Mizoguchi: vamos a romper familias tralará

Dussander

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Vista por primera vez, su Cuentos de la luna pálida me ha dejado con el culo torcido.

Dos hermanos campesinos del Japón medieval: uno quiere la riqueza del fabricante, otro quiere la gloria del samurai. El poder de la ambición, la traición, la familia (la mujer) como víctima de tus pecados... Humanista hasta el fondo, elegantemente cruel, con un tratamiento muy delicado de lo sobrenatural y un ojo maravilloso para dejar mil planos que no se te borran. Y un final que te agarra los huevos.

Leo más sobre este Kenji Mizoguchi y sigue fascinando: criado en la miseria, crecido entre geishas (lo que estimula su reivindicación de la mujer), con más de media filmografía perdida y/o destruida en la Guerra... y dedicando sus últimos años a rodar sus ideas en carrera contrarreloj contra la leucemia.

¿Qué comentáis sobre este hombre?
 
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Respuesta: Mizoguchi

Evolucionar para acabar empañando los glisos con Mizoguchi...

¿Pero de estas cuantas pelis son? "Bajo la lluvia" o "De Agosto", yo vi una hace poco en que la mujer de un samurai caía en desgracia y se hacia puta, Im correct?
 
Respuesta: Mizoguchi

es que se la conoce tb con un título más largo ... de agosto, aparte de que "Cuentos" en el cine japonés hay varios films de renombre.

Ugetsu es un film precioso e impecable, a mi me mola mucho aparte de lo dicho como refleja el ambiente bélico en el populacho víctima de todo.

por no hablar de cuando entran al rio, ufff, y la parte final es de llorar, con todo ese ambiente
sobrenatural
tangencial en mucho cine del momento allí.
 
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Respuesta: Mizoguchi

Es esa, es la misma peli. Lo de que el título acabe cuando le da la gana al que lo escribe ("¿luna pálida? ¿la luna pálida de agosto? ¿la luna tras la lluvia? ¿tras la lluvia de agosto? ¿detrás la puerta verde?") es algo que aún no me aclaro.

Ya está el jodío Valek soltando spoilers.

El plano en el que
al protagonista le cuentan que la casa de la dama fue destruida hace tiempo, entonces se vuelve y entran en plano los restos, apenas unas maderas mal colocadas,
me puso la carne de gallina.
 
Respuesta: Mizoguchi

y hace décadas se la situaba en el top5 de 'los mejores films de la historia', viendo la evolución posterior del país, tampoco, es una obra excelsa a la que en las 2 décadas posteriores seguirían otras 300.
 
Respuesta: Mizoguchi

La verdad es que Mizoguchi tiene unos dramones absolutamente tremendos, criticando mucho a la sociedad japonesa. Me gustó especialmente "La Emperatriz Yang Kwei Fei", una película triste y preciosa.
 
Respuesta: Mizoguchi

Mizoguchi debe ser mi director japonés favorito... personalmente le tengo en más estima que Kurosawa (algo absolutamente personal)

Me fascinan especialmente sus dramas de época: Ugetsu Monogatari (la ya mencionada Cuentos de la Luna Pálida de Agosto), Sansho Dayu (El Intendente Sansho), Oharu (La Vida de Oharu, Mujer Galante) y mi predilecta: Chikamatsu Monogatari ( generalmente traducida como Los Amantes Crucificados) un verdadero dramón de dramones!

En esta película es donde (según yo) el estilo de dirección de Mizoguchi, con sus tomas largas pone en valor la trama de manera más extraordinaria: Una gran casa comercial que es una verdadera olla a presión de envidias, secretos y amores no correspondidos. Y entonces un hecho aparentemente insignificante desata una seguidilla inexorable de desgracias conduciendo inexorablemente a los protagonistas a una tragedia que se anuncia desde las primeras escenas.. Una magnífica representación cinematográfica de que "el vuelo de una mariposa pueden provocar un Tsunami al otro lado del mundo"

Menos entusiasmo me generan sus películas contemporáneas..tendré que revisitarlas
 
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Respuesta: Mizoguchi

Últimamente no tengo tiempo para escribir, así que reciclo un post mío en el hilo de cine japonés, ale:

La vida de Oharu (1952)


Yo hoy he acabado de ver (en dos veces porque es larguísima) esta película de Mizoguchi. Se trata de una de sus obras maestras, ganadora del premio internacional del festival de Venecia de 1952.


Cuenta la vida de Oharu, una cortesana que cae en desgracia por enamorarse de alguien de rango inferior, y a partir de ese error fatal su vida se convierte en un via crucis, a través del cual sentimos en nuestras carnes la tremendas injusticias de una sociedad tradicionalista como la japonesa del siglo XVII, donde la mujer no tiene sitio alguno sino es en su condición de madre, esposa o prostituta.


Contada como un cuento, muy sobriamente y con toques de esa ternura tan típicamente japonesa, es una de esas películas que de manera muy suave llevan al espectador a un bellísimo y sentido clímax final que cierra magistralmente la historia.


Preciosa.


Oharu.jpg

No he visto más de él.
 
