Harkness_666
Son cuatro
Por primera vez y sin que sirva de precedente, me temo que concuerdo con Boyero; menuda colección de tonterías grotescas y pretenciosas que nos ha endilgado el Wheathey éste, al que cuanto menos puedo reconocerle el arrojo de lanzarse a adaptar un texto literario nada fácil de plasmar visualmente. Nada, ya que aquello de lo que trata no es en realidad el capitalismo, la alienación, la lucha de clases... no es algo tan concreto, sino que va más allá, va sobre lo turbio que llevamos dentro, sobre otros mundos posibles y aterradores tras la realidad cotidiana. Sobre ese animal imprevisible y enigmático que es, en el fondo, el hombre.
Y va el señor éste y me perpetra una fábula de pandereta, con unos personajes acartonados de los cuales no hay quien pueda creerse nada, todo prefabricado, todo para soltarte la moralina con un discurso tatcheriano final que es el colmo de la obviedad. Y todo de diseño, contado con un engolamiento tan poco convincente como todo lo demás y con un puñado de actores sin saber por dónde andan, empezando por un Loki más perdido que un pulpo en un garaje. Una historia de lo más loca, de lo más visceral, es un crimen que resulte tan distante, tan sumamente indiferente, pues la gracia está en que, de puro irreal, es más real que la vida misma.
Ni siquiera veo un gran aliciente en lo formal, un despliegue de momentos videocliperos que siguen al pie de la letra el manual del cineasta modernete y molón, con musiquitas irónicas y rarunas, colores muy fuertes, cámaras ultra-lentas... no me convence, por otra parte, tanto afán de ser fiel al libro, imitando incluso la estética setentera, saliendo algo parecido al Watchmen de Snyder; no por intentar hacer un calco el resultado va a ser igual o mejor, o adoptas una voz propia, o dejas que un monstruo como Ballard te engulla sin compasión. Concluyendo, esperaba con interés algo que nunca ha llegado. Bodriete, y mira que me duele.
Y va el señor éste y me perpetra una fábula de pandereta, con unos personajes acartonados de los cuales no hay quien pueda creerse nada, todo prefabricado, todo para soltarte la moralina con un discurso tatcheriano final que es el colmo de la obviedad. Y todo de diseño, contado con un engolamiento tan poco convincente como todo lo demás y con un puñado de actores sin saber por dónde andan, empezando por un Loki más perdido que un pulpo en un garaje. Una historia de lo más loca, de lo más visceral, es un crimen que resulte tan distante, tan sumamente indiferente, pues la gracia está en que, de puro irreal, es más real que la vida misma.
Ni siquiera veo un gran aliciente en lo formal, un despliegue de momentos videocliperos que siguen al pie de la letra el manual del cineasta modernete y molón, con musiquitas irónicas y rarunas, colores muy fuertes, cámaras ultra-lentas... no me convence, por otra parte, tanto afán de ser fiel al libro, imitando incluso la estética setentera, saliendo algo parecido al Watchmen de Snyder; no por intentar hacer un calco el resultado va a ser igual o mejor, o adoptas una voz propia, o dejas que un monstruo como Ballard te engulla sin compasión. Concluyendo, esperaba con interés algo que nunca ha llegado. Bodriete, y mira que me duele.