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Reportaje en El País
"Me toca cambio y me he visto en las condiciones propicias para cambiar, algunas son buenas y otras no".
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Muchos de [sus sufrimientos] proceden de Caótica Ana, la película en la que invirtió mucho dinero propio y que le ha dejado en una situación económica difícil, no ha conseguido llegar a la cantidad de gente a la que él quería y creía que podía llegar. "Tuvo 200.000 espectadores, una cifra por encima de la media de un filme español, pero estaba destinada por muchas razones a llegar a mucho más público".
Habla de su crisis económica, del fracaso "total, extraño, escandaloso, triste", de su búsqueda de la felicidad, de cómo algunos de sus fieles espectadores le han dado la espalda, de que nunca más formará parte de la producción de sus filmes, de lo que quiere cambiar en su cine y en su vida, del daño y el miedo que le provocan algunos "jueces" que, en su opinión, han intentado machacarle.
Pero detrás de todo ello, reaparece un nuevo Julio Medem. "Es el momento de cambiar de piel, intentar que, a través de ese cambio exterior, llegue el cambio interno", asegura el director que prepara para el año próximo dos filmes que rodará por primera vez fuera de España y en inglés. Una tragedia griega, Pericles y Aspasia, y una comedia sexual, con el título de Habitación en Roma, ambas producidas por Morena Films y distribuidas internacionalmente por Wild Bunch. Dos filmes que se alejan de lo que ha hecho hasta ahora. "Quiero hacer un cine más directo para el espectador, salirme un poco de mí. Hasta ahora he contado lo que me ocurría dentro y me quiero distanciar".
"Lo que me ha propulsado el cambio ha sido el fracaso de mi última película". Medem se refiere a Caótica Ana, su filme quizás más personal, nacido de la pérdida de su hermana Ana en accidente de tráfico, y que, tras su estreno en agosto del año pasado, cosechó un rotundo fracaso de público y crítica. "Para asumir los errores tienes que ser muy sincero, ver lo que no ha ido bien, intentar entender el porqué estaba yo tan eufórico con la película a la que tengo un cariño especial, de la que, por otra parte, me siento muy orgulloso. Me viene bien admitir mis errores para quitarme vicios, defectos repetidos. Es una cuestión de claves de lenguajes, de planos, quiero ponérselo más fácil al espectador, aunque a mí me cueste más trabajo hacerlo. El caso es que tengo que abrirme un poco más".
Asume sus errores pero también ataca. "Tengo que asumir que mi película no guste, estoy acostumbrado a ello y no me preocupa. Pero sí recibo mal las agresiones y esta agresión ha sido muy fuerte. Ha habido gente que se ha vuelto loca contra mí, han dicho cosas muy duras. Ciertos jueces, que no son muchos pero tampoco pocos, han entrado muy fuerte con la intención de machacarme". ¿Con el término jueces se refiere a los críticos? "Sí, y ciertos comentaristas de prensa. Lo que me ha pasado no me lo esperaba. Uno se puede esperar de todo, pero en el fondo hay una parte de ti que no quiere esperar lo negativo y yo no me podía imaginar el juicio sumarísimo al que he sido sometido, después de lo que pasé con La pelota vasca. Creía que encontraría más ayuda, que me animarían el alma".
No ha sido así. Tampoco por parte de sus compañeros de la Academia de Cine. Ni una nominación a los Goya -"me hizo daño, yo no esperaba nada para mí con todo lo que me había caído ya encima, pero sí confiaba en alguna nominación para Manuela Vellés [la protagonista], o la fotografía, o la música o la dirección de arte"-. Por todo ello Medem ha meditado mucho a lo largo del último año y ha viajado con la intención de escapar de la crisis. Y ha podido comprobar cómo Caótica Ana, en los festivales en los que ha sido proyectada, ha sido mucho más valorada fuera de España. Le duele y no lo niega, pero lo asume. "Siempre me ha pasado que mis películas han sido mejor entendidas y valoradas fuera de España, que ha habido un mayor reconocimiento, pero con Caótica Ana la diferencia ha sido exagerada". Por eso, entre otras cosas, se plantea rodar fuera de nuestro país por primera vez. "No es para nada una reacción en contra del público, pero hay algo de mí que prefiere salir fuera, garantizarme el mercado internacional".
De momento, en abril y en Grecia, comenzará el rodaje de Pericles y Aspasia, una historia de amor situada en el siglo V antes de Cristo en Grecia y basada en hechos reales. "Pericles me ha salvado", asegura el realizador. [...]
Pericles y Aspasia será una gran producción, todo lo contrario de Habitación en Roma, cuyo rodaje está previsto para el otoño en la capital italiana. El filme, lleno de sexo y pasión e inspirado en En la cama, del chileno Matías Bize, narra el encuentro en un hotel entre un ruso y una española, papel que hará Elena Anaya. "Será la película más sencilla que haya hecho nunca".
"Voy a disfrutar con estas historias", dice. "Quiero ser muy feliz y lo estoy siendo, soy optimista, por fuera tengo una parte frágil pero por dentro soy un bloque. He tenido un público y lo quiero recuperar. Parte de ese público se ha lanzado al agua, no me engaño, pero estoy dispuesto a recuperarlo".