Me refiero a los puntos de vista de Mari y la otra chica, de Justin, de papá y mamá Collingwood e incluso de Krug. En mi opinión, creo que la película consigue que "comprendamos" la óptica de cada uno de los personajes. No tanto que justifiquemos lo que hacen como que entendamos la personalidad de cada uno y que nos creamos sus comportamientos en este contexto. Las chicas cumplen el perfil de jóvenes inadvertidas, incluso ingenuas, que se meten en la boca del lobo. Justin, torturado por lo que le ha tocado vivir, trata de distanciarse de su padre y se niega a heredar su violencia. Papá y mamá reaccionan no sólo para sobrevivir sino también para saciar su sed de venganza (lo más dolorosa posible). Y Krug es un criminal absolutamente sádico que, desde luego, no puede dejar escapar a las chicas porque lo delatarían. La historia se enfoca desde diversos prismas con buena mano, para mí.
Y administración del suspense porque Iliadis se toma su tiempo en desarrollar situaciones inquietantes, cada vez más enrarecidas, que desembocan en la brutalidad. Atrapa la atención (al menos la mía), mantiene la expectación, te engancha e introduce en esta ola de violencia generando una incertidumbre (aunque ya conozcamos la historia previamente, sí). No se precipita, no va al grano enseguida, no está como loco por forzar la situación. Para mí, hay una progresión bien lograda. Los clímax (la violación, el ojo por ojo de los Collingwood) se producen tras ir tensando la cuerda, incrementando la tensión sin excesiva prisa, recurriendo a la atmósfera y a la certeza de que algo tremendo pasará, de que la situación va a ir degenerando hasta estallar de alguna manera.