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frank zito

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Pues eso, un hilo pa'quien quiera pueda establecer las semejanzas y diferencias entre determinada obra literaria y su adaptación cinematográfica. Creo que puede ser un tema interesante.



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¿QUIÉN ANDA AHÍ? (1938) de John W. Campbell / LA COSA (1982) de John Carpenter

Relato largo (72 páginas) de culto de Campbell, que podría formar parte de una tetralogía polar de obras interconectadas: “La narración de Arthur Gordon Pym (1838)” de Poe, “La esfinge de los hielos (1897)” de Julio Verne, “Las montañas de la locura (1931)” de Lovecraft, y finalmente “¿Quién anda ahí?”; aunque en la de Poe (magistral para mi gusto, y que extrañamente parece no interesar para una adaptación cinematográfica), la parte polar solo ocupa el último cuarto del libro, pero ha sido tan influyente que ha dado lugar a una especie de secuela (la de Verne), otra en la que se cita abierta y verbalmente a la historia de Poe e incluso se recoge alguno de sus elementos e ideas fantásticas dentro la propia trama … (Lovecraft) y otra, a su vez, una especie de respuesta-spinoff a Lovecraft (Campbell).

Hay una primera adaptación de QAA, como bien sabeis (“El enigma de otro mundo (1951)” de Christian Nyby & Howard Hawks) que si bien coge la idea básica de un alien enterrado bajo el hielo (aunque en el Polo Norte, no la Antártida del cuento) y que escapa, aterrorizando a una Base USA, y varias situaciones concretas (los americanos desentierran la nave y monstruo, la lucha del ser contra los perros…); bien es cierto el cambio del alien polimórfico del cuento, por una ser vegetal de apariencia humanoide, hace que la trama discurra por muy diferentes meandros (desparece pues la idea de la criatura imitando humanos, y con ello, el corte paranoico que interesa y en que se basa el cuento), añadiendo además la película a una mujer entre los ocupantes de la base (love story clásica) y otros importantes personajes, como el científico que quiere estudiar a la cosa, “que no se destruya!!!”etc, personaje muy repetido en producciones similares venideras.

Voy a centrarme en la versión de John Carpenter. El director de “Halloween”, el guionista Bill Lancaster & Co, recuperan la idea básica de la naturaleza “informe” y clonadora del bicho, y respetan la idea de situaciones truculentas en que se descubre de alguna manera al alien y éste se “exhibe” (intentado escapar como puede: con el caos que provoca su grotesca y atemorizante aparición) y respetando también todo el clima paranoico que se forma entre los miembros de la base, sin saber quién es quién y “¿es el hombre que está a mi lado realmente … un hombre?”.

Señalaré las diferencias entre el cuento y la peli de Carpenter: todo el comienzo del film –el perro acosado, la base noruega- es inventado por la peli (en la novela, como curiosamente en la más infiel “El enigma del otro mundo”, son los americanos los que descubren y sacan del hielo al monstruo); en el libro hay 37 personas viviendo en la base (en la peli son 12), aunque lógicamente, Campbell se centra en unos pocos, con varios nombres que se repiten con Carpenter (McReady, Blair, Copper, Bennings, Garry, Clark y Norris), salvo Connat y Kinner, de importancia en el libro, inexistentes en la peli. Este Connat es el encargado de custodiar los restos del alien a descongelar, el cual escapa y tiene una violenta pelea en un pasillo con los perros (no hay “secuencia de la perrera” como tal, que se ve en la peli). Una cosa curiosa en el cuento –que no está en la peli- es que varios personajes tienen pesadillas en que “ven” la naturaleza de la bestia (todo esto antes de que “resucite” al descongelarse), su capacidad de transformarse etc; bestia que, además, tiene poderes telepáticos. Otras cosas: la nave enterrada en el hielo, es de forma discoidal (peli) tipo submarino (cuento); un detalle que muchos se preguntan con el film: “¿porqué hay lanzallamas en un base antártica?”, bien, los hay en el relato, y utilizados para “calentar los motores de los aviones”; en plena vorágine de “¿qué hacer?”, en el relato deciden que lo mejor es ponerse a ver películas en una sala para idem (imagino que dando todo por perdido y sin ideas para descubrir a las imitaciones). Cosas más importantes: Blair, en rapto de “locura” destroza todos los artilugios y aviones (en la peli, helicópteros) supuestamente para que la “infección” no llegue al mundo civilizado, y lo encierran, o desea ser encerrado en un almacén aislado (¿para no ser contagiado o … poder trabajar ejem tranquilo?); tras varias infructuosas y distintas pruebas de sangre, acaban con la prueba definitiva también vista en el film (aunque en el relato, claro, resulta haber más infectados: catorce); y, finalmente, Blair construye una especie de artilugio-mochila antigravedad, fabricado con energía atómica (¡) para escapar … saltando, con saltos-vuelos de gran distancia, diferente pues a esa especie de nave terrestre construida por el Blair fílmico. Por cierto, final el del relato, más positivo que el de la película.

Por último, destacar las hipótesis y discursos científicos de todo tipo que dispensan los personajes del relato (que si es un virus, que si es bueno o malo, que si viene de un mundo de mucho calor, que cómo actúa su naturaleza física …), por ej: que asimila al ser vivo que sea y simultáneamente las células de “la cosa” empiezan a imitar las de la víctima; y que el núcleo de las células de “la cosa”, se oculta hábilmente “debajo” del núcleo de perro o humano de imitación, por lo que ni con microscopio sería casi posible descubrirlo.
 
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LOS CUCLILLOS DE MIDWICH (1957) de John Wyndham / EL PUEBLO DE LOS MALDITOS de Wolf Rilla (1960) Y John Carpenter (1995)

Novelita de cifi a cargo de un escritor inglés habitual al género, desde las variantes catastrofistas (su obra posiblemente más famosa: “El día de los Trífidos (1951)”, también “Kraken acecha (1953) y “Las crisálidas (1955)”) para acabar en variopintas temáticas ("Considera sus maneras (1956)", “El problema de los líquenes (1960)”, “Chocky (1968)”). En los “Cuclillos”, Wyndham incide en una invasión extraterrestre pero mucho más sutil de lo habitual, sin guerra abierta con naves y destrucción, sino utilizando el reparo a hacer daño a infantes: adormecen a un pueblo inglés, dejan embarazadas a las mujeres, que darán a luz a niñit@s “hermosamente inquietantes”, con poderes telepáticos. Sugerente el título del libro, aunque el de las películas ha devenido ya mítico.

Llama la atención, leyendo la novela, como Wyndham sustenta gran parte de la narración en diálogos y disquisiciones legales, morales y filosóficas de todo tipo (y que en su traslación a las pantallas sufre, como es de esperar, un gran aligeramiento, por no decir desaparición de muchas de ellas). Por citar solo unas pocas: se nos habla de Adán y Eva y el “poder” superior de la mujer como engendradora de vida; curiosas teorías sobre la evolución; de los derechos civiles inter-especies inteligentes; y hasta de las derivaciones ideológicas y políticos-culturales, por ej: los niños señalan con supuesta jactancia, cómo (no) les afecta si el Gobierno del país es de Derechas o Izquierdas. Si es lo primero, pese a autocalificarse de “defensores de la infancia”, intentarán aniquilarlos, aunque les frenará el peso (¿a futuras elecciones?) de la opinión pública…; si es lo segundo, defenderán sus derechos “humanos”, su presunción de inocencia y legítima defensa –los niños aluden cínicamente a que solo responden ante ataques previos, “por ser diferentes”- … Asimismo, se dice que de nacer en Rusia, serán eliminados porque allí la seguridad de la comunidad es anterior a la del individuo, mientras en Inglaterra es lo contrario. De hecho, en la novela, hay “infecciones” no solo en el pueblecito inglés, también en Australia, Canadá o Rusia (donde, efectivamente, son bombardeados).