Respuesta: Mizoguchi

He visto El intendente Sansho y es espectacular. Dramón triste en el Japón feudal, de un humanismo arrollador, a ratos insoportable en su dureza, pero no exagero si digo que tiene una decena de escenas para la historia del cine en su lirismo y su poesía (el lago, los cantos de la madre, el bellísimo y desgarrador final, ...), de una belleza infinita en su composición. Atención a las localizaciones naturales y a la foto b/n. Sin altibajos en sus más de 2 horas de narración, pocos peros le puedo poner, quizás algún respiro de guión en algún momento, pero vamos, minucias.

Tengo esperando a la Luna pálida de agosto.
 
Respuesta: Mizoguchi

Un grande. Con su guionista Yoda. Era alcohólico, sifílitico y metió a su mujer en un manicomio. Creo que una vez una puta intentó matarlo a puñaladas.

Un hombre de una sensibilidad estremecedora.

"Los cuentos de la luna pálida de agosto" es una de mis películas preferidas de todos los tiempos, con esas mujeres fantasmales que tanto te salvan como te pierden. El "intendente Sansho" es la otra más famosa, aunque a mí no es de las que más me gusta.

De las que he visto recomiendo "Vida de O-Haru" y "El héroe sacrílego". Esta última me fascina porque cuenta el nacimiento de los samurais como clase dominante con detalles muy interesantes.

Otra que me encanta es "Los músicos de Gion".

Después tiene varias películas muy moralizantes sobre la situación de la mujer en la sociedad japonesa, llenas de prostitutas y mujeres deshonradas que lanzan proclamas y esas cosas, muy melodramáticas. Las mudas son especialmente desgarradoras. Me satura un poco, pero de vez en cuando me animo a seguir explorando su filmografía.
 
Respuesta: Mizoguchi

Cuentos de la luna pálida de agosto


Dos campesinos se separan de sus respectivas mujeres en un intento por materializar sus sueños. Uno intenta hacerse rico, y el otro quiere ser samurái.

Basada en una leyenda del siglo XVI, es una de las películas más destacadas de ésta director, considerado a su vez uno de los grandes maestros del cine japonés. Una historia acerca de la ambición y de la búsqueda de la felicidad, y en última instancia, un cuento con moraleja, sobre cómo muchas veces tenemos delante de nosotros lo necesario para ser felices y no nos damos cuenta, persiguiendo quimeras. La película lanza un mensaje obvio en exceso, que se intuye desde el principio. Pero lo que realmente destaca es, como casi siempre, la sensibilidad. Personajes que desprenden humanidad y que meten la pata como cualquiera, con sus defectos y virtudes.

Cruce insólito entre drama y cine fantástico pues, donde el mundo de los vivos y el de los muertos se encuentran y se desdibujan sus límites. La puesta en escena contiene imágenes de gran belleza, pero destaca más por su sutileza, por cómo se es capaz de recrear esa atmósfera fantasmal de irrealidad y de misterio, próxima incluso al terror (las voces que salen de la armadura), frente a la realista y a veces cruda descripción del mundo de los campesinos, viviendo al amparo del señor de turno y aguantando miserias y guerras que ni les van ni les vienen.

Es cine en todo su esplendor, con ese “nosequé” tan esquivo de comentar y que se entiende mejor viendo la película. Y aun así, estoy seguro de que la disfrutaría y le sacaría mayor provecho en un segundo visionado.
 
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Respuesta: Mizoguchi

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EL INTENDENTE SANSHO (Sanshô dayù, 1954)

Desarmante dramón sobre una familia dividida en el Japón medieval que cae de una desgracia en otra. Aquí Mizoguchi rechaza la épica nipona, los códigos de honor solemnes y otros lugares comunes, para meterse en un recorrido por la pura miseria: los esclavos, las putas, personajes corrompidos, torturas y castigos, la brutalidad alienante... un entorno miserable y una época oscura en la que el destino pega hostias a dos manos.

Inconfundiblemente japo en forma (plano entero a saco, mucho sostenido, poesía triste puntual, la naturaleza constante) y bastante más universal en fondo, grave pero no severa; el consabido humanismo y la recompensa kármica que viene con putada de regalo. Respecto a esto último, todo el tramo final es bastante acojonante (no digo nada porque el ritmo de la peli es tranquilo pero constante, metiendo un nuevo giro o una evolución cada poco rato); y Mizoguchi sabe forzar las reglas del juego manteniéndose en el punto justo para no resultar cargante. Y es que en ese equilibrio es donde muchos la cagan.

Fantástica. Vedla.
 
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LA VIDA DE OHARU (Saikaku ichidai onna, 1952)

Life's a bitch and then you die. Dramón que recorre varias décadas de la vida de Oharu, "mujer galante" (ejem) que va dando tumbos desde una desgracia a otra. Mizoguchi lleva al máximo su fijación por la tragedia femenina para recordar a sus paisanos que cierta idea, la de la mujer como apéndice del hombre, fue ley hasta hace demasiado poco. Recorre toda la sociedad japonesa de la época, de casta a casta, de posición a posición "ocupable" por la mujer en general; cuidado, no es un alegato feminista. Oharu choca con mujeres que son auténticos malos bichos, creados por el mismo ente que condena a nuestra protagonista.

