Pues vamos con una serie de FACTOS.
¡Papel y boli!
La
wincha no es original del Chilé porque veo mucha confusión, sino del Perú MÁGICO, en el rio de la muerte. La grasa de los muertos también apareció en el río Júcar. Lo investigué y todo está fotografiado.
El niño compadrito del Perú también es muy interesante, cosa que algunos ignorantes de por aquí no saben ni lo que es como figura devota del Cuzco mágico. Auténticos mermaos que están más pendientes de la salida hdmi del Denon para su saloncito de mierda de cine. Me rio de ellos, claro.
Estos mismos imberbes no saben distinguir entre lo que es el
mastodonte luciferino y el satanismo de litrona. Básicamente, estos ignorantes que pululan satirizan con el alcohol, las camisetas heavys y punkys, sus latas y se creen que ya tienen conocimiento por saber deletrear el 666. No, no lo tienen. El tema luciferino es algo muy serio, heredero de las tradiciones más arcanas y primitivas.
El llamado,
niño-ser de Atacama, no es ninguna broma. Es un figura que ataca todos los dogmas científicos.
Fotografié en el condado de Treviño, en la España norte, un tintineo de velas en una cúpula. Era una ermita abandonada y ahí no subía la gente. Pues claro, payasos. Estaban haciendo ritos. También descubrí un macho cabrio muy bien dibujado en el interior de esa ermita derruida y una inscripción en latín. Así es que no me vengáis que por haber visto La Bruja con Tomasina sabéis algo. No sabéis nada, no sabéis una mierda. Os creéis que las películas son todo y no tenéis arraigos, ni conocimientos a lo ancestral, ni a las voces, ni a la cultura zombie-africana ni del vudú ni nada. No tenéis ni idea.