Bueno, más allá de todo eso, la película de Rilla es notablemente fiel al libro, en cuanto a la sucesión de hechos mismos que acontecen. Por mencionar algo, el narrador del libro es un tipo del pueblo que, en realidad, no participa casi en nada de lo que sucede, siendo el real protagonista (en la novela y los dos films) otro oriundo que acabará de maestro de los niños en La Granja donde se instalan. En la de Rilla, haría casi de narrador un militar que aparece desde el principio. En la de 1960 el niño, hijo del protagonista y su mujer, es algo así como el jefe-portavoz del grupo, mientras que en el libro no hay una “cabeza destacada”, de hecho todos los niños y niñas tienen unos rasgos faciales idénticos (solo diferenciables los sexos, por el corte de pelo), que permite además ciertos vínculos con temas tipo clonación y recuerdo del nazismo. La película de Carpenter presenta algunas alteraciones más: aparte de hacer que Midwich sea un pueblo USA, añade unos planos aéreos de la “amenaza invisible” acercándose al pueblo, también inventa a una científica que quiere aprovecharse de los niños para sus “loables fines” (y que acabará como víctima en canal juas, de “los experimentos”), hace que el cura del pueblo apunte con un rifle a los infantes (en la novela era otro personaje) y, especialmente, aquí el hijo del protagonista (cuya esposa muere, en esta ocasión) empieza a larvar cierto sentimientos y empatía, porque pierde a “su pareja” (nacen conectados en parejas y, por eso caminan en de dos en dos, en fila). Es en el 95, una niña la Lideresa del grupo.

Ciñéndonos a escenas concretas, la famosa escena del primer film (recuperada para el del 95) con la madre introduciendo involuntariamente su brazo en una olla de agua hirviendo, no existe en el libro. También es curioso como la novela hace elipsis de otras escenas (mostradas claramente en ambos films), como la gente del pueblo intentando atacar todos juntos a los niños, para acabar “auto infligiéndose” heridas mortales. Y el final. La explosión de La Granja pilla al lector y los otros personajes de improviso (si es que no se han visto antes los films, claro) ya que nos sitúa fuera, con la mujer del protagonista y el narrador. En los dos films sí vemos lo que ocurre dentro, y Rilla y guionistas crean la idea del muro de ladrillos (otra vez, repescada por Carpenter) creados por el protagonista en su mente para, que los niños-alien “no vean” la bomba. Aunque en el 95 no mueren todos, no para añadir algún sesgo pesimista con un escapado, sino lo contrario, con un niño “a recuperar” y posible halo futuro para la convivencia.

Por lo demás, niños y niñas rubitos, de ojos de hipnótico color dorado en el libro (muy conseguido e inquietante el efecto en la de Rilla, aunque en blanco y negro, claro; algo excesivos los trucajes multicolor ILM en la de Carpenter).
 
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LA BAGHEETA (1930) de Val Lewton, que originó LA MUJER PANTERA (1942) de Jacques Tourneur.
Aunque el parecido entre ambas en realidad es tan vago que no hay demasiado que decir, pero bueno, creo que puede ser interesante un comentario rápido.

La Bagheeta se centra no en sucesos en USA, si no que nos traslada directamente a un pueblo del Caucaso, donde el protagonista escucha la historia de una mítica criatura, una pantera negra, que asusta a la población de la región, despedazando el ganado, y se dice que se transforma en atractiva mujer para seducir al cazador que va en su busca, y cuando éste está con la guardia baja, ella vuelve a su forma animal y lo mata. Naturalmente él va en busca del monstruo, pero con la idea de preservar su pureza en todo momento y no claudicar ante las tentaciones. Acaba matando al animal de un tiro, sin ver transformación alguna, pero él vuelve al pueblo contando que efectivamente la hubo ... No hay pues en la historia mujer (co)protagonista, se centra todo en el hombre.

Puede que más que en su propio relato, Val Lewton quiso que la película tomase más como punto de partida, el relato Los Ojos de la Pantera (1891) de Ambrose Bierce (escritor al que debemos magistrales historias de brutal crueldad macabra y humorística, como El Club de los Parricidas, o excelsos relatos fantasmagóricos como La muerte de Halpin Frayser). Lo digo sin conocimiento real, pero es que ese relato si me parece con muchos puntos de contacto con la película. Nos cuenta como una mujer (que se llama Irene ...) se resiste a la propuesta de matrimonio de su novio, relatandole el porqué, de cuando una pantera se asomo a la ventana de la casa (la acción tiene lugar en las boscosas colinas del este del Mississippi) asustando mortalmente a su madre (que quedó psicológicamente mal) que ahogó entre sus brazos, del susto, a su hermanita pequeña. Ella nació luego, pero de alguna forma marcada por ese hecho, a lo que se añade la leyenda de esa pantera que suele querer entrar a las cabañas a través de la ventana. El hombre a partir de entonces ve ojos verdes felinos por todas partes hasta que ... todo acaba de forma trágica.
 
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¡HAGAN SITIO! ¡HAGAN SITIO! (1966) de Harry Harrison / CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE (1973) de Richard Fleischer


Un film de culto, gracias seguramente a un aspecto de su trama que se ha convertido en todo un icono popular, referenciado en posteriores films , series y programas tv de todo pelaje. La novela que le dio lugar no cosechó la misma fama (aunque es bien considerada en el mundillo crítico y por los que la han –hemos- leído)… pero no vamos a adelantar acontecimientos.

