Estamos ante una película excelente, bastante dura de digerir, durante y después de su visionado. A veces salen películas con éxito de crítica y de público, y esta vez le ha tocado el turno a la que nos ocupa, Machester frente el mar. Con un presupuesto muy ínfimo, como si fuera el presupuesto del catering para una nueva entrega de Transformers, Kenneth Lonergan, el realizador de las cintas Puedes contar conmigo (You Can Count On Me, 2000) y Margaret (2011), nos regala otra maravilla. Ideal para ganar una gran cantidad de premios, sobretodo los gordos como los Globos de Oro o los mismos Oscars. Un reparto sensacional, entre los que destacan un magnífico y brillante Casey Affleck (sí, no me extraña que le hayan nominado a un premio de la academia por este personaje) junto a Michelle Williams (me enamoró en la serie Dawson Crece y en Brokeback Mountain) y a Kyle Chandler (recordado por su papel en la magistral serie Friday Night Lights).
Con una trama lineal, sí, pero en la que se introducen, en la que se van mezclando varios flashbacks, con el fin de cerrarla de manera muy redonda. La música de Lesley Barber va acorde con todas las imágenes, casa muy bien con lo que se está visionando. Llega a deprimir y a dejarte bastante tocado. Es un film muy recomendable, de esto podéis estar seguros, pero hay límites. Sin duda, si se está deprimido o triste, yo iría a ver otra más divertida y la dejaría para más adelante. Como he dicho al principio, los kleenex, los pañuelos son necesarios porque es un drama de toque independendiente muy bien elaborado que logrará absorberte hasta el final. Mi nota final es de 9/10.