Logan, de James Mangold. Jackman se despide de Lobezno.

Una maravilla que no acaba de redondear por culpa de un director al que le falta algún hervor, no molesta pero tampoco le da el empujón que necesita la película para coronarse, y un tono algo irregular. Ese gran drama de personajes rotos encuentra resistencia por culpa de unos villanos de serie B y alguna otra concesión (poca), y si acaba llegando es gracias a que Jackman y Stewart se dejan el alma en el proyecto. Da igual. Solo por plantearse este camino tan a contracorriente del subgénero (y de la propia subsaga de Lobezno), sin miedo a la pérdida de taquilla por el rated R y con un background drámatico tan desolador (Xavier como responsable de la muerte de la patrulla), hay que celebrar la existencia de esta película.
 
Me encanta ese comentario de Jackman a la doble moral en el cine yanki, cuando Xavier le reprende por como habla delante de la cria y él dice "puede destripar gente con el pie pero no puede oir tacos".
 
Y va a por la violencia a saco, incluso sin miedo a involucrar a los niños en ella; como finiquitan al chaval negro o en un momento dado a la niña la ensartan como a un pincho.

Y de Children Of Men toma hasta la idea de que la esperanza venga de los inmigrantes.
 
encuentra resistencia por culpa de unos villanos de serie B

Leí que iban a recuperar al Dientes de Sable de Liev Schreiber (olvidado quedó el amigo gigantón de Rob Zombie), me suena que a ratos en aparición crepuscular como jerifalte de casino, a ratos como el "malo" que ya sabemos... Pero a lo mejor hubiese apartado un poco a lo cerrada sobre sí misma que está la peli; tiene más sentido por lo que ha sido el personaje en los cómics que en las películas.

Y de Children Of Men toma hasta la idea de que la esperanza venga de los inmigrantes.

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Hay spoliers


Una gran pelicula, e incluso una obra maestra, lo es, sólo, porque se le perdonan los errores. Vete a saber por qué pero tiene la suerte de que se le perdonan. Yo lo hago, tú lo haces, él lo hace. Todos. Y para mí, logan es una gran película porque le perdono los errores.

Aunque llego tarde a verla me he encontrado algo que he agradecido en las dos ultimas películas de superhéroes. Un villano a la altura de un humano, no de un dios. Lo que significa que en el fondo es una mierda de villano. Pero lo agradezco. La épica de derrotar a un Dios que está a puntito de exterminar la galaxia y el universo me empacha.

Hemos crecido identificándonos con superhéroes, ha sido consustancial con nuestra infancia, y verlos arrastrados, decrépitos, acabados, en sus horas finales te enfrenta a tus miedos infantiles ancestrales. Digo ancestrales porque la infancia me queda muy lejos. Los superhéroes, los que dejan huella, son intrínsecamente inmortales. Mostrar el crepúsculo de sus vidas es inesperados para muchos, sobretodo los que están inmersos en su infancia. Pensad un instante en ellos. Nada más conocer a un superhéroe de la talla de lobezno me lo matan. Los que han hecho la película son como nosotros. Tenían, como teniamos, la necesidad de cerrar un arco argumental. No se pensó en los que venían detrás y los han dejado huérfanos antes de empezar a poder quererlo. Dejo pues antes de seguir, mi denuncia del egoísmo intrínseco de quien no se pone en la piel de los demás. Sigo tras este offtopic reflexivo.

Le perdono los errores como gran película que es. Como ser humano egoísta que soy me alegro del tono crepuscular. Que se jodan los niños. Si yo voy a morir que mis héroes de la infancia lo hagan conmigo. Que envejezcan conmigo. Que se aíslen de la vida como yo. Que pierdan la esperanza como yo. Que se queden sin nada como yo. Extirpado de sus vidas cualquier atisbo de felicidad solo queda lo crepuscular, el devenir angosto y asfixiante del final próximo. Está excelentemente explicado en su forma de vida desesperanzada, en el lugar decadente, solitario y deshumanizado en el que viven, en cómo refleja que los tres no esperan ya nada de la vida. Cuando, demoledor para mí, lobezno deja a Xavier postrado en la cama, y este, en una escena memorable enfocado desde lejos, bellisimo clasicismo de escena teatral, le dice a lobezno que quiere matarle. Escalofríos sentí de cómo dibujaba mangold a todo un profesor x en su decrepitud. Me agarré posteriormente como una garrapata a un instante brevísimo, casi imperceptible, a una concesión humana casi invisible a la esperanza, en la escena en la que lobezno esboza una levísima sonrisa cuando lleva a las chicas de la despedida de soltera. Una inane escena solo puesta para que lobezno se nos muestre humano. Habrá quien no vea la incipiente gestualidad de un movimiento muscular semejante al origen de una mueca de sonrisa. Pero sonríe y en el fondo de su alma lobezno se olvida en un microsegundo de su devastada existencia.

Que la naturaleza de bestia de lobezno tenga descendencia y continuidad en la fiereza de la niña es un alivio, los que tenemos hijos sabemos lo que se siente al ser conscientes de que cuando nos muramos algo nuestro seguirá vivo, que el arco narrativo tenga forma de road movie es un acierto, pues es inequívocamente épico el viaje a ninguna parte, que la familia de acogida muera es un acierto, y que el padre quiera matar a los dos lobeznos es un doble acierto, que Xavier muera sin épica ninguna, durmiendo, es un acierto, como proféticas habían sido sus palabras cuando manifiesta que había sido una de las mejores noches de su vida reciente. Tan injusto como acertado. Hasta ahí todo son aciertos y los errores son perdonados hasta el punto de no recordarlos. Y ahí cambia la cosa.

La aparición de los niños me escuece. Son demasiados, aparentemente más que en el laboratorio, donde además se supone que se cepillaron a unos cuantos antes de que pudieran liberar al resto. A diferencia de Laura, que va con lobezno, ninguno está acompañado. No parece que Laura sea especial comparado con el resto. Por qué la siguen a ella y no a los demás es un misterio. Si tenían capacidad para seguir a Laura al resto igual. Obviamente los guiones hay que ajustarlos a las necesidades de la historia pero me chirrió. Como lo hizo que sean unos graciosillos. Son niños sin infancia, sin la chispa natural ni la iniciativa para gastar bromas y sin, por supuesto, media docena de tijeretas para cortarle la barba a lobezno. A partir de la aparición de los niños la película se lía. La persecución de los niños es absurda. Hay más niños corriendo por el bosque incluso que en la casa, hay más soldados corriendo que los que luego mueren, luego hay menos niños agrupados retenidos en el suelo que niños en la casa, hay la ostia de vehículos que no aparecen, y si uno puede llegar hasta donde están el resto también debería, aunque se supone que corren por el bosque y no hay caminos, pero ya no entro. Es todo muy forzado.
Eso sí , la escena final es para llorar.
Es una gran película.
 
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