Ambas obras tiene lugar en Nueva York, una ciudad superpoblada, con grandes problemas de logística habitable-ocupacional, abastecimiento de agua y alimentos. Si bien el libro ambienta su acción nada menos que en los últimos meses del año 1999 (lo que le da cierta gracia, recordando ese mini-pánico que se creó en la realidad con aquel cambio de Siglo), mientras que el film tiene lugar en el año 2022. Asimismo en ambas se da importancia a la cotidiana lucha por sobrevivir o a las manifestaciones públicas exigiendo una solución a las penurias de gran parte de la población, sofocadas con dureza y sin remilgo alguno por las autoridades. Hay tres personajes importantes que se repiten en libro y film: el policía protagonista (aunque con distintos nombres: Andrew Rusch en la novela, Thorn en el film; de mayor edad, además, el de la peli), su viejo colega de apartamento (Sol) y una chica (Shirl) con la que el primero comienza una relación.
Pero entramos ahora en lo interesante: hay una trama criminal en ambas obras, pero de muy diferente contenido. En el libro, un joven chino mata accidentalmente a un traficante (cuya compañera era Shirl), provocando la investigación y persecución de Rusch; joven chino que vive con una especie de cura “loco” que pronostica el fin del mundo. Y eso es a grandes rasgos la novela. En el film, ni chino ni sacerdote, tenemos el asesinato de un miembro de la directiva de la compañía “Soylent” (cuya “pareja” es Shirl), investigación del crimen llevada a cabo por Thorn y que implica una conspiración político-empresarial relativa al propio producto principal de la compañía: un alimento, “Soylent Green”, supuestamente hecho de plancton (ejem), una de las pocas materias primas que según parece quedan para paliar el hambre (aunque los adinerados aún disponen de “ricos alimentos clásicos”). Algunos preguntaréis: ¿cóooomo?. ¿No hay soylent green en la novela?. Bueno, pues no, en ella sí se habla de un alimento, soylent, hecho de soja (soy) y lentejas (lentils) … pero nada que ver con la película, en la que sus guionistas debieron aprovechar la idea (el nombre del producto) para elaborar pues … (lo que sabemos, no haré spoiler para los que no la hayan visto aún … aunque todo el mundo, incluidos los que no la han visto, deben saber -seguro- qué es el Soylent Green) y hacerlo el punto central de la trama, del complot criminal y de la horrible idea inventada para paliar el hambre.
Hay, aparte alguna diferencia más: Sol muere en el transcurso de una manifestación (a favor del control de la natalidad, tema en concreto que no se aborda en la peli como solución –quizá buscando más la idea del Catastrofismo Inevitable-, sí en el libro), en el film muere en el “Asilo”, donde los viejos van a morir, envenenados, voluntariamente (glub); mientras les muestran bellas imágenes de una Naturaleza que ya no existe. Al final de la peli, Thorn intenta avisar a todo el mundo, de cómo y con qué se fabrica el Soylent Green; al final de libro Rusch mata al chino, es degradado y la noche del fin de año circula por la fiesta (de ricos) de Times Square, mientras absurda propaganda intenta tranquilizar de un futuro mucho más negro del que predica.
 
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Trilogía Los superjuguetes de Brian Aldiss, adaptada en (más o menos) los 50 primeros minutos de Inteligencia artificial (2001) de Steven Spielberg; pues luego el film se va por los derroteros de Pinocho futurista ...

En el primer relato ("Los superjuguetes duran todo el verano(1969)") de diez páginas, se apuesta por una situación similar, de "drama domestico" (aunque con un discernible acento satírico ausente del film), pero hay importantes diferencias: el "niño" tiene apenas 3 años en la obra de Aldiss, no los 12 o 13 que se supone en el film; pero la más conceptualmente importante, es que en la obra escrita, si bien están, y con los mismos nombres, David, Mónica, Henry (apellidados Swinton) y hasta el oso Teddy; no hay "otro hijo" (ni en coma ni en forma alguna), pues en esa sociedad futura aparentemente superpoblada, no se pueden tener hijos ala menos hasta que ganes determinado "sorteo oficial", quedando pues, solo como elemento sustitutivo, el comprarte un niño-robot (en realidad, durante la mayor parte del relato, no sabemos que David es un robot, aunque se sospecha -no solo, creo yo, por haber visto antes el film- creo que tampoco hago spoiler por decir eso). Otro elemento curioso es que no hay hombre que ha perdido a su hijo, el diseñador y constructor de los robots (incluido David, a semejanza de aquel hijo), sino que es el propio Henry Swinton el participe de la empresa robótica y el que proporciona a un robot llamado David para la familia. Un detalle curioso es mostrar, a través de cartas que David escribe a Mónica, como aquel dice odiar a Teddy, pues "él -Teddy- sí es de mentira, no como yo, que soy real", detalle antipático e incómodo por parte del niño, y que me parece interesante que se repita en determinado momento en el film. Por lo demás, tenemos un final negro (nada exento del humor sardonico) y que regresa a determinado postulado que planteaba el relato, para dejar el futuro de David con no muy buenas perspectivas, precisamente.

Los parecidos del film con los dos siguientes relatos (el segundo es "Los superjuguetes cuando llega el Invierno (1999)") son muy residuales, aunque alguno hay, con el tercero: en "Los superjuguetes en otras estaciones (1999)" hay un pasaje en un vertedero que recuerda, vagamente, a "La feria de la Carne" de la peli, y especialmente hay en relato y peli una escena de fábrica de viejos modelos donde David descubrirá cientos de otros Davids.
 
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"EL HOMBRE DORADO (1954)", convertido en la película "NEXT (2007)" de Lee Tamahori, con Nicolas Cage.

A grandes rasgos se puede decir que: el relato de Philip K.Dick establecía un mundo que, tras una Guerra Nuclear, estaba poblado por multitud de mutantes. Los "normales" los veían como una amenaza (que en el futuro esos mutantes quisiesen gobernar el mundo, sustituyendo a la gente normal), por lo que el Gobierno decide estudiarlos uno a uno para, prácticamente siempre, eliminarlos. Hallan a un chico de color dorado (piel, pelo, TODO) que parece ver el futuro, anticipar por un determinado intervalo de tiempo lo que va a acontecer, de modo que viendo múltiples futuros a todas las situaciones que se van presentando, siempre logra escapar a todas las acciones dirigidas contra él.
En la película se nos presenta un "mundo normal" (quiero decir, sin esa guerra de tan trágicas mortales -y mutantes- consecuencias), tal como pueda ser el de ahora mismo, con un mutante (Cage) que posee parecidas capacidades -no todas las- del relato, pero con un físico normal (nada de color dorado). Básicamente se extirpa lo atractivo de la historia, quedando "una de acción" convencional; y con un personaje principal claramente empático, "el bueno", no como el del cuento, personaje inquietante, distante, que hasta usa como escudo humano a una mujer que quiere ayudarlo. Dick al parecer estaba cansado de que los mutantes fueran ilustrados como seres desvalidos y positivos (imaginando pues que los mutantes pueden ser negativos, aunque no sea consciente y voluntariamente, para los humanos normales), por eso escribió este relato, pese a las presiones de su editor para que lo modificara.
 
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Pues me entraron ganas de sumergirme (un poco) más, colateralmente, en el "terror sugerente RKO" y he vuelto a leer, dos lustros después, el relato cortito (12 páginas) YO ANDUVE CON UN ZOMBIE de Inez Wallace, que aparentemente dió orígen a la poética e inquietante película homónima de Jacques Tourneur (mi favorito de sus films de "terror"); aunque, como es bien sabido, el film tomaba más de la narrativa y dramática de la famosa novela "Jane Eyre" de Charlotte Brontë, novela que Val Lewton recomendó (obligó) a leer a sus guionistas Curt Siodmak y Ardel Wray.

Pero del relato de Wallace, el film toma no sólo el título, sino alguna cosa más. Desde luego, la ubicación en una isla caribeña dominada por la superstición vudú. En el relato (de maneras expresivas periodísticas, al parecer eso es lo que era -es-: un artículo para el American Weekly Magazine), el narrador, tras una breve introducción exponiendo los mitos y gentes de Haití, pasa a contarnos tres historias, de las cuales la primera es la que reviste algún vago parecido con el film: un hombre blanco comienza una relación con una jóven negra del lugar, pero con el tiempo se acaba casando con una chica blanca. La ex-novia, que posee conocimientos (de hecho es una hechicera) de los mecanismos del vudú, se venga, despechada, haciendo que la mujer de su ex-querido caiga enferma, finalmente muera y se convierta en una zombie que trabaja en una de las plantaciones de la isla. El hombre oye los rumores y, con un pálpito, se acerca al lugar, descubriendo la verdad. Tras volver a enterrar a su mujer (haciéndole comer sal, que provoca que el zombie vuelva por pie propio a su sepultura), prepara su venganza pero, la Bruja ... ya ha recibido merecido.
 
