Cuando íbamos de vacaciones de verano, mis dos hermanos y yo dormíamos en una habitación solos (mis padres, en la de al lado). Había una litera, y al lado de la litera (pegada a la cama inferior) una tercera cama. Pues bien, solíamos jugar a subir a la litera de arriba y a tirarnos RODANDO a la cama de abajo.
Tuvimos miles de oportunidades de matarnos o de dejarnos los dientes en aquella habitación de hotel, pero nunca nos pasó nada. Inaudito.
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