A pesar de su discurso asequible, de su sencillez de expresión (incluso de realización: planos secuencia, movimiento discreto, reposo narrativo entre actos, etc), sabe cuándo pegar rodeos para no caer demasiado en lo discursivo y en lo moralista. Prefiere más bien ser una fábula triste; así, ves llegar las hostias (y eso daña un poco ritmo y estructura) y Oharu se convierte en una figura casi fantasmal, encerrada en su propia dignidad interna pero sumisa al no plantearse otra realidad.
 
Vida de Oharu, mujer galante

Oharu, la hija de un samurái, rememora su vida ante la imagen de un Buda. Por causa de un amor prohibido de su juventud, comenzó para ella una existencia difícil y llena de penurias...

Aclamada película sobre la trayectoria vital de una mujer en el Japón del siglo XVII, momento histórico en que la figura femenina es un cero a la izquierda o moneda de cambio para los intereses de turno, sufriendo las peores injusticias y la falta de libertad. Amante, madre, esposa... Oharu atraviesa mil dificultades y es víctima de las diferencias entre clases, de presiones familiares, del falso sentido de la decencia, circunstancias que frustran continuamente su felicidad. Melodrama de época, de un profundo sentimiento trágico en lo que respecta a su protagonista y al mundo que la rodea (pese a que su final dista de ser “romántico” incluso dentro de lo trágico), que funciona también como gran flashback/retrospectiva social, describiendo la nobleza, los pobres, la clase religiosa, alejándose del panfleto ideológico; no todos los hombres son malos, ni todas las mujeres son buenas, precisamente por culpa de las reglas que ellos establecen.

Así pues, son los parias los que son descritos positivamente, mientras que la gente bien es quien realmente encubre su vileza. El universo femenino es retratado con enorme respeto, de manera cercana y cómplice; vemos la dignidad de las prostitutas, de la mendiga, el silencio de la señora brutalmente apartada por ser estéril. Mizoguchi es un autor sin parecerlo ni chillarlo, uno de esos directores con su propio “método”, que apuesta por el plano-secuencia para mantener el efecto dramático, de una manera natural y sin forzarlo, y por el plano general, a veces desde distinos ángulos o alejado de los actores (la familia vista desde el puente). También por el fuera de campo en momentos clave (el nacimiento del niño, la ejecución del amante) y por la banda sonora únicamente diegética, sin énfasis. Cineasta metódico pues, cuya narración aquí es sobretodo episódica y de elipsis ajustadas para contar una historia tan extensa.

Muy universal, trasciente su contexto (autobiográfico), siendo una obra que auna accesibilidad (para nada hermética) y personalidad artística.
 
Pues gracias a este hilo ayer noche me decidí a poner

La emperatriz Yang Kwei-Fei (1955)

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Fábula china (en el sentido de ambientada en ese país, aunque la producción sea compartida con Japón) a la que no le hace falta demasiado para superar a muchas de sus equivalentes disneyanas occidentales. Es la primera película que veo de Mizoguchi, y es en color; seguro (y por las imagenes y trailers que he visto) que el blanco y negro de "Luna Pálida" y "Sansho" posee un carácter especial, pero creo que también es delicioso el colorido con que se nos muestran aquí decorados, vestuarios, hasta cortinas y todo el aderezo artístico presente en plano. El emperador está desconsolado por la pérdida de su gran amor, mirando al exterior de su ventana (pocos cielos -lejos y de refilon- llegamos a ver, todo es interiores, pese a lo cual, no resulta cansina la película), entonces pasamos al flashback que nos relatan su historia de amor con una pobre (pero con entereza) sirvienta; todo muy como se puede imaginar: muchas miradas furtivas ( y muchas dirigidas al suelo), delicadeza y elegancia, suaves movimientos de cámara... hasta llegar a las oscuras motivaciones que conllevan al trágico final. Estremecedor todo el proceso de ejecución (las joyas al suelo) y el inmediato final (aunque disponga de un liberador y "ligero" final): una estatua, sólo las voces, risas y una puerta abierta. Supongo que su propia condición de "cuento" la hace menos aceptable, injustamente, de parabienes críticos que otras de sus películas famosas, pero ahí está, y debe ser indispensable su visionado para seguidores del director y del cine nipon en general.
 

El podcast de Vida de Oharu me ha servido para ir viendo películas de Mizoguchi, en Filmin tienen 8 en HD, cómo filmaba este tipo es algo que solo se puede ver, unos dramones increíbles rodados sin el más mínimo énfasis, con total respeto por la intimidad de los personajes, de una sencillez arrebatadora y, a la vez, es muy distinto de Ozu porque todo son deliciosos planos secuencia como susurrados, Ozu es el maestro de la composición y el plano fijo y sus dramas eran más costumbristas, menos desgarradores. No me extraña nada que los críticos se volvieran locos con estos dos, no solo son de los más grandes de siempre sino que, además, son complementarios, como dicen en el podcast.
 
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