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PODEMOS RECORDARLO POR USTED (1966) de Philip K. Dick / DESAFIO TOTAL (1990) de Paul Verhoeven

En modo resumen: la historia de Dick se corresponde, a grandes trazos, a los primeros 50 minutos del film de Verhoeven + un giro final propio.

Extendiéndonos: tenemos en el relato, a un hombre que sueña habitualmente con Marte (aunque sin la mujer incorporada que el film enseña en su primera escena) lo que hace ansiar un viaje al planeta rojo (para burla de su mujer), pero ya que no se lo puede permitir, un día, tras asistir a su aburrido trabajo de oficina (no es el obrero de la construcción, más ajustado para el Chuache), se pasa por las instalaciones de Rekal Incorporated ("Memory Call", en el film), que pueden introducir en su memoria un viaje ficticio a Marte, pero que él podrá pensar luego que fue real. Pero algo va mal, pues se descubre que realmente si estuvo en Marte (y fue, nada menos, que un Agente Secreto que ejecutó un crímen político, por lo que ahora se le mantiene oculto -con "borrado" de memoria, no completamente satisfactorio, por lo que vemos- por su bien y el de la Agencia a la que pertenecía). Aunque en lugar de la violenta reacción del film, en el cuento llega a un acuerdo con Rekal, devolución de dinero etc. Pero de inmediato, sus ex colegas de agencia quieren matarlo, provocando no –otra vez- la extrema virulencia del film, aunque sí librándose de uno propinándole una buena paliza y huyendo del otro apuntándole con una pistola. Tras un paso por casa (y la mujer ya no volverá a aparecer, ni es parte del engaño que vemos en el film), coge un robo-taxi (aunque no tan exageradamente “gracioso” como el del film) y descubre que le han implantado un transmisor dentro de la cabeza con el que pueden “entender sus pensamientos” y comunicarse con él (en el film, un dispositivo de rastreo que… se saca por la nariz).
Ahora, ambas obras ya rompen y distancian sus paralelas líneas narrativas. Al cuento sólo le falta su última parte: el prota llega a un acuerdo con la Agencia, que puedan introducirle un falso recuerdo pero “molón”, en el que piense que alguna vez salvó el planeta, recuerdo que haga llevadera su aburrida vida y oculte, imposibilite a su vez, el afloramiento de ese otro recuerdo de agente secreto. Examinando su mente y sus deseos más ocultos, lo llevan a cabo, aunque surge otro problema…
En el film, pues el prota va a Marte (planeta que, evidentemente, no aparece en primer término el relato), vemos a la colonia mutante oprimida, restos de una sofisticada civilización marciana desaparecida, se enfrenta a los Malos etc …
 
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“En compañía de lobos (1979)”, relato corto de la escritora de fantasía Angela Carter, llevado exitosamente (al menos para la Crítica cinematográfica) al celuloide por Neil Jordan en 1984, con guión de Jordan y la propia Carter.

La película es muy fiel al espíritu del cuento, si bien la diferencia entre una historia de apenas 12 páginas con un film de 95 minutos, sea la responsable inevitable de que la ligereza y malicia del relato se convierta en algo con bastante más pretensiones en su salto a imágenes. El contenido alegórico de la historia, bien evidente (de Freud and Jung, con omnipresente sustrato sexual y feminista), es respetado y ampliado; así como potenciada la atmósfera feerica de su apabullante despliegue visual (genial labor de Bryan Loftus –fotografía-, Anton Furst –diseño de producción-, Stuart Rose –director artístico- y Elizabeth Waller –diseñadora de vestuario-), sin olvidar la música de George Fenton, todo en consonancia con la prosa mítico-poética de Carter.

La película retoma algunos apuntes y, sobre todo, las dos historias en que se basa casi en exclusiva el mucho más sencillo relato original, para incluirlas como sueños de la protagonista (inexistente esto en el relato, lo mismo que el comienzo y el epílogo contemporáneos, el “noviete” de la chica, o la historia de la “niña lobo” cerca del final) en una narración mucho más compleja de relatos dentro de relatos. Así, la historia original, tras una introducción acerca del cuidado que hay que tener con los lobos, que se mueren de hambre en el invierno, volviéndose más audaces; básicamente solo nos cuenta las dos historias, que son: la del marido que tras años de ausencia vuelve a casa, produciéndose el enfrentamiento con su (ex)mujer, antes de que aparezca el actual marido (aquí el film se para en la transformación física –más lenta que en el relato, en el que “pasaba a lobo de un segundo a otro”-, signo de los tiempos), concluyendo con la misma nota, una bofetada final; y la revisitación de Caperucita Roja, con el caballero vestido de arriba abajo de verde, camelándose a la chiquilla enfundada de rojo, y comiéndose a la abuelita, aunque cambiando el final (final de esta historia en el relato original, en cierto modo aprovechado, reflejado –de forma mucho más dramática, eso sí- para el final de la película).

Por lo demás, el huevo mencionado de pasada en el relato, sirve para la escena del árbol y el nido de pájaros; y la historia solventada con un párrafo en el texto original, de la boda en que se convierten todos en lobos por acción de una bruja enamorada del novio, pasa a ser un sketch acerca de la venganza sobre la monstruosa clase social más pudiente.
El film acumula, como es lógico, muchos más detalles y apuntes alegóricos, y hay alusiones a otras fábulas: de “Alicia en el País de las Maravillas” a “La noche del cazador”.
 
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LA GUERRA DE LOS MUNDOS (1898) de H.G.Wells / LA GUERRA DE LOS MUNDOS de Byron Haskin (1953) y Steven Spielberg (2005)

Clásico literario de la ciencia ficción y pionera de las invasiones extraterrestres. Para empezar y lo más obvio, es señalar que una importante diferencia entre la novela y sus adaptaciones fílmicas, es su ubicación y ambientación temporal, pues de las ciudades y campiña inglesas, pasamos a los Estados Unidos, en ambos films. Y que los carruajes y bicicletas se transforman en modernos (de cada década, claro, los 50 y el presente siglo) vehículos.

Ahora nos introduciremos en las tramas. En la novela, el narrador y protagonista tiene una esposa, de la que se separa en determinado momento y no vuelve (volvemos) a saber de su suerte hasta el final. En la versión de Haskin, el protagonista establece una relación amorosa con una mujer, con la que también se separa (pero más tarde que en la novela) y reencuentra al final. Con Spielberg tenemos a un hombre divorciado, cuya misión parece ser llevar a sus hijos otra vez y a salvo a los brazos de su ex-esposa.
Una cosa interesante es que tanto con Well como con Haskin, el descubrimiento es una nave aterrizada en el campo, que arrasa con un rayo calorico a los hombres, incautos, que se acercan a ella, mientras con Spielberg, surgen unos trípodes del suelo urbano. Pero curiosamente, con los trípodes gigantescos metálicos, la de 2005 es más fiel al original literario (que no vislumbraba las navecitas voladoras de Haskin), lo mismo que la aparición de la Hierba Roja marciana que traen para sembrar los ídem, los depósitos que los trípodes usan para almacenar humanos y usar su sangre para alimentarse (todo esto inexistente en la del 53).
Los soldados tienen cierta importancia en el libro y film cincuentero, logrando acabar con alguna máquina marciana en primer término, pero luego retirándose atropelladamente (con Spielberg lo bélico aparece en flashes, con el hijo apuntándose a la guerra o algunas escenas al final). Curiosamente, tanto Wellsi como Spielberg diseminano bastantes apuntes sobre el pánico de la gente (con ello cierta visión algo negra de la humanidad) que se degrada y que lleva a atropellos de inocentes, asaltos, disparos o cuchilladas mortales ...
Otro tema es el religioso. Wells nos habla de un cura que se vuelve loco (y se enturbian sus doctrinas), con el que el protagonista encerrado en una casa con él (en la de Haskin, el hombre y la mujer son los encerrados, con Spielberg, el protagonista, su hija y un loco pueblerino), que con sus disparatados aullidos pone en peligro a ambos, forzando al prota a silenciarlo, acabando con la muerte del párroco (con Spielberg, la del pueblerino). Al final de Haskin, una oración en una Iglesia parece dar a entender que Dios acaba con los marcianos por medio de bacterias terrestres.Lo mismo, las bacterias, que con Well y Spielberg, pero la visión religiosa es mucho más indulgente (siendo suave, digamos que alabadora) con Haskin que con Wells (con Spielberg, el tema no existe), recordando además que en la del 53, un tío de la mujer, es un párroco que muere enfrentándose (mejor, intentando poner paz) con los marcianos.

