Un bodrio realmente intolerable, que demuestra claramente lo que estaba claro: Malick necesita años para parir sus obras, porque no es una persona prolífica.
Si en su filmografía anterior había una sucesión de joyas (algunas más, otras menos), ¿por qué forzar la máquina? Pues para ver qué pasaba...y la hostia se ha escuchando en Asia. Y por un sordo.
Malick, tras la fascinante pero irregular El Árbol de la vida, plantea un film calcado estéticamente (pero CALCADO, con lo cual, sin el menor interés...hasta el nivel de coger planos de El Árbol de la Vida) y con diversas similitudes de varias subpropuestas de aquélla, fracasando rotundamente porque, precisamente, si un error tenía El Árbol de la vida era que las subpropuestas dilataban el asunto tanto que llegaba, en ocasiones puntuales, a crispar. Bien, pues el señor Terrence plantea una película entera con todas esas subpropuestas, que precisamente sobraban. Y no corta, precisamente. 113 minutos de descartes. 113 minutos que le hunden en el fango absoluto.
Estéticamente, pobre a más no poder. El operador no suelta la steady, improvisa según seguimiento de actores (ridículos..., un poco como Penn en El Árbol de la vida PERO ASÍ TODOS) y juega a crispar al espectador, porque enseña un cúmulo de reacciones sin abandonar la supuesta intensidad, pero haciendo que el espectador se desconecte de ella en el segundo plano, por estar todo el rato arriba. Para colmo, es cierto que Malick nunca ha sido muy de textos brillantes, pero lo vacuo de éste (un matrimonio que va mal...crisis de amor. Un cura que tiene crisis de fe. ¡Oh, El Sol! ¡Oh, Dios! ¡Ven a mí! ¡Toy feliz! ¡Cristo a la derecha! ¡Cristo a la izquierda! ¡Cristo en el centro! ¡Cristo p'a dentro! CRÉDITOS) y una propuesta estética aburrida y autoplagiaria hacen nadar en lodo todos los fotogramas del film.
Eso sí, monólogos como el citado de Cristo, bailes de la actriz en el supermercado o por las calles y algunos momentos hacen, sin lugar a dudas, que la carcajada brote de pura desesperación y gesto nervioso. Y lo más gracioso es que Malick siempre ha ofrecido secuencias memorables en forma de set pieces musicales. Bueno...pues aquí NI UNA. Incapaz de crear nada de seguido o un solo personaje interesante, aunque sea con otro lenguaje. Por no hablar de la dirección de actores.
Un fraude.
Malick. Hazme caso. Nos vemos en el 2020. Deja esos proyectos pendientes. Hazme caso.