O, como la llamaba la voz en off en el doblaje español, "El comisario McMillan y su mujer". Quédense con el título que prefieran.
Acabo de terminar la segunda temporada de esta serie, iniciada en 1971 como parte del "NBC Mistery Movie" un programa que iba intercalando diversas series policiacas, donde también tuvieron cabida Colombo, McCloud, o Banaceck. La serie cuenta las peripecias del comisario de policía Stewart McMillan (Rock Hudson) y su esposa Sally (Susan Saint James) una pareja sofisticada de clase alta, que frecuenta lo mejor de la high society de su época y que resuelven juntos los casos que se les presentan.
Y en realidad, no hay mucho más que contar. Es un procedimental, muy centrado en la compenetración emocional de la pareja, que se complementa con caracteres dispares. Quizá lo más decepcionante es que el que el comisario sea comisario, es una excusa sin relevancia en la trama, ya que el 99% de los casos no tienen que ver con su profesión, sino con su vida social, ocurriendo los crímenes en su entorno, entre amigos, familiares y conocidos de la alta sociedad. Así, estaríamos más cerca de Se ha escrito un crimen que de Colombo, con una pareja que parece atraer muerte y desgracia allá donde va, que con un investigador policial que investiga casos.
De vez en cuando, para romper la rutina, uno de los protagonistas se ve involucrado en un caso, con todo el mundo creyendo que es culpable, o que oculta algo para proteger a alguien cercano. En tales casos, McMillan suele tener enfrente al fiscal del distrito, acusándole de favoritismo. Así ocurría en un caso en el que McMillan se ve involucrado en una muerte con una antigua amante de por medio, en otro donde un admirador obsesivo parece rondar a Sally y otro donde la ex del Sargento Enright monta un complot para culparle de su muerte.
Y es que había secundarios. Concretamente, el sargento Charles Enright (John Shuck) era el principal subordinado de McMillan, un afable, callado pero efectivo policía, soltero y algo atolondrado, al que las frecuentes llamadas de su superior solían sacar de la cama, de la mesa, cuando estaba a punto de comerse un bocata, o de algún ligue. Era un alivio cómico, al igual que Mildred (Nancy Walker) la criada de los McMillan, tan metomentodo como insustitutible, y con su particular caligrafía indescifrable y sus novelas policiacas con las que se permitía aconsejar al comisario para la resolución de sus casos.
Al final de la primera temporada, la pareja espera un bebé. Cual no fue mi sorpresa al empezar el episodio 2x01 y descubrir que ni Sally estaba embarazada, ni había bebé, ni nadie lo mencionaba o recordaba. Al parecer, los productores se echaron atrás y decidieron, sin la menor solución de continuidad, ignorar ese embarazo como si nunca hubiera existido, por creer que la presencia de un bebé sería un estorbo para la serie.
No sería la última vez que ocurriría algo así. Embarazada de nuevo, Sally moriría en un accidente de aviación en la quinta temporada. Y es que Susan Saint James exigió una subida de sueldo (que realmente, debieron darle, al parecer cobraba una décima parte de lo que cobraba su compañero). Los productores decidieron no solo no subirle el sueldo, sino matar a su personaje y dar un giro a la serie, que pasó a llamarse McMillan a secas, con Rock Hudson convertido en Pichabrava, que se sacaba una novia nueva en cada episodio, a lo capitán James T. Kirk.
No funcionó. Yo podría haberlo anticipado. Debieron pagarle el aumento a Susan Saint James, porque la serie es ella tanto como él, la química entre ambos, la seriedad de McMillan y el pizpiretismo de Sally. Su carácter resuelto, su tendencia a meterse donde no la llaman y esa mezcla de inteligencia, honestidad y frivolidad, funcionaban. La serie sin ella fue un fracaso que terminó en 1977. No obstante, cosechó bastantes éxitos, y tuvo mucho tirón en nuestro país, donde Susan Saint James ganó el TP de oro a Mejor actriz extranjera dos años consecutivos (1972 y 1973) y Hudson, Mejor actor extranjero en 1976.
De momento, no veré más, ya que solo las dos primeras están encontrables con su doblaje original, que realmente aprecio. Con Félix Acaso doblando al comisario, y Selica Torcal doblando a Sally, casi nada. Aún así, hay 1 episodio de la primera temporada, y otro de la segunda, redoblados. Desconozco si porque no se emitieron en España en su día, o el doblaje se ha perdido. A Sally la vuelve a doblar Selica Torcal, y la verdad es que da el pego. A Hudson lo dobla acertadamente Luis Porcar (el doblador del Doctor House, por ejemplo). Ojalá en el futuro salieran más temporadas en DVD o Blu Ray, y pudiéramos acceder a la serie completa, pero en nuestro país, a día de hoy, francamente lo dudo.