Algunas cosas del libro son curiosas, como lo del hermano del protagonista (capítulos dedicados a él, que Wells utiliza para mostrar el éxodo de Londres) o toda la introducción, con un subrayado de la inconsciencia y complacencia humanas, que parecen no reaccionar incluso cuando ya son atacados y empiezan las matanzas, comienzo este del libro que casi parece humorístico (aunque no lo sea), vía sátira, que contrasta con lo solemne del resto de la novela.
 
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EL DESPERTAR DE LOS LOBOS (1978) de Whitley Strieber / LOBOS HUMANOS (1981) de Michael Wadleigh

Muy diferentes la novela y el film. Hablamos de una película de la que Wadleigh llegó a filmar cuatro horas, siendo amenazado por el productor a entregar un primer montaje en una determinada fecha, lo que no se llegó a producir. Wadleigh “apartado caballerosamente” para el resto de trayecto vital del producto. Lo de la fecha parece más bien excusa, pues parece bien conocido que al productor no le simpatizaban totalmente las pretensiones por las que se había encaminado la película. En teoría nos encontraríamos ante un drama-thriller, que dedicaría mucho tiempo y en profundidad a unos conceptos de ecologismo, agrio retrato de la sociedad arribista y capitalista moderna y el rechazo de esta a unos más viejos y nobles valores, sabios Naturaleza y Nativos Americanos, incluso introduciéndose en las turbias aguas de la política y el terrorismo… lo del terrorismo queda en nada en la película final, pero lo demás tiene aún un protagonismo potente y evidente en el film resultante (imaginarse cómo sería de haber concluido el film Wadleigh …). Los cambios llegaron con la idea de dar una “mayor apariencia de film de terror”: al parecer el productor supervisó y filmó gran parte de los añadidos (parece que no era legal tal cosa –acordarse de Hooper, Spielberg y “Poltergeist” jeje-, por lo que se contrató a otro director “pantalla”, John Hancock; que, pese a todo, también rodó realmente parte del trabajo), con las famosas tomas POV de los lobos –antecedentes de “Depredador”- y escenas truculentas: por ej, la archiconocida decapitación.

Pues bien, nada de esto en la novela. Ni ecologismo, ni indios ni tan siquiera ese ambiente de “decrepitud moral –y física- de la Sociedad Occidental que desprende el film”. Es el libro más straightforward y “entretenido”: una raza de lobos conviven con la urbe humana sin que esta última se dé cuenta, alimentándose de los “despojos que le sobran”. Lobos v Cops. Raza de lobos inteligentes, por cierto, eso sí, de características físicas (tamaño y mandíbulas) más grotescas que en la película, en la que parecen “normales”, si bien claramente embellecidos (escogidos) para la pantalla, aunque por otro lado, desprenden una especie de “invulnerabilidad casi sobrenatural”, mucho mayor que sus hermanos de las letras impresas.

Pero hay en la novela alguna idea muy jugosa, curiosamente inexistente en el film (quizá porque ya no daba a lugar en las nuevas características de la nueva obra… o no “cabían” más subtemáticas a incluir en las, pese –o por eso- mayores pretensiones del film sobre el libro): principalmente la idea de que esos lobos son los que dieron desde antiguo base a la leyenda del hombre-lobo, a lo que se añade la figura legendaria de un “jefe humano de los lobos” (existente también en el folklore hispano, con distintos nombres según las regiones), que sería, según la novela, un vampiro. Curiosa forma de hilar dos mitos (¿los dos más importantes?) de la historia del terror a un mismo origen, conectados y utilizarlos para su novela.
El film, por el contra, a lo suyo, que es incluir simbología adecuada a sus propios intereses narrativos y conceptuales, con detalles tipo: los lobos viviendo en una iglesia abandonada. Tan “sutil”, como sugestivo. Destacar por último, el final en ambas obras artísticas: en el libro se da pie a una futura (pero ya a muy corto plazo) e inevitable guerra inter-especies. En la película se concluye con una “paz o tregua tensa” que, pese a las apariencias, diría que es más terrible; pues el coste es de pura vergüenza y escarnio (¿merecido?) para los humanos (hay que verla), dando lugar, pese a todo, a un futuro de progresivo deterioro (especialmente para “un lado”) y ambiguas y poco reconocibles consecuencias, que en la novela quedaban resumidas en un claro: la guerra se gana o se pierde (y no hay más).
 
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LO PROHIBIDO (1978) de Clive Barker / CANDYMAN (1992) de Bernard Rose

Un relato corto de Clive Barker (apenas 40 páginas) que, a la hora de su traspaso a las pantallas, sufre lógicas modificaciones, encaminadas a expandir su “Universo” para que la cosa alcance categoría de largometraje.
La acción pasa de tener lugar de Inglaterra (el relato) a Chicago (el film) y llaman la atención a primera lectura y vista, dos cosas: la criatura sobrenatural, no (y nunca) humana, del libro –de aspecto enfermizo y color de, apergaminado, rostro amarillo: en alusión a la abejas y la miel-, se convierte en el fantasma de un negro (Tony Todd), que pasea su actitud vengativa y dolorida por haber sido acusado y mortalmente ajusticiado injustamente por su amo negrero a finales del S. XIX; lo segundo es que esa acusación fue de tener relación amorosa con la hija del amo, lo que da pie a un romanticismo mórbido, love story que ocupa gran parte del film, especialmente su segunda mitad (nada en el relato, claro), dado que esa amante parece reencarnarse (son físicamente iguales) en la protagonista contemporánea del film (Virginia Madsen), incorporándose con ello, como era también de prever, claros ecos o citas directas a Edgar Allan Poe. Se utilizan las abejas, de mero valor simbólico en el relato, para una función más práctica en la peli: la tortura y muerte del negro se ocasionó con ellas.

En el resto de andamiaje (sub)temático, el film intenta respetar las pretensiones del relato: la importancia de los grafitti, de cómo el peso de las leyenda urbanas, la conciencia, el creer en ellas por parte de toda una Comunidad, puede ser lo que las convierta –por mística acción- en realidad (al contrario que lo convencional: siendo primero la certeza del hecho sobrenatural, llegando luego los rumores y el miedo); y un subrepticio discurso adulto sobre la tortuosidad de las relaciones humanas y especialmente matrimoniales.

