El otro día soñé que me follaba a Jennifer Anniston y se daba por hecho que Jennifer López había pasado por mi cama también(lástima de que no hubiera momento "live"). Y así de triste es mi marzo. Eso sí, sin necesidad de sueños lúcidos.
El otro día soñé que me follaba a Jennifer Anniston y se daba por hecho que Jennifer López había pasado por mi cama también(lástima de que no hubiera momento "live"). Y así de triste es mi marzo. Eso sí, sin necesidad de sueños lúcidos.
Veamos. El sueño lúcido te permite determinar quien, cuando, como, cuanto y donde. El sueño random nada, y eso si es que te acuerdas de haberlo tenido, que estoy seguro de que nos hemos pasado por la piedra a medio Hollywood cada noche y ni nos acordamos por la mañana la mitad de las veces.
Es la diferencia entre robar un pastel cuando el de la tienda no mira (si se juntan los astros, y no te pilla) y tener las llaves de la pastelería en el llavero. En lo que llevamos de mes he podido incubar sueños lúcidos plenamente satisfactorios con Asia Argento, Deborah Harry y Jennifer Conelly. También se me apareció por ahí Sharon Tate sin que yo la llamase, todo hay que decirlo.
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