Cuentan, dicen, se rumorea, es leyenda... que en un auditorio universitario estaban dos amigos conversando discretamente, aprovechando el vocerío pre-clases, y que el tema de la discusión de caballeros era "cánones de belleza femenina" y que la conversación fue en términos poéticos, adecuados e inclusivos, y que la conversación llegó a su punto más álgido justo cuando, a espaldas de nuestros protagonistas, entró el profesor en el aula, y que de repente todo el mundo se calló, y se escuchó en el auditorio, alto y claro, la frase "que no parezcan putas, pero que lo sean".
Yo era el otro amigo, ¿eh? El que se descojonaba sin poder evitarlo hasta tener un ataque de tos que por poco no me asfixio allí mismo.
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