Aparte de todo lo que atañe a las dos diferencias importantísimas señaladas en el segundo párrafo, que cambia muchas situaciones, el film añade: como era de esperar, más muertes slasher style; inventa lo de invocar a Candyman (el “caramelero”, en el relato) por su nombre, citándolo cinco veces ante un espejo (evocando las tres veces que es llamado el espectro de, la famosa en USA, leyenda urbana de “Bloody Mary”); y parece que ambas obras van a acabar con una escena muy parecida, de la prota internándose en una gran hoguera pública a punto de encenderse (para recuperar el cuerpo de un niño, prueba del crímen –en el libro-; para salvar a un bebé, vivo –en el film-) , pero el film añade un epílogo “susto” (tipo “Carrie” o “Viernes 13”) en el que hay un cambio (sustitución) de roles, para ejecutar nueva venganza and go on.
 
"La leyenda del Sleepy Hollow (1820)", el famoso relato de Washington Irving

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He de decir, que "The Headless Hoseman (1922)" de Edward Venturini y las TV-Movies "The Legend of Sleepy Hollow (1980) de Henning Schellerup y "The Legend of Sleepy Hollow (1999)" de Brent Carver; son en líneas generales bastante fieles al relato original, centradas en la relación de Ichabod Crane con Katrina Van Tassel y las pesadas injerencias de Brom Bones. Intentan respetar el tono ligero, incluso simpático del relato, con la introducción de un humor más o menos explícito, especialmente la de 1980, directamente casi bufa, con un Jeff Goldblum haciendo algunas muecas parecidas al Johnny Depp en la versión Burtoniana. Algo más controlada la de 1922 y mucho más la de 1999, la más sobria de todas. En este sentido, ninguna apuesta por un ambiente terrorífico, pues el relato tampoco es de terror, prefiriendo una "amable" descripción de esa Comunidad rural de pioneros holandeses, teñida de cierto colorido y costumbrismo; siendo, una vez más, la de 1999, la de cierto tono (visual) más oscuro, de entre las tres, y la que aporta la diferencia de ser una narración contada en una taberna.

Respecto a las apariciones del Jinete sin Cabeza y el final, tenemos diferencias: la de 1922 ofrece un buen Jinete (hay una evocación primera, en que sale el fantasma de la tumba y llama al caballo, realmente excelente) y muy buena persecución final -pese a la molesta música incidental- culminando con una eliminación de la ambigüedad que poseía hasta cierto punto la novela (por lo que recuerdo, no era abiertamente explícita aunque sugiriera, "tirara hacia un lado"); las de 1999 también es bastante resultona (y con esos frondosos bosques de iluminación rojiza) hasta que culmina con un burdo halo sobrenatural alrededor del Jinete y caballo, eliminando también ambigüedad. La de 1980, aparte visualmente muy plana, ofrece el peor Jinete y persecución, cambiando -a diferencia de las otras dos- el hecho de que en ella Crane se queda con Katrina, aunque curiosamente sí acaba con un apunte ambiguo referido a lo sobrenatural. Lo mejor de ella es Meg Foster y esos ojazos que siempre me fascinan en todas sus películas.
La más distante del relato es, con mucha diferencia, el "Sleepy Hollow (1999)" de Tim Burton, por supuesto. El Crane profesor de colegio de la historia original y de las otras tres pelis, se convierte en un investigador privado, además racional y nada supersticioso (en esto concuerda con la de 1980, y no con el relato y las otras dos pelis); la atmósfera es la más abiertamente gótico-terrorífica, aunque de nuevo el humor -aquí muy Burton, claro- suavice el "terror"; y a la trama se añaden muertes por doquier y una un tanto enrevesada trama criminal, inexistentes en las otras. Se tenía en mente la excusa argumental Irving, para hacer una peli Hammer (con también algunos descarados apuntes de"Operazione Paura (1966)" de Mario Bava), pero con humor, claro. El jinete es omnipresente y bien visible, ambigüedad cero y Crane y Katrina acaban juntos, como en la de 1980.

Si, la versión animada es muy famosa, pero esa la vi de crío, ya demasiado tiempo para recordar casi nada, salvo que la "Persecución" era impresionante (a falta de verla again).
De esa TV-Serie moderna no he visto ni un capítulo.
 
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Novela y película siguen a grandes rasgos el mismo esquema general: durante una visita de prueba para científicos en un parque de dinosaurios recreados mediante clonación, toda la instalación y mecanismos de seguridad se vienen abajo por el sabotaje de uno de los técnicos informáticos, que pretende comerciar (robar) con embriones de saurio, escabulléndose sin que nadie se dé cuenta –aunque la estratagema se le vuelva en contra …-; dando lugar a dos líneas argumentales, la del paleontólogo y dos niños en una “aventura en la selva”, y al resto de personajes en el centro base, a merced de los velociraptores escapados. Si, los dos críos ya están en el libro (no tuvo que inventárselos Spielberg), lo de kids-in-peril es un recurso clásico, aunque ni lector ni espectador se crea que vaya a pasarles nada realmente.

En primer lugar llama la atención una cierta diferencia tonal, pues en el conglomerado de géneros que acapara la historia, la novela se acerca (tiende) más a una preferencia por el hard-scifi horror, mientras la peli prefiere apuntar más al lado aventura clásica más ligera. Lógica en lo tocante a un discurso tecnológico y científico con mucho más peso en la novela (esperable en Crichton), que en el film tuvo que, necesariamente, aligerarse. A esto hay que añadir un par de cosas más: el dibujo de personajes en general se suavizó en la película, resultando más amable, destacando en especial un poco agradable John Hammond –dueño del parque- del libro (que pasa a viejecito bienintencionado –aunque le salga el experimento mal- en el film) y un Ian Malcolm, de personaje con “Teoría del Caos” que otorga una densidad de “pesimismo especulativo” al libro, pasa en giro sorprendente, a secundario de alivio humorístico; y la virulencia, tan gustosa para un joven lector, también se suaviza, señalando, como solo un ej. : el trabajador atacado al comienzo del film, se le narra, atendido en un Hospital en el libro, con todo lujo de detalles de sus terribles heridas.
En el libro hay mucha más variedad sauria (e incluso libélulas gigantes), lógicamente pulida por las necesidades presupuestarias del film, por ej: el mencionado técnico malévolo, muere por un gran Dilophosaurio (no la cría de la peli); el abogado devorado, en posición humorística, por el gran Rex en la peli, lo hace por otro Rex, más pequeño, en el libro… Otros cambios relacionados, y como curiosidad, son que el Triceratops enfermo de la peli, era un Estegosaurio en el libro. Y varios pasajes del libro son recuperados en las secuelas: la niña y los Compis del comienzo de “El Mundo Perdido”, son algunos de los primeros capítulos de la novela; el Rex intentando penetrar su cabeza en una gruta tras una cascada, en pos de alguna víctima, en “El Mundo Perdido”, también está en la novela; lo mismo que la parte de los pterodáctilos de “Jurassic Park III”. Una recordada parte que ocupa porción reseñable en las páginas impresas, es el de la persecución, río abajo, del Rex al paleontólogo y los chiquillos, que huyen con una barca. Desaparecido (de momento) de las películas. Seguramente es una parte difícil de plasmar en imágenes.
Por último, decir que, como en “Tiburón”, Spielberg salva de la muerte a varios (un par de) personajes importantes del libro…
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EL INFORME DE LA MINORÍA (1956) de Philip K. Dick / MINORITY REPORT (2002) de (¡otra vez!) Steven Spielberg

En primer lugar, y como os podréis imaginar, lo que en la película potencia mucho las set-pieces de acción y alguna de suspense sostenido; el libro es, como lo normal en el escritor, una intriga con muchos giros y, esencialmente, de ideas: no hay siquiera UNA intervención PreCrimen para saber cómo funciona el tema de detección y captura, al estilo del comienzo del film. El relato comienza con el émulo literario de Colin Farrell, entrando a comprobar las instalaciones y bases de cómo funciona el Sistema, por parte del Senado de EEUU.

