque de la deidad. Verdoso, lleno de vida y fulgurante. Cisnes y jilgueros. Frutales y fluorescentes. Luminoso y penetrante. Eres como un planeta alienígena. Misterioso. Tan lejano pero tan cercano. Tan profundo y tan grande como el último de los reyes océanos.
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