Acabo de terminar la segunda temporada de esta serie, iniciada en 1971 como parte del "NBC Mistery Movie" un programa que iba intercalando diversas series policiacas, donde también tuvieron cabida Colombo, McCloud, o Banaceck. La serie cuenta las peripecias del comisario de policía Stewart McMillan (Rock Hudson) y su esposa Sally (Susan Saint James) una pareja sofisticada de clase alta, que frecuenta lo mejor de la high society de su época y que resuelven juntos los casos que se les presentan.
Y en realidad, no hay mucho más que contar. Es un procedimental, muy centrado en la compenetración emocional de la pareja, que se complementa con caracteres dispares. Quizá lo más decepcionante es que el que el comisario sea comisario, es una excusa sin relevancia en la trama, ya que el 99% de los casos no tienen que ver con su profesión, sino con su vida social, ocurriendo los crímenes en su entorno, entre amigos, familiares y conocidos de la alta sociedad. Así, estaríamos más cerca de Se ha escrito un crimen que de Colombo, con una pareja que parece atraer muerte y desgracia allá donde va, que con un investigador policial que investiga casos.
De vez en cuando, para romper la rutina, uno de los protagonistas se ve involucrado en un caso, con todo el mundo creyendo que es culpable, o que oculta algo para proteger a alguien cercano. En tales casos, McMillan suele tener enfrente al fiscal del distrito, acusándole de favoritismo. Así ocurría en un caso en el que McMillan se ve involucrado en una muerte con una antigua amante de por medio, en otro donde un admirador obsesivo parece rondar a Sally y otro donde la ex del Sargento Enright monta un complot para culparle de su muerte.
Y es que había secundarios. Concretamente, el sargento Charles Enright (John Shuck) era el principal subordinado de McMillan, un afable, callado pero efectivo policía, soltero y algo atolondrado, al que las frecuentes llamadas de su superior solían sacar de la cama, de la mesa, cuando estaba a punto de comerse un bocata, o de algún ligue. Era un alivio cómico, al igual que Mildred (Nancy Walker) la criada de los McMillan, tan metomentodo como insustitutible, y con su particular caligrafía indescifrable y sus novelas policiacas con las que se permitía aconsejar al comisario para la resolución de sus casos.
Al final de la primera temporada, la pareja espera un bebé. Cual no fue mi sorpresa al empezar el episodio 2x01 y descubrir que ni Sally estaba embarazada, ni había bebé, ni nadie lo mencionaba o recordaba. Al parecer, los productores se echaron atrás y decidieron, sin la menor solución de continuidad, ignorar ese embarazo como si nunca hubiera existido, por creer que la presencia de un bebé sería un estorbo para la serie.
No sería la última vez que ocurriría algo así. Embarazada de nuevo, Sally moriría en un accidente de aviación en la quinta temporada. Y es que Susan Saint James exigió una subida de sueldo (que realmente, debieron darle, al parecer cobraba una décima parte de lo que cobraba su compañero). Los productores decidieron no solo no subirle el sueldo, sino matar a su personaje y dar un giro a la serie, que pasó a llamarse McMillan a secas, con Rock Hudson convertido en Pichabrava, que se sacaba una novia nueva en cada episodio, a lo capitán James T. Kirk.
No funcionó. Yo podría haberlo anticipado. Debieron pagarle el aumento a Susan Saint James, porque la serie es ella tanto como él, la química entre ambos, la seriedad de McMillan y el pizpiretismo de Sally. Su carácter resuelto, su tendencia a meterse donde no la llaman y esa mezcla de inteligencia, honestidad y frivolidad, funcionaban. La serie sin ella fue un fracaso que terminó en 1977. No obstante, cosechó bastantes éxitos, y tuvo mucho tirón en nuestro país, donde Susan Saint James ganó el TP de oro a Mejor actriz extranjera dos años consecutivos (1972 y 1973) y Hudson, Mejor actor extranjero en 1976.
De momento, no veré más, ya que solo las dos primeras están encontrables con su doblaje original, que realmente aprecio. Con Félix Acaso doblando al comisario, y Selica Torcal doblando a Sally, casi nada. Aún así, hay 1 episodio de la primera temporada, y otro de la segunda, redoblados. Desconozco si porque no se emitieron en España en su día, o el doblaje se ha perdido. A Sally la vuelve a doblar Selica Torcal, y la verdad es que da el pego. A Hudson lo dobla acertadamente Luis Porcar (el doblador del Doctor House, por ejemplo). Ojalá en el futuro salieran más temporadas en DVD o Blu Ray, y pudiéramos acceder a la serie completa, pero en nuestro país, a día de hoy, francamente lo dudo.
