Sí, por supuesto. Lo ideal sería tener calibrado el proyector (o el dispositivo de visualización que sea) con ambas opciones , guardando los ajustes en sendas memorias -tan útiles como indispensables para estos casos-. Haces bien en recordarlo.
No obstante, para lo que se trataba de ver -si a uno le gusta más una imagen o la otra- creo que no hace falta hilar tan fino, aunque si se puede hacer bien, mejor hacerlo, desde luego.
En cualquier caso, el mayor problema que tiene el iris dinámico reside en que para mantener la luminosidad del frame, es decir, para compensar la apertura del iris y que no "cante" la variación de luminosidad o al menos disminuir lo máximo posible la percepción de ese cambio, se procesa la imagen para alterar -de forma más o menos agresiva según la implementación realizada- la curva de gamma trastocando en consecuencia el balance entre negros y blancos. Al modificar la curva de gamma se obtiene como resultado no sólo un menor detalle en las altas luces (compresión de blancos) sino también un efecto de solapamiento del blanco sobre el negro en los contornos de mayor contraste. Todo ello perjudica enormemente la cualidad fotográfica de la imagen y tira por la borda la intención, el look y la textura cinematográfica original.
No obstante, para lo que se trataba de ver -si a uno le gusta más una imagen o la otra- creo que no hace falta hilar tan fino, aunque si se puede hacer bien, mejor hacerlo, desde luego.
En cualquier caso, el mayor problema que tiene el iris dinámico reside en que para mantener la luminosidad del frame, es decir, para compensar la apertura del iris y que no "cante" la variación de luminosidad o al menos disminuir lo máximo posible la percepción de ese cambio, se procesa la imagen para alterar -de forma más o menos agresiva según la implementación realizada- la curva de gamma trastocando en consecuencia el balance entre negros y blancos. Al modificar la curva de gamma se obtiene como resultado no sólo un menor detalle en las altas luces (compresión de blancos) sino también un efecto de solapamiento del blanco sobre el negro en los contornos de mayor contraste. Todo ello perjudica enormemente la cualidad fotográfica de la imagen y tira por la borda la intención, el look y la textura cinematográfica original.