Harkness_666
Son cuatro
SPOILERS
Un tren de la bruja tamaño XXL para que no puedas decir que te quedaste con las ganas y una secuela que hace parecer una obra maestra a la anterior, y que es como ver los peores vicios del blockbuster actual (duración desorbitada, digitalazos hasta en la sopa) aplicados a una de terror. La estrategia de adaptar el libro en dos partes, supuestamente para cada uno de los dos tiempos en que transcurre, resulta ser una farsa porque los críos también salen por aquí (habría que explotar el filón) y ya ésta sola casi llega a tres horazas que matan sin piedad cualquier intento de crear miedo o suspense. El reparto adulto no tiene ni la mitad de carisma que sus versiones infantiles, que eran el principal aliciente (de hecho, lo poco que hacen aquí lo hacen con más gracia y cercanía incluso que en la anterior -esas escenas en la cabaña subterránea- quizás no estar constreñidos por un argumento que ya se la suda hasta al director). MacAvoy y la Chastain directamente pasaban a coger el cheque. Y el Muschietti vuelve a recurrir incluso a otro horrendo videoclip “alegre”, el del reencuentro en el restaurante.
Mil apariciones del payaso, de bichitos y movidas, con una estructura repetitiva que las alterna entre pasado y presente, una tras otra, hasta llegar un enfrentamiento final en plan monster movie que resuelve la situación mágicamente y porque sí gracias al valor y a la amistad: el puto guionista hasta se permite hacer chistes irónicos sobre que King escribe malos finales… debería él mismo hacérselo mirar. Supone un canteo lo del malote, que en la anterior lo despachaban tirándolo por un pozo (el sonido del golpe de su cuello, o lo que fuera, quebrándose, era lo más terrorífico de la película) para recuperarlo aquí con dos cojones. Se preocupan por darle algo más de entidad al graciosete, para además apuntarse un tanto con un tema reivindicativo que nunca viene mal. El humor macabro parece otro síntoma más del todo vale y de ir a por todas, con momentos como el del payaso poniendo caretos grotescos, y muy especialmente el “Angel of the mourning” sonando gratuitamente en cierta escena… que son WTF en estado puro (casi que hasta se agradecen estas rupturas).
Un tren de la bruja tamaño XXL para que no puedas decir que te quedaste con las ganas y una secuela que hace parecer una obra maestra a la anterior, y que es como ver los peores vicios del blockbuster actual (duración desorbitada, digitalazos hasta en la sopa) aplicados a una de terror. La estrategia de adaptar el libro en dos partes, supuestamente para cada uno de los dos tiempos en que transcurre, resulta ser una farsa porque los críos también salen por aquí (habría que explotar el filón) y ya ésta sola casi llega a tres horazas que matan sin piedad cualquier intento de crear miedo o suspense. El reparto adulto no tiene ni la mitad de carisma que sus versiones infantiles, que eran el principal aliciente (de hecho, lo poco que hacen aquí lo hacen con más gracia y cercanía incluso que en la anterior -esas escenas en la cabaña subterránea- quizás no estar constreñidos por un argumento que ya se la suda hasta al director). MacAvoy y la Chastain directamente pasaban a coger el cheque. Y el Muschietti vuelve a recurrir incluso a otro horrendo videoclip “alegre”, el del reencuentro en el restaurante.
Mil apariciones del payaso, de bichitos y movidas, con una estructura repetitiva que las alterna entre pasado y presente, una tras otra, hasta llegar un enfrentamiento final en plan monster movie que resuelve la situación mágicamente y porque sí gracias al valor y a la amistad: el puto guionista hasta se permite hacer chistes irónicos sobre que King escribe malos finales… debería él mismo hacérselo mirar. Supone un canteo lo del malote, que en la anterior lo despachaban tirándolo por un pozo (el sonido del golpe de su cuello, o lo que fuera, quebrándose, era lo más terrorífico de la película) para recuperarlo aquí con dos cojones. Se preocupan por darle algo más de entidad al graciosete, para además apuntarse un tanto con un tema reivindicativo que nunca viene mal. El humor macabro parece otro síntoma más del todo vale y de ir a por todas, con momentos como el del payaso poniendo caretos grotescos, y muy especialmente el “Angel of the mourning” sonando gratuitamente en cierta escena… que son WTF en estado puro (casi que hasta se agradecen estas rupturas).