Vistos el de Sorogoyen y Paco Plaza.
El de Sorogoyen he de decir que me ha fascinado por su conseguida ambientación retrofuturista, muy en la línea de 'Gattaca', es decir, escoger localizaciones y decorados modernos al estilo de otra época, y jugar con los encuadres y los filtros de color para darles el adecuado toque 'extraño' pero reconocible. Sin duda, Sorogoyen tiene un verdadero don visual incluso aunque podamos reconocerle fácilmente las influencias. Pero como siempre, es un narrador irregular, alterna momentos verdaderamente inquietantes con otros más confusos o insulsos. Con una trama romántica que no consigue equilibrar con la de ciencia ficción. Supongo que en parte es por tener que condensar en una hora una historia que daba para un largometraje al uso. Y bueno, he de reconocer que al Verdaguer le tengo cierta manía, su aspecto de hipster catalán me repele bastante. De todas maneras, espero que en el futuro, Sorogoyen vuelva a la ciencia ficción, porque en general me ha gustado su enfoque.
La del muñeco, pues más redonda y acabada a todos los niveles, pero más convencional. Quizá sea porque el terror no me atrae tanto como la ciencia ficción. Muy chulo el homenaje a Chicho, convirtiéndolo en personaje con una estupenda imitación de Carlos Santos, que con su adopción de la particular dicción del hispano-uruguayo consigue que olvidemos que físicamente se parece como un huevo a una castaña al verdadero Chicho. Aunque a este paso, el pobre va a quedar encasillado en encarnar a personas famosas de la vida real.
Un saludete.