Listado de diferencias: el prota, John Anderton, es, en el relato, un tipo al borde de la jubilación (no el jóven Tom Cruise), posee esposa (no está separado ni le desapareció un hijo, como en la peli); al parecer hubo una guerra no demasiado lejana en el tiempo, pues se nos describen unas afueras de Nueva York (no el Washington del film, por cierto) devastadas aún por aquello, que fue una guerra Anglo-China (¡), lo cual además tiene relación (in)directa con todo el complot que se urde; complot con más twists y rebuscado que el del film (no es sólo UN culpable, intentando encubrir un homicidio); los tres Precogns que tiene el relato son descritos como afectados por terribles problemas físicos, que fueron empeorando (inversamente proporcional a su creciente capacidad psíquica) y descritos con desprecio (“monos”, los llaman), y no son sumergidos en líquido especial alguno, “solo” atados a unas sillas especiales; Anderton es el creador único del Sistema Pre-Crímen (no hay el personaje fílmico de Max Von Sydow); hay en la peli –y no en el relato- el tema de las drogas (que parece sacado de alguna otra historia de Dick) el Gran Hermano publicitario que te identifica en la calle o en el metro, operaciones (extracciones y recambio) oculares, arañas robóticas identificadoras e ingenios para el tráfico; hay en el cuento –y no en la peli- la idea de que hay Colonias humanas distantes, fuera de La Tierra (se habla, como “huida”, ir a Centauro X), una amenaza de Guerra Civil ligada al propio complot urdido y, especialmente, un final cínicamente escalofriante, que poco tiene que ver por la compasión de Spielberg y guionistas por los personajes (excepto “el malo”, claro; y Tom Cruise es mucho más humanista que el Anderton literario ... y la "elección" que este último hace, porque no da por válida otra, ya que ni se la plantea), incluidos esos tres precognoscentes, los pobres completamente olvidados y despreciados en la narrativa y dramática del relato de Dick (en la conclusión, pero también en toda la extensión del relato)
 
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LOS DEVORADORES DE HOMBRES DE TSAVO (1907) de John Patterson / LOS DEMONIOS DE LA NOCHE (1996) de Stephen Hopkins

Curioso caso de hecho real que no será una comparación de una película con una novela. Aquí nos hallamos, por su estilo, ante una especie de crónica periodística en la que el autor (el coronel e ingeniero John Patterson, testigo directo de los hechos) nos relata fríamente lo acontecido. Siempre según él, dando por supuesto exageraciones. Así, por ejemplo, y sabiendo la historia entre manos (en 1898, durante la construcción de un puente para una línea férrea, en plena Kenya, un par de leones atacaron a los trabajadores, matando, durante los nueve meses que duró su reino de terror, a multitud de ellos), Patterson asegura –seguro que para darse más importancia, exagerando los estragos del enemigo- que hubo 135 muertos, los datos científicos por métodos químicos, extraídos de la piel y pelaje de los felinos disecados (estan en un Museo de Chicago) calculan que devoraron el equivalente a un total de 35 personas -justo cien menos-, peso medio por persona (aunque, ciertamente, habrá que contar que no devorarían el total de todos los cuerpos).

Por lo demás, lo concerniente a la odisea contra los dos leones, ocupa la primera mitad del libro, pues la segunda es una mera descripción de las cacerías (al margen de lo otro) del escritor, en toda su estancia en África; relatadas con una crueldad y desprecio que, seguramente, no aguantará la mayor parte de los lectores actuales, con las sensibilidad hacia los animales a mayor flor de piel (esta segunda mitad, aparte de aburridísima, me pareció repelente, la verdad).

La película ficciona el libro (y el hecho real) a la medida que puede aprovecharse de convenciones y míticas inherentes al cine de aventuras. Así, la figura del cazador legendario que interpreta Michael Douglas, no existió en la realidad: Patterson acabó con los dos felinos. El que relata la película es curiosamente, no el ingeniero, pero uno de los obreros de la India que fueron llevados allí. También se exageran cosas (aún más, si es que ya no exageraba el libro, claro), llamativo especialmente lo de los dos leones entrando al hospital de campaña y aniquilando prácticamente a todo bicho viviente (en la realidad, al parecer, uno de los animales entró un par de noches, para llevarse –en cada una de ellas- a una víctima). Sí parece sorprendentemente fidedigno lo de la cueva llena de osamentas y restos, o lo del león atrapado en el vagón, pero que fueron incapaces de abatir (¡). Los dos leones eran machos, pero de una subespecie característica de la zona de Tsavo, que no poseen melena; en cambio, en la peli, los dotan con dos fotogénicamente hermosas pelambreras. Y bueno, el John Patterson del cine es, sin duda, más empático que el que deja entrever el real con su forma de escribir (y visión de determinadas cosas…). Aparte que Val Kilmer es (o era), mucho más guapo, claro
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LA FERIA DE LAS TINIEBLAS (1962) de Ray Bradbury / EL CARNAVAL DE LAS TINIEBLAS (1983) de Jack Clayton

Notables diferencias en texto (personajes y situaciones) y tono/estilo. Ray Bradbury ponía todo el foco y prácticamente hacia la razón de ser de su novela, en la Mistificación (de formas, luces, colores ... emociones: de forma que la Alegría, Tristeza, Risa, Melancolía, Odio y otros conceptos alegóricos casi en abstracto, fueran más los protagonistas que los propios personajes); el director Jack Clayton no estaba tan interesado en todo eso, lo reduce a lo mínimo funcional para la historia, de forma que ésta es reducida a su esqueleto moral, que el director entonces plasma con un estilo formal muy old fashioned, con poco parecido al surrealismo whimsical fantasy de Bradbury.

Las diferencias en la propia historia, a mi entender más importantes: en la película se añade un importante "incidente en el río" con el niño rubio y su padre (Charles Halloway, interpretado por Jason Robards), que en la novela no existía (en ésta si acaso sólo hay una diferencia "de espíritu", generacional, de edad, no ese otro motivo de fricción añadido en el film); la importancia que se da a la ausencia del padre del niño moreno es muy reducida en el libro, sin el carácter obsesivo de la película; el film también se inventa el personaje del barman sin pierna ni brazo, la vieja profesora que desea recuperar su belleza veinte o treintañera, es convertida malvadamente en para-siempre-niña en el libro, malvadamente en bella jóven, pero ciega, en la peli; en la novela el vendedor de pararrayos es convertido en un troll, mientras en la película se salva, de hecho él es el que mata a la Bruja . La muerte de los malvados es diferente: en la película el Señor Dark (el villano principal) muere al quedar hecho piel y un puñado de huesos al envejecer en el tiovivo que cambia la edad -en la novela se convierte en un niño al que Charles Halloway mata por la "felicidad que desprende" al dar un abrazo de oso al niño/Dark-; en la novela es un secuaz, Cooger, el que muere al envejecer en el tiovivo (Cooger en la peli se supone que escapa); la Bruja en el film muere cuando le clavan un pararrayos en el torso -en el libro muere al recibir un bala con una sonrisa tallada disparada por Charles y su hijo-. Inexistente en la peli el recordado pasaje del libro en que se ve el torso completamente tatuado de Dark, la película elimina un episodio con la policía (a la que los niños acuden para que descubran -aunque no lo consiguen hacer- las malvadas operaciones de la feria) y cambia otro famoso pasaje del libro, en el que los niños derriban con un flecha un globo en el que va montado la bruja, este pasaje no gustaba a Clayton (lo consideraba demasiado fairy tale ...), que rodó una escena en la que una mano "putrefacta" se desliza por la ventana de uno de los niños, para amenazarles (los fx de la "mano" no gustaron y al final se sustituyó por la escena de las arañas que podemos finalmente ver), en la novela el niño moreno escala a un balcón para asistir a una adulta “actividad amatoria”, en el film tendría un más o menos equivalente en una atracción de la feria, que el niño ve gracias a un agujero en la carpa.
 
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EL GUARDAVIAS (1866) de Charles Dickens / THE SIGNALMAN (1976) de Lawrence Gordon Clark

Adaptación casi calcada de un relato de miedo junto al fuego de Charles Dickens, de modo que las 22 páginas del cuento, pasan a ser unos fieles 38 minutos en pantalla. The Signalman forma parte de una serie para la tv británica, denominada A Ghost Story for Christmas A Ghost Story for Christmas - Wikipedia
que en la Navidad de cada año de los 70 del pasado siglo, emitió para los televidentes ingleses, una adaptación de las historias de terror de Montague Rhodes James, siendo única excepción este cuento de Dickens.

La historia de Dickens trata sobre un guardavias, cuya caseta y trabajo se encuentra entre dos paredes de tierra en las que apenas entra el sol, se hace más o menos amigo de un paseante (el narrador) que pasa por alli, al que con pesadumbre cuenta historias sobre la vibración de la campana roja de aviso, que precede a la aparición de un espectro en la boca del túnel, que a su vez antecedio a dos accidentes mortales ocurridos en el tren en el lugar. La película (mediometraje tv) respeta casi al pie de la letra a Dickens, hasta copiando escenas, diálogos, actitudes y gestos significativos de los personajes, la mayor parte del tiempo. En las diferencias, hay que reseñar que el fantasma del cuento (de rostro no visible ni descrito), pasa a ser muy visible en imágenes (rostro blanco como la nieve, ojos cerrados, boca abierta), que la mujer que muere en el interior de un vagón por causas no explicadas, pasa a caer accidentalmente del tren en el film, se añade la pesadilla nocturna en su hotel que tiene el paseante, con las historias que le cuenta el guardavias. Y al final se modifica que cuando llega el paseante otra vez de visita al lugar, ya ha acontecido todo (que no haré spoiler), mientras en el film es testigo directo de lo que ocurre, aunque se respetan los signos (que no voy a explicar) y lo que grita el conductor del tren (que tiene importancia, tampoco lo desvelare).

Por lo demás, el tono clásico, suavemente inquietante de Dickens, tiene traslación en una atmósfera igualmente sobria, y oscura, grave y neblinosa en imágenes, por parte de un correcto y eficaz Lawrence Gordon Clark. Y destacar un soberbio Denholm Elliott como afligido guardavias.
 
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Novela y película siguen a grandes rasgos el mismo esquema general: durante una visita de prueba para científicos en un parque de dinosaurios recreados mediante clonación, toda la instalación y mecanismos de seguridad se vienen abajo por el sabotaje de uno de los técnicos informáticos, que pretende comerciar (robar) con embriones de saurio, escabulléndose sin que nadie se dé cuenta –aunque la estratagema se le vuelva en contra …-; dando lugar a dos líneas argumentales, la del paleontólogo y dos niños en una “aventura en la selva”, y al resto de personajes en el centro base, a merced de los velociraptores escapados. Si, los dos críos ya están en el libro (no tuvo que inventárselos Spielberg), lo de kids-in-peril es un recurso clásico, aunque ni lector ni espectador se crea que vaya a pasarles nada realmente.

En primer lugar llama la atención una cierta diferencia tonal, pues en el conglomerado de géneros que acapara la historia, la novela se acerca (tiende) más a una preferencia por el hard-scifi horror, mientras la peli prefiere apuntar más al lado aventura clásica más ligera. Lógica en lo tocante a un discurso tecnológico y científico con mucho más peso en la novela (esperable en Crichton), que en el film tuvo que, necesariamente, aligerarse. A esto hay que añadir un par de cosas más: el dibujo de personajes en general se suavizó en la película, resultando más amable, destacando en especial un poco agradable John Hammond –dueño del parque- del libro (que pasa a viejecito bienintencionado –aunque le salga el experimento mal- en el film) y un Ian Malcolm, de personaje con “Teoría del Caos” que otorga una densidad de “pesimismo especulativo” al libro, pasa en giro sorprendente, a secundario de alivio humorístico; y la virulencia, tan gustosa para un joven lector, también se suaviza, señalando, como solo un ej. : el trabajador atacado al comienzo del film, se le narra, atendido en un Hospital en el libro, con todo lujo de detalles de sus terribles heridas.
En el libro hay mucha más variedad sauria (e incluso libélulas gigantes), lógicamente pulida por las necesidades presupuestarias del film, por ej: el mencionado técnico malévolo, muere por un gran Dilophosaurio (no la cría de la peli); el abogado devorado, en posición humorística, por el gran Rex en la peli, lo hace por otro Rex, más pequeño, en el libro… Otros cambios relacionados, y como curiosidad, son que el Triceratops enfermo de la peli, era un Estegosaurio en el libro. Y varios pasajes del libro son recuperados en las secuelas: la niña y los Compis del comienzo de “El Mundo Perdido”, son algunos de los primeros capítulos de la novela; el Rex intentando penetrar su cabeza en una gruta tras una cascada, en pos de alguna víctima, en “El Mundo Perdido”, también está en la novela; lo mismo que la parte de los pterodáctilos de “Jurassic Park III”. Una recordada parte que ocupa porción reseñable en las páginas impresas, es el de la persecución, río abajo, del Rex al paleontólogo y los chiquillos, que huyen con una barca. Desaparecido (de momento) de las películas. Seguramente es una parte difícil de plasmar en imágenes.
Por último, decir que, como en “Tiburón”, Spielberg salva de la muerte a varios (un par de) personajes importantes del libro…
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Muy buen hilo.

Recuerdo, en plena fiebre jurasica con 12 años, leerme está mi primera novela. La disfruté mucho.

Pese a que los detalles se me escapan si recuerdo que en el libro el niño es el mayor y la niña la pequeña, cosa que en la peli cambiaron y no se por qué. También que Grant tenía barba y que había una secuencia en el río con el Rex atacando a un bote con Alan y los niños que siempre me quedé con las ganas de verla en la peli. Creo que hasta hicieron storyboard pero se descartó por algún motivo. Quizás el hecho se sumergir al animatronic en agua, pues ya tuvieron muchos problemas con la lluvia.

Grandes recuerdos! Gran novela y gran película.
 
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